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La economía solidaria y la ecología


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2013  •  Ensayos  •  1.289 Palabras (6 Páginas)  •  393 Visitas

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Pregunta #1

¿Puede haber un camino entre la economía solidaria y la ecología?

Si, si puede haber un camino ya que la economía solidaria surge de la creciente preocupación por el deterioro del medio ambiente, y de la conciencia de que los desequilibrios ecológicos se originan en la economía. Los problemas ecológicos que hoy preocupan a toda la humanidad, responden a la forma de hacer economía de los seres humanos.

En el marco de la socioeconomía solidaria los temas ecológicos se han vuelto especialmente importantes al menos por dos razones que repasaremos a continuación. Una de ellas, tiene que ver con la conceptualización de la sociedad como sujeto diacrónico (Perez, Adan, La Salud Social). Un segundo aspecto central en el debate socioeconómico-solidario vinculado al tema medioambiental, es la puesta en tela de juicio del concepto de desarrollo económico, tanto desde el punto de vista teórico como desde el punto de vista de sus prácticas más habituales.

Las generaciones contemporáneas han sido testigos de la importancia del desarrollo social, justamente por el impacto que están causando los efectos del pasado más cercano sobre nuestro presente; y los efectos de nuestro presente sobre el futuro próximo, en materia ambiental. El ambiente natural, de esta manera, estaría ubicándose como una especie de blanco inevitable por parte de la sociedad contemporánea y de su cultura de la modernidad que impregna lo económico, lo que hace inevitable la reflexión sobre los alcances que tendrá para las generaciones futuras, las hipotecas del presente, pero además, las responsabilidades que tenemos en el presente con respecto a las generaciones de futuro.

por el contrario, soy de la idea que los individuos forman parte de una sociedad, de donde se desprenden no solo derechos, sino también obligaciones, que en una perspectiva plural en los tiempos, debe incluir también a las generaciones futuras. Etzioni habla en ese sentido, de la virtud de la responsabilidad respecto a la tierra, o sea, el compromiso con el medio ambiente como bien común, contra ciertos argumentos ecologistas principalmente utilitarios, instrumentalistas y centrados en las consecuencias. (Etzioni. La Nueva Regla de Oro).

El otro tema central se vincula a la noción de desarrollo entendido como crecimiento económico. Esta idea, muy propia del modernismo (Gudynas. Progreso y Naturaleza), que recoge antecedentes directos en las posturas de la incipiente economía, pero que además sigue siendo muy visible en los discursos concretos de buena parte de los actores del sistema político de nuestros días, ha provocado en los hechos durante las últimas décadas, importantes desajustes y catástrofes ambientales. Algunas indicios de esto pueden ser mejor entendidos al analizar el impacto de ciertos agentes químicos en nuestras economías.

A diferencia de los animales, que se comportan "naturalmente" y "directamente" en relación con su entorno, los seres humanos nos caracterizamos por comportarnos de manera distinta, esto es, relacionándonos con la naturaleza mediante nuestros actos económicos.

La economía, podemos entenderla entonces, como un singular proceso de intercambio entre el hombre y la naturaleza, donde ambas partes resultan modificadas. Es con relación a esta vinculación, que la ecología se convierte en un problema económico (Odum. Fundamentos de Ecología) y este dato podría resultar alentador, ya que si ponemos nuestras miras en el eje de la economía, y no en el de la naturaleza, entonces, podremos concluir que un cambio de actitudes económicas en los seres humanos podría contribuir a una mejora clara del entorno donde vivimos. La otra posibilidad sería actuar directamente sobre la naturaleza, lo que tiene un riesgo mucho mayor, por el dato insoslayable de que el hombre puede controlar sus actos, pero no la fuerza y los comportamientos todavía no plenamente comprendidos de ella.

Utilizando nuestro herramental teórico, desde la Economía Solidaria concluiremos que el principal factor anti-ecológico, desde la distribución, está dado por la hegemonía de las relaciones de intercambio en los mercados determinados, sustituyendo las relaciones económicas más integradoras y solidarias, que fueron además, propias de los pueblos nativos de nuestro continente (Girardi, Mascaras del Poder).

Desde el proceso de consumo, la explicación es evidente: la sociedad consumista en la que estamos insertos genera comportamientos de consumo que,

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