Innovacion Empresarial
densvm30 de Junio de 2015
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INTRODUCCION
La innovación es uno de los temas que más interés está despertando en la literatura sobre las organizaciones debido a que es una variable estratégica determinante para la obtención de ventajas competitivas en el entorno complejo, turbulento e inestable característico de estos tiempos. Dentro de los diferentes tipos de innovación, la innovación tecnológica es uno de los principales factores de la transformación económica y social que están experimentando las organizaciones.
Actualmente la innovación es considerada como uno de los factores básicos de desarrollo en los países avanzados. La innovación no consiste únicamente en la incorporación de tecnología, sino que ha de ir más allá, debe ayudar a prever las necesidades de los mercados y a detectar los nuevos productos, procesos y servicios de mayor calidad, generando nuevas prestaciones con el menor coste posible. La innovación hace necesaria la reacción ante los cambios que impone el mercado globalizado.
La innovación resulta ser un proceso fundamental en nuestros días para cualquier empresa, por la sencilla razón de que vivimos en un mundo globalizado en el que la competencia cada día es mayor. Es por ello trascendental y necesario ponernos a la vanguardia de las necesidades actuales y utilizar diferentes herramientas que nos ayuden a ofrecer mejores productos o servicios y por lo tanto posicionarnos fuertemente en el mercado.
La razón primordial de este ensayo, es manifestar la importancia que tiene la innovación en nuestros días, para crear nuevos y mejores recursos y para obtener mayores beneficios tanto económicos, sociales, tecnológicos, como de prestigio, entre otros. La innovación se define como “Un proceso para tomar una idea creativa y convertirla en un producto, servicio, o método de operación útiles” .Es importante tener una definición clara y precisa sobre el proceso de innovación para poder entender su importancia y tener un punto de partida para futuras referencias en este ensayo.
Los mercados en la actualidad son cada día más difíciles, la oferta y la competencia es cada día mayor y mejor, es por ello que las empresas actualmente tienen la impetuosa necesidad de estar continuamente innovándose para ofrecer mejores productos y servicios y a un mejor precio, o más conveniente como parte de una estrategia para los consumidores. Muchas empresas no utilizan esta herramienta porque no la consideran necesaria o porque piensan que no les va a traer ningún beneficio y por lo tanto no buscan arriesgar a buscar nuevas ideas. Esto lo cual traerá consecuencias negativas
Para poder alcanzar una mayor productividad a través de la innovación se ha producido un cambio radical en los modelos económicos y de gestión de las empresas, anteriormente basados en la mano de obra y el capital, que han pasado, fundamentalmente en la segunda mitad de los años noventa, a establecer como factores críticos: la tecnología, el conocimiento, la formación y el capital intelectual, marcando la economía basada en el conocimiento. Más aún, la economía basada en el conocimiento ya está pasando a ser la economía dirigida por el conocimiento, de forma que sea éste la herramienta fundamental de gestión del conjunto de los procesos de la empresa. Ello implica gestionar de forma eficiente una cantidad de información como jamás anteriormente había conocido la sociedad. Es precisamente el hecho de tener información adecuada, en el momento adecuado y a disposición de las personas adecuadas lo que diferencia y da ventajas a las empresas.
ANTECEDENTES
Observando los avances sociales, y sin desplazarnos a siglos muy lejanos, se reconocen como grandes innovaciones las introducidas por la máquina de vapor, el ferrocarril, o, ya en el siglo XX, la electricidad, el automóvil, el teléfono o la aviación, aunque también hemos celebrado la llegada de los electrodomésticos, el Tupperware, el pago con tarjeta o la compra con carrito, por fijarnos en lo cotidiano. Se podría decir que algunas innovaciones han ido abriendo paso a otras.
He seleccionado unos cuantos ejemplos que parecen tener algo que ver con la casualidad, con el empeño de algunas personas, e incluso con las corazonadas; justamente porque creo que todos deberíamos cultivar más la observación, la perseverancia y la intuición. Por ejemplo la máquina de coser, que quizá fuera la primera máquina que se introducía en el ámbito doméstico. Al parecer, tras algunos intentos como el del francés Thimmonier, fue el americano Elias Howe el primero que patentó (1846) una máquina de coser; se había casado con una costurera, y estuvo obsesionado con la idea de crear una máquina que cosiera.
Parece que la clave estaba en poner el ojo en la punta de la aguja, y se relata que esta idea le brotó tras un sueño que tuvo. Soñó, aunque se cuentan varias versiones, que estaba cautivo de unos salvajes y acosados con lanzas que tenían un agujero en la punta. Cuando despertó, enseguida vinculó este detalle con el problema que tenía encarado. La verdad es que fue más tarde Isaac Singer quien verdaderamente llegó a vender gran número de unidades de una versión mejorada del invento de Howe, pero esta historia viene a subrayar la importancia del subconsciente en la generación de ideas.
Otro caso –éste más reciente– que podemos recordar es la aparición del Walkman de Sony hace unos 25 años, como fruto del afán creador y la intuición de los fundadores, los legendarios Masaru Ibuka y Akio Morita.
También se cuentan otras versiones como la siguiente:
Tras comercializar la compañía una grabadora monoaural de pequeño tamaño para periodistas (el “Pressman”), intentaron hacerla estereofónica; al incorporar los nuevos circuitos ya no quedaba espacio en el aparato para la función de grabación, de modo que el resultado era un reproductor portátil de cintas de audio, que precisaba de auriculares externos. Los ingenieros consideraron el proyecto un fracaso, aunque utilizaban el prototipo en el laboratorio para escuchar música.
Ibuka, ya como presidente honorario, lo escuchó casualmente y pensó que podía venderse; lo comentó con Morita, que entonces dirigía la compañía, y éste decidió fabricarlo, a pesar de los informes desfavorables de sus colaboradores. En julio de 1979 se pusieron en el mercado 30.000 unidades, que se vendieron en apenas dos meses. Diez años después, se habían vendido 50 millones de unidades; en 1992 se alcanzó la cifra de 100 millones; en 1995, la de 150 millones.
A veces la casualidad parece adquirir todavía mayor protagonismo en la historia, pero no hay que descartar dosis de serenidad y perseverancia. En 1946, un ingeniero de la compañía Raytheon, Percy Spencer, hacía pruebas con un generador de ondas de alta frecuencia (magnetrón), cuando observó que se le derretía una chocolatina que llevaba en el bolsillo; para asegurarse de que se trataba de un efecto de las ondas, probó con granos de maíz, y efectivamente surgieron las palomitas. Aunque inicialmente los hornos eran de gran tamaño y elevado coste, en 1967 ya se vendían unidades para uso doméstico. No es que tuvieran mucho éxito al principio, pero el concepto de la cocina rápida ya se había creado, y sería irreversible.
Podríamos recordar más ejemplo de sueños reveladores, de descubrimientos y de intuiciones genuinas, pero tras ellos encontraríamos seguramente personas empeñadas en ampliar nuestros horizontes: personas creativas.
INNOVACIÓN EN LA ACTUALIDAD
En las condiciones actuales, donde la búsqueda de la competitividad se ha vuelto uno de los móviles principales de las organizaciones, la innovación puede ser considerada como uno de los fundamentales factores que tributa al logro de dicha condición en el mercado y el entorno. La búsqueda de la competitividad por las empresas es de vital importancia para su permanencia en los mercados por los que compiten. La competitividad comprende la obtención de una cuota significativa de mercado, el mantenimiento de la misma y su crecimiento.
Una empresa competitiva es aquella que su mercado, o gran parte del mismo la prefiere por sobre el resto de sus competidores. Por tanto, en la búsqueda de la competitividad, las empresas deben adoptar una posición del lado del cliente, partiendo siempre del mismo a la hora de diseñar las ofertas que brindará. En las condiciones actuales la satisfacción de las expectativas de los clientes está condicionada por determinados factores. Por parte del mercado, los consumidores son más exigentes y la demanda se ha vuelto más compleja y disímil.
Los clientes ya no se conforman con “el mejor producto” que satisfaga sus necesidades, sino que continuamente buscan una nueva forma de satisfacer dichas necesidades. Lo anterior conlleva a que el ciclo de vida de los productos sufra un acortamiento considerable, por tanto, del lado de la oferta, las empresas necesitan renovar continuamente su cartera de productos, en orden de seguir los requerimientos del mercado y mantenerse competitivas con respecto a sus rivales.
La renovación de la oferta de una organización se basa esencialmente en la innovación, entendida esta como soluciones a problemas que rompen con lo establecido o buscan una forma nueva de brindar dicha solución. Por tanto, se puede afirmar que en gran medida la competitividad de una empresa descansa sobre el cimiento de la innovación.
Existen sectores mucho más susceptibles que otros de la innovación, sin embargo, todos los sectores, en mayor o menor medida, pueden y deben apropiarse de la innovación tecnológica.
Actualmente
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