ANÁLISIS SISTÉMICO DE UN FENÓMENO PSICOSOCIAL

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ANÁLISIS SISTÉMICO DE UN FENÓMENO PSICOSOCIAL

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Fotografía extraída de:https://p.dw.com/p/3ThUsDeutcscheWelle 2021

I.- INTRODUCCIÓN.

En este taller, presentamos el intento de describir y explicar el camino que tuvo el “Estallido Social en Chile”, desde su inicio en octubre de 2019. Esto, marca la radicalización del movimiento hasta llegar, al Chile del aquí y ahora, en julio 2021.  Es un viaje por la marcha más grande de la historia, militares en las calles, toque  de queda, saqueos, violencia, evasión del metro, informes sobre violaciones de DD.HH, acercamientos hacia una nueva constitución, acuerdos entre gobierno y oposición,   plebiscito histórico en octubre 2020, las elecciones de convencionales constituyentes en mayo de 2021 y el inicio del trabajo de la constituyente en julio de 2021. Todos son hechos, que han marcado este nuevo capítulo de nuestra historia. Hemos tratado de presentar una visión lo más objetiva posible, dejando de lado nuestras posiciones políticas o ideológicas, evitando sesgos en nuestro desarrollo; lo que requirió de un gran ejercicio grupal, debido a que por nuestros trabajos, nos tocó tener roles activos en éste proceso histórico, es decir; fuimos parte del sistema estallido social.

II.- DESARROLLO.

Como ya es conocido, en la capital de Chile, inicia un movimiento de masivas manifestaciones, desorden social y graves disturbios, los que también se reproducen en las diferentes regiones del país. Su inicio se remonta a un viernes 19 de octubre del año 2019 y se apacigua en marzo del 2020, producto de la pandemia mundial asociada al SARCOVS-2 COVID-19.

Los motivos de esta serie de manifestaciones denominadas “Estallido Social”, poseen un factor detonante adjudicado a una gran parte de nuestra sociedad, acusando “el alza en la tarifa del sistema de transporte público de la Región Metropolitana” y asociado a los diversos malestares, que particularmente aquejan, a partir de un descontento social por la administración del país desde el regreso a la democracia.

El ambiente de este gran movimiento de descontento social, acaparó y contuvo la sistematización de las manifestaciones, las que surgieron del comportamiento de cientos de personas que buscaban declarar su insatisfacción, independiente de cual fuese, agrupándose en diversas multitudes que a su vez se diferenciaban de acuerdo a las demandas; siendo este ambiente, la conformación de un sistema que podríamos denominar abierto, pues los intercambios resultaban ser permanentes, determinando su propio equilibrio.

Este sistema, de acuerdo a su complejidad es considerado de gran conectividad, variado y variable, ya que los elementos que inciden y confluyen en él son diversos, interconectados entre sí, debido a su origen y similitud, siendo a su vez infinito, pues no podemos olvidar que los participantes de las manifestaciones y desórdenes, alcanzaron estados que en el ambiente, producto de la aglomeración de personas, no pudieron ser cuantificables ni distinguibles; sin embargo, sí pudieron ser reconocidos y diferenciados. Ejemplo de esto, fue que los manifestantes, saqueadores y vándalos que destruyeron la propiedad pública y privada, en muchos casos, no se logró la distinción del momento ni condición, en que el manifestante paso a ser saqueador.

En cuanto a la energía incorporada en el sistema basado en las manifestaciones producto del descontento social, podemos inferir que su liberación, se produjo de manera proporcional en cuanto al tiempo de contención y malestar acumulado; vale decir que, tanto en la fecha de inicio, como en la perduración del malestar, la energía mantuvo un nivel acentuado, hasta que comenzó a cesar y luego fue interrumpida por la situación de pandemia.

Ahora bien, podemos destacar la tendencia al desorden y violencia desde uno de los principios de la termodinámica, como lo es la entropía, pues si el descontento desde su inicio, presentó afectaciones a inmuebles generando daño en bienes de uso público y privado, al avanzar el descontento y la manifestación de éste como un sistema, tendió notoriamente a una desorganización, la que presentó mayores índices de agresividad y violencia. Esto resultó, ante muchos espectadores, una habitualidad de los manifestantes; además, no existió una figura que enmarcara ni guiara a los protestantes, para lograr el objetivo de toda declaración masiva, que es ser escuchado y coordinar posibles cambios.

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