Propuesta para la intervención de enfermería
ALEJANDRHOILInforme5 de Noviembre de 2013
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Propuesta para la intervención de enfermería
El shock séptico afecta de manera importante la vida de la persona en
situación de enfermedad y la respuesta inflamatoria subsecuente impacta
negativamente el nivel sistémico, pues algunas manifestaciones clínicas
dependen del órgano afectado. Es a partir de la valoración física y de la
observación de la persona enferma como se pueden identificar los problemas
característicos y como se determinan los diagnósticos de enfermería
sobre los cuales se planea el cuidado y se priorizan las actividades.
A continuación se describen algunos diagnósticos prioritarios de
enfermería a partir de lo dispuesto por la NANDA, y se ejercitan otras
posibilidades diagnósticas, las cuales se presentan según los órganos y
sistemas afectados (15,16).
Diagnósticos enfermeros e intervención de enfermería en el
sistema neurológico
Para el sistema neurológico los diagnósticos enfermeros posibles son:
• Perfusión tisular inefectiva: cerebral. Relacionada con disminución
del flujo arterial secundario a bajo gasto cardiaco.
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Fanny Esperanza Acevedo Gamboa, Consuelo Ortiz Suárez, Juan Carlos Díaz Álvarez
Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo - Vol. 11 Nº 2
• Trastorno de la percepción sensorial. Relacionado con alteración de
la integración sensorial, alteración de la recepción y la transmisión
de estímulos.
• Ansiedad. Relacionada con cambio en el estado de salud (15).
La persona en situación de enfermedad crítica por shock séptico
puede presentar alteración en su orientación (persona, lugar y tiempo).
Con frecuencia las manifestaciones van desde un estado de agitación
e inquietud hasta cambios bruscos en su estado de conciencia.
Es posible que la disminución del flujo y de la perfusión cerebral como
efecto de la alteración inflamatoria sistémica ocasione daño funcional
en el corazón o en los riñones; esto exige que se tomen medidas importantes,
como la infusión de líquidos a volúmenes altos, situación que
puede contribuir para el edema cerebral.
El edema cerebral puede ser vasogénico (aparecen alteraciones en
la sustancia blanca), citotóxico (aparecen alteraciones en la sustancia
gris) o intersticial (el edema vasogénico es atribuido a alteraciones del
endotelio en los capilares cerebrales), los cuales permiten el escape de
macromoléculas hacia el espacio extracelular circundante y favorecen
el flujo acuoso desde el espacio intravascular al extravascular.
El edema cerebral citotóxico se debe a la interrupción local de la
integridad funcional de las membranas celulares, como consecuencia
de la hipoxia o anoxia, por eliminación de sodio y síndrome de secreción
inadecuada de la hormona antidiurética, por lo cual los líquidos y las
proteínas se desplazan del espacio extracelular hacia el interior celular.
El edema intersticial se produce como resultado de la difusión periventricular
de líquido cefalorraquídeo cuando no se puede controlar
la hidrocefalia. Esta puede ser secundaria a un aumento del tamaño
del espacio extravascular por hiponatriemia. A menos que ocurra una
adecuada compensación hídrica, aparecen siempre manifestaciones
propias de hipertensión intracraneal.
Todas las posibilidades anteriores tienen en común alteraciones
en la perfusión y flujo sanguíneo cerebral, y con el tiempo disminuye
la reacción a los estímulos. En fases posteriores se puede presentar
arreflexia, así como pupilas no reactivas y dilatadas (17,18). Por lo anterior,
el profesional de enfermería debe tener en cuenta que el cuidado
ofrecido se debe orientar a:
a. Valorar el estado de conciencia permanentemente y correlacionar
los resultados con los efectos esperados como consecuencia de enfermedad
por shock séptico o con efectos de sedación inducida.
b. Evaluar la respuesta orgánica a estímulos externos tipo: dolor, reacción
pupilar a la luz, apertura espontánea ocular, entre otras.
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Intervención de enfermería en el paciente con shock séptico
Bogotá (Colombia), 11 (2): 27-45, julio-diciembre de 2009
c. Revisar los resultados de exámenes especializados como: tomografías
cerebrales, resonancias magnéticas, líquido cefalorraquídeo, electroencefalograma,
entre otros, para hacerse a una imagen mental
de lo que puede estar sucediendo en el sistema nervioso central.
Es necesario correlacionar con los hallazgos en la valoración física,
neurológica y mental.
d. Valorar las posturas corporales que señalen decorticación o descerebración
(1,5).
En la persona con trastorno de la percepción sensorial, es preciso:
a. Valorar el estado de conciencia, a través de la coherencia en el uso
de las palabras, el estado de tranquilidad y el estado de alerta.
b. Controlar la perfusión tisular cerebral por medio de la saturación
de oxígeno y el análisis de los gases arteriales, manteniendo una
oxigenación en el paciente por encima del 90%.
c. Evaluar el riesgo de caídas derivado de una hipoxemia cerebral o
desequilibrio electrolítico que lo lleve a estados de agitación y somnolencia
(1,5).
La ansiedad de la persona enferma debe manejarse conjuntamente
con la familia y el equipo de salud. Para ello es importante:
• Involucrar a la familia en el cuidado de la persona, a fin de propender
por la recuperación pronta de su estado de salud.
• Proveer de espacios confortables e iluminados a la persona que se
está recuperando de este estado crítico, al tiempo que se permiten
momentos de compañía por parte del grupo interdisciplinario en salud.
• Explicarle a la persona enferma su situación de salud y cómo esta
se comienza a restablecer paulatinamente.
• Disminuir los factores desencadenantes de estrés en esta persona que
se comienza a recuperar, favoreciendo su tranquilidad con elementos
identificados conjuntamente para mejorar su estado de ansiedad (1,5).
Diagnósticos enfermeros e intervención de enfermería en el
sistema cardiovascular
Para el sistema cardiovascular los diagnósticos enfermeros posibles son:
• Disminución del gasto cardiaco. Relacionada con alteración del
volumen de eyección: precarga, poscarga, alteración de la contractibilidad.
• Perfusión tisular inefectiva: cardiopulmonar. Relacionada con disminución
del flujo arterial.
• Desplazamiento del plasma hacia el espacio intersticial (hipovolemia).
Relacionado con respuesta inflamatoria.
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Fanny Esperanza Acevedo Gamboa, Consuelo Ortiz Suárez, Juan Carlos Díaz Álvarez
Investigación en Enfermería: Imagen y Desarrollo - Vol. 11 Nº 2
• Déficit en el volumen de líquidos. Relacionado con fallo en los mecanismos
reguladores (15).
Los pacientes con shock séptico necesitan un aporte de líquidos,
cristaloides y coloides capaces de mejorar la presiones hidrostática y
oncótica, y con ello mejorar el volumen sistólico requerido para aumentar
el gasto cardiaco. Este manejo hídrico, igualmente, requiere el
seguimiento de las presiones de llenado como la presión venosa central
y la presión en cuña pulmonar, indispensables durante la reanimación
con este tipo de líquidos. A su vez, estos pacientes precisan fármacos
vasopresores que contribuyan a mejorar la presión arterial y con ello la
perfusión (18). Por lo anterior, el profesional de enfermería debe tener
en cuenta que el cuidado ofrecido se debe orientar a:
• Valorar la función hemodinámica a través de las presiones de llenado,
como son la presión venosa central (PVC) o la presión en cuña
pulmonar (PCP), teniendo en cuenta que sus valores deben oscilar
entre 8 y 12 mm de Hg para la PCP y entre 5 y 10 mm de Hg para la
PVC. Se debe tener en cuenta que valores de PCP y PVC superiores
al rango establecido significan incremento del líquido corporal total
y la decisión será disminuirlos hasta concentraciones que no causen
daño orgánico. Por el contrario, los valores inferiores señalan disminución
del líquido corporal y la posible conducta será instaurar
medidas terapéuticas para hidratar (19).
• Valorar la respuesta a la administración de fármacos vasopresores
según las cifras tensionales y la garantía de la perfusión cardiovascular
determinada por el gasto cardiaco, la frecuencia cardiaca y el
llenado capilar; la perfusión pulmonar, evidenciado por la oxigenación
y la perfusión periférica; la perfusión cerebral, manifiesta por el
estado de conciencia, y la perfusión renal, a través de la valoración
de volúmenes urinarios.
• Determinar la garantía del transporte tisular de oxígeno con el reporte
actualizado de gases arteriales.
• Valorar los tonos cardiacos en búsqueda de S3 y S4, los cuales se
presentan como característicos en la falla cardiaca.
• Establecer la contractilidad cardiaca y revisar el trazo
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