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Negociación Colectiva


Enviado por   •  28 de Junio de 2021  •  Informes  •  1.999 Palabras (8 Páginas)  •  52 Visitas

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ENTREGA 1

Historia y Expectativas sobre la asignatura.

Desde el inicio de la carrera de estudios la materia se denominó Negociación Colectiva. Fue una materia obligatoria para la obtención del Título como Licenciado en Relaciones Industriales, Industriólogo. Un cambio posterior del plan de estudios determinó que sería una asignatura obligatoria para quienes optaran por la especialidad en Laboral y electiva para el resto de las dos especialidades; Recursos Humanos y Compensación. En este primer cambio se mantuvo tanto el contenido original como el nombre de la materia. La más reciente modificación del pensum denomino el tema como Concertación y Negociación Laboral, enriqueciendo la perspectiva de los contenidos con aspectos de Dialogo Social y Democrático, como antecedentes conceptuales lógicos de la concertación social y laboral, de la negociación colectiva y de la contratación colectiva.

Esta última modificación acertó también con su nuevo nombre puesto que pone el foco en comprender la negociación como un proceso de donde se obtiene un resultado, que aun cuando tiene consecuencias jurídicas, la legislación para el proceso es solo un ropaje que le da un marco de legitimidad. Por tanto, no se trata de un curso de Derecho Colectivo del Trabajo ni de Contratación Colectiva. El primero es el marco de acción y la segunda es el resultado del proceso de concertación y negociación laboral.

Los participantes seguramente no estarán preparados para negociar la paz en medio oriente ni tampoco serán especialistas en diálogo para el cambio social y su impacto en la democracia, pero si habrán tenido un contacto inicial con los conceptos, y sus relaciones, que necesitarán para abordar más profundamente estos temas. La experiencia, con la profundidad del saber desarrollado por los estudiosos sobre ella, es la mejor formación para el ejercicio de la negociación.

Esta materia está compuesta por dos partes: Una parte teórica, expuesta en el programa, y una parte práctica, que incluye estimaciones de costos de acuerdos contractuales, bajo una formulación particular para la legislación venezolana, donde el tema del concepto de salario tiene implicaciones casi infinitas sobre el valor de la compensación total.

DIALOGO DEMOCRATICO

El concepto, desarrollado a través de la experiencia de numerosos “dialogadores”, ha sido recogido con facilidad de comprensión en trabajos de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI), el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), la OEA y el PNUD.

El concepto posee dos componentes definitorios: diálogo y democracia. Como quiera que se le pretenda definir el diálogo es un método cuyo objetivo es resolver problemas y la democracia es un sistema de gobierno que garantiza su continuidad organizada, sin la imposición unilateral de un interés particular sino mediante concesiones y entendimiento mutuo.

A su vez, el diálogo democrático consta al menos de cuatro elementos: Uno o varios temas, al menos dos o varios actores, un contexto y un plan. Este último, no siempre con resultados predecibles. Hay un quinto elemento, a menudo olvidado, que lo constituye la sostenibilidad misma de los resultados del diálogo. Tal vez se olvide puesto que siempre podrá haber dialogo aun cuando sus resultados no sean sostenibles en el tiempo. Probablemente lo insostenible de los resultados sea la causa de continuar con el proceso.

Iniciamos con el contexto:

La primera condición del contexto es la presencia de la Democracia.  En este sistema político el dialogo es necesario por dos razones:

1. La democracia se sustenta porque “dialogamos” en una cultura de participación y cooperación que mantiene la resiliencia del sistema (una sociedad soportaría más sus adversidades si trata sus problemas “dialogando”).

2. La democracia no siempre es eficaz como sistema de gobierno. La brecha de gobernabilidad se encuentra en la ausencia de tratamiento a los problemas sociales apremiantes, perdiendo así el sistema la confianza pública y el apoyo a sus propias instituciones. Como quiera que no todos los problemas sociales se atacan, el dialogo aparece como la oportunidad para que al menos se expresen. El resultado, aun sin resolver el problema, ayudaría a sostener la democracia y sus instituciones.

Al mismo tiempo el contexto debe ofrecer Libertad. No solo ausencia de opresión sino libertad de pensamiento y discernimiento. La libertad necesita de la historia, porque de forma naturalmente humana, tenemos una pulsión por deshacer el pasado.

Para ilustrar este tema de la necesaria libertad se acude a continuación a una publicación a propósito de la muerte de los peloteros del equipo de los Cardenales de Lara; José Castillo y Luis Valbuena. Se refiere sin fuente puesto que el material fue recogido de varios tuits que no fueron preservados.

Tanto se nos ha cerrado lo humano que hemos confundido la libertad con un lujo.

El viernes 7 de diciembre, poco antes de las dos de la madrugada, la vocería de los Cardenales de Lara confirmó la muerte de los peloteros José Castillo y Luis Valbuena. El equipo que lidera la tabla del béisbol profesional hace que la victoria guarde silencio porque se le ha impuesto el duelo. Fue en la carretera, “en un accidente de tránsito”, dice el comunicado.

El conductor de la camioneta, Raúl Medina, y el pelotero Carlos Rivero, también iban con ellos.

Salieron con vida. Están vivos.

Una palabra como ésa, “accidente”, muchas veces viene cargada de imprecisión.

La primera reacción es sintomática: preguntarse qué hacían por ahí a esa hora, dar por sentado que la noche siempre es un exceso, pactar con la oscuridad.

Es eso que los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky llamaron “la pulsión por deshacer el pasado”: intentamos cambiar una pieza de lo que ocurrió, para creer que así no habría ocurrido. Desde nuestro miedo, nos refugiamos en lo contrafactual. Y en ese ejercicio, sin intención, culpamos a las víctimas de algo de lo que no pueden ser culpables.

En medio del café de la mañana escucho: “¡Es que eso por ahí es peligrosísimo!” o “A esa hora seguro iban borrachos…” o el sabido “¿Quién los manda? Todo el mundo sabe que esa carretera a esa hora es una guillotina…”

Aparentemente todos aquí sabemos dónde están las guillotinas y eso nos basta para olvidar quiénes son los responsables del filo de esas cuchillas.

El homicidio puede adquirir tantas formas como resulte posible para la imaginación. El asunto es que la complicidad también cambia de forma y de lugar.

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