La nueva teoría del bienestar y del comportamiento del consumidor

La nueva teoría del bienestar y del comportamiento del consumidor.

Martes 16 de febrero del 2021.

Durante la época dorada de las aportaciones de Marshall, se vivió un trasfondo de controversia que estaba a favor de un cambio en la economía del bienestar que él en primera instancia había planteado, esto por parte de dos personajes importantes en la historia de la economía; en primer lugar tenemos a su predecesor, Arthur Pigou, quien fue un hombre que destacó por sus inminentes aportaciones y excentricidades, y por otra parte está el fundador de la tradición de la economía de Chicago, el estadounidense Frank Knight, ambos aunque tenían propuestas diferentes, estas ayudaron a dar solución a lo que se conoce como las “exterioridades”, que en sí, son los costos o beneficios sociales que sin intención acompañan a las actividades de producción o consumo privada.

Ahora bien, enfoquémonos en lo estipulado por Pigou, él mantenía en píe la propuesta de Marshall de fomentar los impuestos y subsidios por parte del gobierno hacia las empresas para que estas pudiesen remediar sus rendimientos de acuerdo a si estos eran crecientes o decrecientes, con el fin de que se busque el equilibrio en los rendimientos constantes.

Entonces esto ¿de qué sirvió?, para algunas personas tal aporte es innecesario, para otras es muy indispensable, y es que sinceramente depende de la situación en la cual nos encontremos, ya que no me cabe duda que este tipo de políticas favorece a ciertas empresas que lo necesitan o determinadas circunstancias que las ameritan; como sustento a lo que acabo de anunciar están las políticas Keynesianas, que se basaron en la obra de Pigou “The Economics of Welfare”, al tratar de ver el papel importante que puede tener el Estado dentro de la economía, sirviendo como regulador de aspectos claves para el bien de la sociedad. Por lo tanto los autores Urrunaga, Hiraoka y Risso (2014, 54) tienen toda la razón al mencionar que “aparte de los subsidios y los impuestos existen otros métodos para solucionar los problemas de externalidades mediante la intervención del Estado”, y esto lo podemos ver claramente hoy en día si nos adentramos a este tema.

En contra parte a esto, se encuentra Knight, en oposición al positivismo y defendiendo al modernismo, creía que no era necesaria esta intervención de ninguna manera, puesto a que el Estado solo debe de garantizar el derecho de la propiedad privada para que el propietario de la empresa (viéndose desde competencia pura) pueda fijar una tarifa de cobro que serviría en sustitución a lo que alardeaba Pigou.

Aunado a este tema, se sitúa a Henry Sidgwick, pues este autor se basó en analizar el comportamiento de las empresas privadas, en cuanto a las consecuencias sociales que podrían generar simplemente para beneficio propio, por eso enunciaba que en ocasiones la riqueza del individuo no es proporcional a lo que este aporta a la sociedad, además de que existen rubros de una empresa que por naturaleza tienen que ser de gestión pública. Situación en la que estoy totalmente de acuerdo, ya que si por ejemplo en México se llegara a privatizar el agua, como lo quiso hacer nuestro anterior presidente, las consecuencias serían fatales, uno porque la situación económica del país no lo soportaría y dos porque el agua es un elemento indispensable, el cual debe de ser de dominio público.

Asimismo, Pigou proponía que las actividades económicas privadas deberían de pagar por los daños realizados a la sociedad, enunciado en el que estoy a favor, pues muchas veces las empresas privadas causan daños a la naturaleza o al bienestar de las personas, es por ello que para muchos países el encargado de ver que esto no suceda y si llegara a suceder hacer uso de lo que propone Pigou es el gobierno, a través de leyes que lo establecen. De la misma forma, quisiera resaltar

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