LA TOMA DE DECISIONES EN LA EMPRESA

LA TOMA DE DECISIONES EN LA EMPRESA

1. Los Costos e Ingresos a tomar en cuenta en la toma de decisiones

Al momento de evaluar una decisión, solo debemos tener en cuenta los costos e ingresos económicos que se generarán como consecuencia de tomarla, así, el enfoque fundamental a utilizar en la toma de decisiones de la empresa debe ser el económico, por ser este el que más facilita una evaluación global del beneficio neto que se obtendrá al tomarla. A los costos económicos se les suele denominar también “costos de oportunidad” debido a su definición misma, mientras que a los ingresos económicos los denominaremos en forma similar “ingresos de oportunidad”.

De este modo, solo debemos tener en cuenta aquellos costos e ingresos imputables exclusivamente a nuestra decisión, es decir, aquellas que solamente se generarán si se toma la decisión. Por ello, las preguntas más relevantes a hacer las podemos clasificar en 2 grupos:

a) ¿En cuánto más se incrementarán los costos?, ¿cuánto más perderé? ¿cuánto más deberé aportar?, ¿cuánto dejare de ganar?

b) ¿En cuánto se incrementarán los ingresos? , ¿cuánto más cobraré?, ¿cuánto más horraré?, ¿cuánto más ganaré?

En la literatura de la Ingeniería Económica, las respuestas a estos 2 tipos de preguntas se agrupan en lo que se denominan los “costos incrementales” e “ingresos incrementales” respectivamente, conformando ambos, lo que se denomina “flujo de caja incremental” de la decisión, con el cual se deberán evaluar las decisiones, sean éstas de inversión o financiamiento.

En la Teoría Económica, el paralelo de los conceptos anteriores son los llamados “costos marginales” e “ingresos marginales”, respectivamente, con los cuales se desarrolla el enfoque llamado “análisis marginal”, muy utilizado dentro del campo de la optimización económica.

La diferencia básica entre estos dos enfoques radica en que en el primero, se trabajan con cambios o variables discretas (razones de cambio), mientras que en el segundo con cambios diferenciales o variables continuas (razones instantáneas de cambio).

En general, es muy importante resaltar, que al momento de identificar los costos e ingresos de una alternativa, los errores más frecuentes son:

a) La omisión de algunos que se generan como consecuencia de tomarla, a los cuales llamaremos costos implícitos e ingresos implícitos.

b) La inclusión de otros que en verdad no son imputables a la dicha alternativa y que por lo tanto no debemos tener en cuenta en nuestra evaluación, los llamados “costos muertos o hundidos” y los “ingresos muertos o hundidos”.

Prof. Mag. Alfredo Vento Ortiz Página 2

2. Los costos de oportunidad

Los únicos costos que debemos de considerar en toda evaluación económica son los llamados costos de oportunidad, los cuales podemos connotarlos con los siguientes conceptos: “sacrificio”, “dejar de hacer”, “renunciar, “descuidar”, “dejar de lado”, etc.

Todos los recursos que invertiremos en una decisión o proyecto de inversión deben ser costeados o valorados utilizando el criterio del costo de oportunidad que representa lo que sacrificamos o renunciamos, debido a que no utilizamos dichos recursos en nuestra mejor alternativa.

Debe quedarnos claro entonces, que si deseamos cuantificar los costos de oportunidad de una decisión, lo primero que debemos hacer es preguntarnos ¿qué sacrifico?, ¿qué estoy dejando de hacer?, ¿a qué estoy renunciando?, ¿qué estoy descuidando?, ¿qué estoy dejando de lado? En otras palabras, “el costo de una decisión está dado por su mejor alternativa”.

Los costos de oportunidad pueden ser de dos tipos:

a) Costos de oportunidad explícitos o “contables”.- Son aquellos que son fácilmente cuantificables y están representados por los pagos o desembolsos de efectivo que realizamos al adquirir un bien.

b) Costos de oportunidad implícitos.- Son por lo general los ingresos que “dejamos de obtener” por no elegir nuestra mejor alternativa, muchas veces están referidos a bienes económicos reales intangibles por lo que su cuantificación resulta a veces difícil de realizar y en tal caso erróneamente se les suele omitir.

1.1 Los costos muertos o hundidos

Son aquellos costos que los pagamos o asumimos debido a una decisión que tomamos en el pasado o aquellos en los cuales incurriremos de todas formas en el futuro, por lo que no son imputables a la decisión que pretendemos evaluar, es decir, costos o desembolsos que se realizarán independientemente de la decisión que tomemos. Es por ello de que no deben ser considerados en nuestra evaluación.

Es aconsejable, por lo tanto, tener siempre presente lo que suele decirse, “lo pasado, pisado está”. Al tomar una decisión, simplemente debemos “partir de cero” y “CERO ES CERO”; asumir que “el pasado jamás existió”, pensar que solo existe el presente y el futuro, por lo que resultará conveniente preguntarnos por ejemplo:

- ¿Cuál es la situación real y actual de la empresa?

- ¿Cuáles son los recursos factibles que tenemos y tendremos en el futuro?

- ¿Cuáles son las limitaciones que tenemos y enfrentaremos en el futuro?

- ¿Cuál es la visión de la empresa?, ¿Cómo la vemos dentro de 3, 5 o 10 años?

Lo único que debemos guardar del pasado es la EXPERIENCIA, es decir, las respuestas a las siguientes preguntas:

- ¿qué hizo que ganemos?

- ¿qué fue suficiente y necesario para ello?

- ¿qué conocimiento o técnica nos sirvió?

- ¿por qué perdimos?

- ¿qué nos faltó?

- ¿qué necesitábamos saber?

De hecho, más adelante la vida “nos tomará de nuevo la lección”, ello es seguro y por lo tanto hay que estar preparados.

Prof. Mag. Alfredo Vento Ortiz Página 3

Ejemplo 1

Un alumno trabaja a tiempo parcial en una empresa, cobrando S/. 8 por hora de trabajo y está evaluando la decisión de pedir permiso para salir 3 horas antes, para e ir a la Universidad a recibir una asesoría de 2 horas, del curso de Economía

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