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Antecedentes históricos de la explotación laboral infantil


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  Exámen  •  2.255 Palabras (10 Páginas)  •  1.643 Visitas

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Antecedentes históricos de la explotación laboral infantil

Durante cientos de años los niños han colaborado con los adultos en diferentes tareas, unas veces dentro de la estructura familiar y otras veces fuera de ésta. Al hablar del trabajo infantil hay que diferenciar, por tanto, entre dos formas:

• El trabajo dentro de la estructura familiar no remunerado: ayudando en las tareas domésticas o colaborando en las labores artesanales o agrícolas.

• El trabajo asalariado fuera del hogar.

El trabajo infantil dentro de la estructura familiar ha sido habitual y no ha tenido forzosamente una connotación negativa. Al contrario, a menudo era la mejor forma de aprender las responsabilidades y los oficios que desarrollarían en la vida adulta. Los niños eran educados en un entorno y con los conocimientos que necesitaban para poder sobrevivir en la sociedad de su tiempo. Siempre teniendo en cuenta que las condiciones laborales en la antigüedad eran muy distintas a las actuales, los niños no estaban limitados a una serie de condicionantes sociales y económicos como la cantidad de recursos disponibles o la clase social a la que pertenecían. La incorporación al mundo laboral y la asimilación de normas y pautas adultas era en cierta forma paralelo y sucedía de forma natural, y si este proceso estaba exento de abusos y el trabajo no se desarrollaba bajo condiciones penosas (a causa por ejemplo de penurias o esfuerzos extremos, o de una clima hostil), el proceso sin duda era positivo.

En la actualidad siguen existiendo defensores de este tipo de trabajo, olvidando el cambio radical que se ha producido en todo el mundo y la grave limitación que supone el analfabetismo o la escolarización precaria. En la medida que cierra las puertas a la cultura escrita, hoy en día la escolarización es imprescindible para aspirar a la promoción laboral en cualquier sector productivo, y al derecho inalienable de la educación y la cultura del ser humano. Esta forma de actividad laboral infantil, que en el fondo se define como actividad económica, se mantiene hoy en día en entornos rurales como en la antigüedad, pero se diferencia de la explotación laboral en varios aspectos. Por un lado, el trabajo fuera de la estructura familiar está casi siempre remunerado míseramente, y en muchas ocasiones llega a ser esclavitud. Se trata de una forma de explotación, sin ninguna contrapartida formativa ni de ningún otro tipo. Pero este tipo de trabajo, reglamentado o no, bajo mejores o peores condiciones, normalmente rigurosas y en ocasiones despiadadas, también ha existido siempre junto con la anterior forma de trabajo “ligero”.

La revolución industrial del siglo XIX, significó el descubrimiento de estos abusos y desde entonces es una situación presente en las culturas de todo el mundo en mayor o menor medida. Este problema comenzó a tratarse a principios del siglo XX por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) creada en 1919 y trabajaron con la ONU para contrarrestarlo.

En 1959 se creó la Declaración de los Derechos de los Niños, pero para el 2002 el general de la ONU, Kofi Annan reconocía el lamentable fracaso en la protección de los derechos esenciales de los niños. En 1992 la OIT unto con el gobierno de Alemania pusieron en marcha el Programa Internacional para la Erradicación del trabajo Infantil (IPEC). La mundialización o globalización de las últimas décadas tampoco ha contribuido a eliminar la explotación laboral infantil. Sí se han reducido los índices en algunas regiones del mundo, como en América Latina, que ha pasado de un 16,1 por ciento de niños entre 5 y 14 años trabajando en el año 2000, a un 5,1 por ciento en el año 2004, según el SIMPOC (Programa de Información Estadística y de Seguimiento en Materia de Trabajo Infantil).

El trabajo infantil sigue concentrándose en la agricultura, el servicio doméstico y el sector urbano no estructurado por el simple hecho de que es ahí donde mejor se oculta a los pequeños de la vista del público. El trabajo y la explotación laboral infantil lleva siendo un tema de actualidad desde hace años, y es un problema complejo que tiene que ver con la cultura, la familia, la educación y la economía de un país. Está demostrado que cuanto más pronto se produce la incorporación de los niños al mundo laboral y adulto, menores posibilidades tienen de ampliar su educación en el futuro.

Parte del discurso actual para explicar el trabajo infantil tiene que ver con la coyuntura microeconómica y política en el mundo moderno. Para algunos analistas de las ciencias sociales, el trabajo infantil es un proceso social que acompaña al capitalismo desde su nacimiento, pero que se manifiesta de una nueva forma actualmente debido a que el propio sistema neoliberal se encuentra en crisis. Sus cimientos están siendo carcomidos por la especulación, el narcotráfico y el negocio de la guerra, provocando contradicciones que trastocan toda lógica: los millones de niñas y niños trabajando, mientras millones de adultos no tienen empleo, o si aún lo tienen, viven en la incertidumbre y pobreza crecientes.

México

La condición de los menores refleja el sentimiento de las sociedades tradicionales de cada época. En la precortesiana abundan los sacrificios humanos, especialmente en niñas y niños, así como órdenes rigurosas del rey a manera de medidas educativas, como las dictadas por Moctezuma pero los cambios de costumbres provocados fundamentalmente por la cristianización y el mestizaje, repercutieron en el tratamiento de los hijos y en las relaciones familiares.

Los niños, de acuerdo con ciertas tradiciones educativas fueron objeto de golpes y severos castigos, y su trabajo convertido en obligación para contribuir en el sostenimiento de su familia, de hecho, hacerlos trabajar era preferible, frente a otras ideas que cínicamente llegaban a expresar la carga que representaban y la utilidad que podían tener. La intervención de los misioneros cristianos y la influencia española a partir de la conquista, no modificó en mucho las condiciones de la niñez. En el México colonial, continuó bajo el ejercicio austero de los padres que entendían el hecho de la procreación como derecho absoluto sobre los hijos, condición que, no obstante el transcurso de cinco siglos, se conserva vigente hasta la fecha entre algunos grupos sociales. Puede ser atrevido, pero no falso, denunciar la actual doble explotación infantil; la familiar y la laboral sin importar su edad; tal es el ejemplo del medio rural en donde se procrean más hijos, sea para solicitar más tierras, sea para contar con más manos que las trabajen sumado a la obligación de compartir las faenas agropecuarias y domésticas.

Durante el periodo colonial, la desfavorable situación de los indígenas frente

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