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Teoría del Poder - Administración

FernandadelclubEnsayo12 de Abril de 2023

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TEORÍA DEL PODER, ¿DOMINIO O INTEGRACIÓN?

INTRODUCCIÓN

La Teoría del poder consiste en un conjunto de visiones que diversos estudiosos en la materia han determinado respecto a conceptos como el de autoridad y dominio para dar forma al “poder” como, principalmente, un medio de control y seguridad, aunque no todos concuerden con ello; si bien, se trata de una percepción un tanto más universal, las variaciones en la connotación en función del poder se manifiestan hasta nuestros días y continúan evolucionando.

Dentro de un ámbito organizacional, esta teoría resulta de suma importancia pues es aplicable en cualquier empresa y, llevada a cabo “correctamente”, contribuirá al desarrollo de una gestión eficiente, ya que, mediante el poder, es posible el control, e inclusive, la formación de un sentido de integridad donde los empleados confíen en su líder como figura de autoridad capaz de ejercer el poder en pro de alcanzar las metas organizacionales.

En el presente texto hemos de; primeramente, conceptualizar el “poder”, dando paso a la interpretación de definiciones que diversos autores han aportado con el pasar del tiempo para; posteriormente, abordar dos perspectivas imprescindibles en base a las preguntas “¿por qué es necesario controlar a otros?” y “¿por qué las personas pueden ser influenciadas?”, ampliando el criterio a la visión, tanto de quien ejerce el poder, como de quien recibe las órdenes.

Al final del escrito pueden encontrarse las referencias utilizadas para la formación del criterio expuesto.

PERSPECTIVAS DEL PODER

Desde luego, son múltiples las concepciones que han surgido respecto al concepto de poder a lo largo de la historia; para efectos del presente, hemos de tomar como referentes cinco perspectivas.

Comenzando por David Easton, define el poder como “un fenómeno de relaciones, no una cosa que alguien posea, [se trata de] una relación en la cual una persona o grupo puede determinar las acciones de otro, en forma tal que satisfaga los fines del primero”. 2 Tal postura resulta complementaria a la definición de Carl Friedrich, que plantea que “el poder se presenta como una relación interpersonal que se manifiesta con la obediencia, o sea con un comportamiento que indica adecuadamente que A, B y C hacen lo que L desea”. 2 

Como puede apreciarse, ambos hablan del poder como una relación de subordinación, donde un sujeto se reserva la posición autoritaria, y el resto han de atenerse a las decisiones de éste; en primera instancia, es posible pensar que puede tratarse de una relación donde fácilmente existe abuso de poder, pues la obediencia parece recaer en la sumisión; sin embargo, no es necesariamente un cimiento de ésta; teniendo en cuenta que se pueden tener intereses comunes con un líder (situación ideal), al “satisfacer los fines” de éste, también se está contribuyendo al beneficio individual y crecimiento personal; suponiendo que el líder ha de tener el poder porque así se lo ha ganado, es posible escalar hacia la autorrealización trabajando colectiva e íntegramente; circunstancias bajo las cuáles aumentará la eficacia y con ello la eficiencia; esto nos lleva a observar que si se combinan las teorías administrativas, pueden lograrse grandes resultados; en éste optimista caso, se presentan variables como las necesidades, los fines comunes, la autorrealización y la motivación, aludiendo al enfoque conductista con énfasis en las aportaciones de Maslow.

Continuando de la mano con el enfoque de relación, encontramos la aportación de Harold Laswell y Abraham Kaplan, para quienes “el poder es la participación en la toma de decisiones. La adopción de decisiones constituye un proceso Interpersonal. El poder representa una relación interpersonal”.2 Éste planteamiento resulta menos drástico que los vistos anteriormente, pues muestra de manera clara que el poder no recae en un solo ente, sino que es un trabajo conjunto que involucra la toma de decisiones con una visión integralista donde cada individuo cuenta y aporta al ejercicio del liderazgo; no obstante, una interpretación nociva que pudiese surgir es el hecho de que un determinado grupo “privilegiado” termine por tomar el dominio, considerando los objetivos de únicamente tal conjunto de personas, y usando a los subordinados exclusivamente como medio para alcanzar aquello que buscan.

Dentro de esta visión, puede mencionarse la comunicación dentro de las organizaciones, ya que acorde a la situación de ésta, se decide qué tipo de comunicación resulta más conveniente, ya sea de manera vertical, donde las decisiones van de la alta gerencia hasta el nivel operativo; de manera horizontal, donde se comunica dentro de un mismo nivel de jerarquía, aunque no se trate del mismo departamento; o bien, un uso mixto acorde a las circunstancias a manera de adaptabilidad.

Ahora bien, para Amitai Etzioni, “el poder es la capacidad de superar toda resistencia o parte de ella para introducir cambios a pesar de la oposición”.2 Nuevamente, se presentan ambas representaciones; por un lado, la idea de introducir un cambio puede resultar sinónimo de innovación y progreso, una especie de rebeldía con causa; pero ¿qué pasa cuando el cambio resulta perjudicial?, podemos observar éste concepto como un arma de doble filo, pues cuántas ideas revolucionarias en su momento parecían una locura, un atentado contra la moral, la cultura, etc. y terminaron cambiando la historia del mundo; pero, desde luego, también existe su contraparte, donde todo yace en la imposición y más allá de producir bien, se termina perjudicando debido a recurrir al abuso de poder.

Finalmente, pero no menos importante, encontramos el panorama de Max Weber, quien consideró la burocracia no como un sistema social, sino como un tipo de poder ejercido gracias a pertenecer a la clase dominante, el Estado mismo.2 Weber establece que el dominio o autoridad existe gracias a que alguien es capaz de lograr que sus mandatos sean obedecidos y realiza una clasificación:

  • Autoridad tradicional. Predominio de la creencia en las instituciones sociales creadas por las estructuras culturales.
  • Autoridad legal/racional. Origen en el orden establecido, las leyes.
  • Autoridad carismática. Gracia especial para influir en los demás.

Aunque la óptica de éste autor resulta un tanto utópica, los principios planteados pueden llevarse a la práctica en el ámbito organizacional y lograr buenos resultados; por otro lado, la teoría de la burocracia resulta un tanto rígida en lo que a observancia de las reglas respecta, cuestión que puede derivar en un modelo altamente mecanicista y monótono.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CONTROLAR A OTROS?

Es el mismo ser humano quien ve la necesidad de tomar control con fines de seguridad y control; desde tiempos primitivos, el hombre ha de buscar gestionar sus recursos para subsistir, entre ellos, los recursos humanos; sí bien, en un comienzo no era una conformación perfeccionada o explícita, habían de desarrollarse poco a poco hasta crear la estructura social que hoy conocemos. En la sociedad han de surgir líderes que han de continuar capacitándose para dirigir en diversos ámbitos, promoviendo así el progreso.

El control que deviene del poder es una herramienta que nos faculta para evaluar, medir, detectar y prevenir problemas; nos permite observar que las actividades se realicen de acuerdo con la planificación y funciones de la empresa. Llevar un control no solo significa darle correcto seguimiento a un proceso ya establecido, sino también, llevar al cliente productos de calidad, y con ello atraer a nuevos clientes y conservar a los que ya tenemos. Tal control también permite aprender a detectar problemas para crear estrategias de corrección y mejora, haciendo más eficiente el trabajo. El control no solo lo rige el mando, sino el seguimiento a la par del administrador con el bien o servicio. Un mejor seguimiento y entendimiento de la producción llevara a resultados brillantes.

En el contexto administrativo más global, lamentablemente, existe mucha corrupción, específicamente en el contexto sociocultural de Latinoamérica, donde el poder y la riqueza se concentra en unos pocos, donde la democracia se ve distorsionada; el pueblo no conoce de sus derechos, por tanto, se ven transgredidos; pero también, constantemente actúa indiferente ante sus obligaciones. Vivimos bajo un contexto en el que delegamos el poder “al menos peor”. Éstas y otras particularidades reflejan que el poder no es responsabilidad de unos cuantos, sino que es resultado de un esfuerzo colectivo que da paso a la formación de individuos que actúen como guías, como ejemplos a seguir: los líderes, capaces de ejercer el poder en miras de la prosperidad.

¿POR QUÉ LAS PERSONAS PUEDEN SER INFLUENCIADAS?

Para poder comprender por qué las personas pueden ser influenciadas, debemos conocer lo que abarca la influencia, para ser más concretos el cómo se tiene el poder de influir socialmente en las personas.

Comencemos por puntualizar qué es la influencia social, a lo que la mayoría de los autores dictan que son las emociones, las opiniones o los comportamientos que se ven afectados por otra persona. Poniendo como ejemplo el mercado se encuentran las situaciones en las que se ofrecen productos o servicios con promociones y beneficios, a lo que el cliente es atraído por lo que logra ofrecer. Otro ejemplo sería en la cultura de la actualidad, cuando sale una nueva tendencia y está es apoyada o seguida por influencers, celebridades o simplemente por un grupo numeroso en la sociedad, generando en el individuo la idea de sentirse parte del “momento”, no por interés sobre la tendencia sino por las opiniones de los demás individuos; por lo general somos influenciados y en la mayoría de casos casi no nos percatamos de ello.

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