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RESUMEN MERCADO EUROPEO

sergio.morenoResumen11 de Noviembre de 2021

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Querétaro Qro. A 26 de Agosto de 2016

UNIVERSIDAD METROPOLITANA LATIN CAMPUS

Nombre del Alumno: Sergio Moreno Herrera

Licenciatura en Comercio Internacional

Materia: EL MERCADO EUROPEO

DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA: PRINCIPIOS Y MERCADO

CAPITULO I

EL PROCESO DE INTEGRACIÓN EUROPEA: VISIÓN RETROPROSPECTIVA

ORIGEN CONTEMPORÁNEO DE LA IDEA DE EUROPA

El proceso de integración europea inicia su andadura hace medio siglo en un escenario geopolítico sin parangón con momentos his¬tóricos anteriores.

El fin de la segunda guerra mundial, con su trágico balance de cuarenta millones de muertes, supone el rompimiento definitivo con las tesis político-económicas que propiciaron el conflicto bélico.

Es objetivo prioritario de los dirigentes de los países de la des¬trozada Europa de 1945 buscar fórmulas para construir una paz duradera sobre la base de unos sólidos cimientos. Así pues, el proce¬so de construcción europea surge fruto de la necesidad, de una ne¬cesidad de erradicar para siempre las actitudes intransigentes que con-dujeron a la barbarie a los diversos pueblos de Europa.

Ciertamente la idea de Europa no es nueva. A lo largo de la his¬toria de este continente se ha ido forjando una cierta identidad europea, mediante la concurrencia de distintos elementos, como la herencia grecorromana, el cristianismo, la expansión ultramarina, la formación de estados soberanos, y como no, los fracasos de intentos hegemónicos (Carlos V, Luis XIV, Napoleón, o Hitler). A consecuen¬cia de todo ello existe hoy un conjunto de valores, un “subconsciente colectivo” (Cari Jung) idéntico en un país escandinavo que en uno de Europa meridional.

Dice Tomás Ramón Fernández que “Europa” es “una creación de la Historia; por tanto, y en modo alguno, un producto natural, un supuesto geográfico espontáneo

Desde el punto de vista económico, se pretende no incurrir en los mismos errores que al término de la Primera guerra mundial, esto es, arruinar al vencido por medio de obligaciones de reparación imposibles de ejecutar, que poco o nada aportaron a los vencedores, pero que sin embargo incentivó las ideas de revancha. Asimismo, las opciones económicas proteccionistas entonces en boga resultaron desastrosas, y sin duda contribuyeron a hacer el conflicto inevitable.

Nace por entonces la idea de preparar el mundo de post-guerra a vivir en paz, organizando las relaciones económicas entre las na¬ciones sobre las bases de la apertura y la cooperación. Esta idea va tomando cuerpo, sobre todo en los contactos entre autoridades americanas y británicas ya desde los primeros años de la guerra; cul¬minará con los resultados de la Conferencia de Bretton Woods (“Con¬ferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas”, celebrada en New Hampshire, Estados Unidos del 1 al 22 de julio de 1944, y en la que intervienen cuarenta y cuatro países), y la Conferencia de La Habana (“Conferencia de las Naciones Unidas sobre el comercio y el empleo”, celebrada en la capital cubana del 21 de noviembre de 1947 al 24 de marzo de 1948, y a la que asisten cincuenta y tres países).

En Bretton Woods se crean el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desa¬rrollo (BIRD).

El Fondo Monetario Internacional diseña el mapa de las relaciones monetarias internacionales. Instituye, por primera vez, un sistema monetario internacional de vocación mundial, basado en un Tratado internacional, cuyas principales características son: la libertad de tran¬sacciones (que se expresa por medio de la obligación de convertibilidad de las monedas); la estabilidad de los cambios (por un régimen de paridades estables, pero ajustables en caso de desequilibrio funda-mental);5 y la solidaridad entre los países acreedores y deudores (permitiendo la concesión de créditos).

El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo, por su parte, debía encargarse de poner el crédito de sus Estados miembros al servicio de la captación del ahorro con fines de recons¬trucción de los países arruinados y del desarrollo de las regiones más pobres.

Desde el punto de vista militar, en 1948 se firma en Bruselas, para una vigencia de cincuenta años, el Tratado constitutivo de la Unión Europea Occidental (UEO) entre los Estados miembros del Benelux, Francia y el Reino Unido (ya vinculados entre sí por el Tratado de Dunkerke de 1947). Un año más tarde, el 4 de abril de 1949 se firma en Washington el Tratado de la Organización del Atlánti¬co Norte (OTAN), que suponía ampliar a estos países la coopera¬ción europea en materia de defensa.

Desde un prisma político dos son las iniciativas más destacables de estos primeros años de post-guerra: el Congreso de La Haya, desde una perspectiva no gubernamental, y el Consejo de Europa, que es una Organización intergubernamental.

El 9 de mayo de 1950, el Ministro de Asuntos Exteriores francés, Robert Schuman, convoca a la prensa a las seis de la tarde en el “Salón del Reloj” del Quai d’Orsay, en París, para hacer pública una Declaración. Se trata de un texto breve, presumiblemente consen¬suado con anterioridad con Alemania, revolucionario en sus pre¬tensiones, que dinamiza decisivamente el proceso de integración europea, y que constituye una verdadera declaración de intencio¬nes sobre los fines y medios del proceso europeizador, el llamado “método comunitario”.

Una de las características del proyecto comunitario desde sus comienzos ha sido su gran permeabilidad a los factores exógenos o endógenos de relieve, que en algún momento de su historia ha tenido un influjo decisivo en su rumbo. Así sucedió en los años cincuenta con el intento de dotarse de una defensa común, pero en muchas otras ocasiones, como las crisis económicas de 1973 ó 1979, la guerra del Golfo, o el desplome del imperio soviético.

LOS TRATADOS DE ROMA. IDEALES CON LOS QUE NACE EL PROCESO DE INTEGRACIÓN EUROPEA

De la Conferencia de Mesina a los Tratados de Roma

El no francés a la CED supuso un freno importante a la dinámica política de la construcción europea, que tardará casi veinte años en retomarse; sin embargo, se trata de un verdadero acicate y catalizador en los esfuerzos de proseguir por la senda de la integración supra- nacional economicista.

El 1 y 2 de junio de 1955 fueron convocados los ministros de Asuntos Exteriores de “los Seis” a una Conferencia en la ciudad siciliana de Mesina, con dos puntos fundamentales en su orden del día: nombrar sucesor ajean Monnet al frente de la Alta Autoridad, y discutir un Memorándum propuesto por los países del Benelux sobre la creación de un Mercado Común Europeo generalizado.

Se trata de un momento crucial, pues sobre la “mesa de trabajo” existen éxitos, como el buen funcionamiento de la CECA o del Consejo de Europa, pero en el “debe” se encontraban con el “Plan Beyen” (debe su nombre al ministro holandés de Asuntos Exteriores

Por lo tanto, existen una identidad en los actores y “reglas de juego” sectoriales (si se opera en el ámbito del carbón, será de apli¬cación el Tratado CECA; en el ámbito de la agricultura, el Tratado CEE, etc.). La única diferencia política estriba que en el sector hoy marginal del TCECA, la Comisión (antigua Alta Autoridad) desempe¬ña un rol más marcadamente supranacional que en los otros ámbitos. En la CEE y la CEEA la capacidad de tomar decisiones está en poder principalmente del Consejo de Ministros, asociándosele progresiva¬mente en esta labor el Parlamento por medio de los procedimientos de consulta, concertación, dictamen conforme, cooperación y so-bre todo de codecisión tras la reforma del año 1991 (Tratado de Maastricht). La Comisión en estos dos ámbitos tiene encomendado un rol más tecnócrata y menos decisorio

Dice Manuel Fraga que “Europa es un conjunto de pueblos con una infinitud de ideales”. Desde el punto de vista comunitario, señalajacques Delors que “el ideal de los padres de Europa era asociar a nuestros países y a nuestros pueblos en una Comunidad más apta que cada uno de los países por separado para concretar sus valores, defenderlos donde se hallaran amenazados, y fomentarlos allí donde no existieran”.

Se trata de una estrategia coincidente de los diversos países de Europa, que superando viejos recelos, y apartando retóricas excesi¬vamente nacionalistas del pasado reciente, ceden de manera irre¬versible soberanía en favor de un nuevo sujeto de Derecho interna¬cional, dotado de competencias propias y personalidad jurídica, que adoptará decisiones vinculantes a todos por igual, para intentar lograr de esta manera lo que separadamente no se ha hecho: garantizar una paz duradera en el continente, y proporcionar bienestar econó¬mico y social a sus ciudadanos. Dice Jean Monnet en sus memorias que “las naciones soberanas del pasado ya no configuran un marco en el cual puedan resolverse los problemas del presente

La creación de la Comunidad Europea ha instaurado un “orden” que impide toda nueva guerra entre sus países miembros. Cuatro décadas de paz en Europa son buena muestra de ello; donde existe un espacio de paz y democracia.

En efecto, desde el fracaso de la Comunidad Europea de Defensa y la Comunidad Política Europea en los años cincuenta, los esfuerzos integracionistas habían recuperado la estrategia concebida por “los padres” de Europa (Monnet, Schuman, etc.) de llegar a una unión económica global por medio de una unión por sectores, y a una unión política por medio

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