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Aspectos energeticos de la conducta


Enviado por   •  2 de Julio de 2013  •  Tutoriales  •  35.720 Palabras (143 Páginas)  •  450 Visitas

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ASPECTOS ENERGETICOS DE LA CONDUCTA. VINCULOS INTERHUMANOS.

LAS IDENTIFICACIONES PERSONALES

Llamamos identificaciones personales o binarias a aquellas en las que se ven comprometidas dos personas por un vínculo afectivo.

La necesidad que tienen los hombres de convivir con los demás y por lo tanto de ajustarse a las características e intencio­nes de los otros hace que se multipliquen las formas de vínculo afectivo. Es en la vida de relación donde nacen las emociones. los sentimientos, las actitudes que mueven al sujeto a actuar de distinto modo en distintas situaciones.

Dos son las características fundamentales de los vínculos afectivos:

1) Representan una gran cantidad de energía móvil que encauza la conducta en distintas direcciones. Dicha erier­gía puede estar por momentos difusa o puede activarse y concentrarse en la búsqueda de un objetivo.

2) Llevan implícita en sí mismos la ambivalencia. El vínculo afectivo puede derivar en amor u odio, amistad o enemis­tad, ayuda mutua o agresión, admitiendo en la escala distintas graduaciones.

Esta dualidad de la vida afectiva se explica, según lo dicho en el capítulo anterior, por el núcleo identifica­ción-agresión. La ambivalencia radica en que en el mismo vinculo afectivo se manifiesta la identificación y la agre­sión. Es decir, que el núcleo afectivo lleva en sí mismo la contradicción de sus opuestos, desde el momento en que uno puede identificarse con determinados aspectos de la personalidad del otro y rechazar otros.

Si la relación engendra vínculos de acercamiento y afecto entre los dos seres se da una identificación entre ellos como eje de dicho vínculo.

Si la identificación no es posible, se origina entonces el estado de agresión.

La multiplicidad de vínculos posibles hace dificultosa la.tarea de ordenarlos para su mejor comprensión. Sin embargo, dichos vínculos difieren profundamente entre sí según sean transitorios y fugaces —como las conductas emocionales— o duraderos y estables —como en las conductas sentimentales.

Los trataremos, pues, en este orden.

LAS EMOCIONES

Las conductas emocionales expresan vínculos pasajeros, ef­meros, entre dos personas. Representan un estado afectivo más rudimentario que los sentimientos más elaborados, que analizare­mos luego.

Las emociones manifiestan un estado de shock afectivo que se expresan niimicamente en forma muscular o postural: se dan en ellas cambios fisiológicos tales como la aceleración del ritmo cardiaco, respiración agitada, movimientos del diafragma, tem­blores, transpiración, descarga de adrenalina, palidez, explosión en el llanto, la risa, etc.

Es una conducta evidentemente motriz por acción-reacción en el sujeto.

Hay emociones en las cuales se logra la identificación entre los seres como resultante de ese estado afectivo, mientras que en otros, al no llegarse a la identificación emocional, el vínculo se transforma en agresivo. Veremos a continuación algunos de estos casos, y agrupados en ese orden.

IDENTIFICACIÓN EN CONDUCTAS EMOCIONALES

La alegría o júbilo: es una emoción placentera que puede llegar a manifestaciones exuberantes. El individuo que festeja un acontecimiento, o que ha logrado resolver una situación difícil, o que se regocija con el éxito de su amigo, vive en ese momento una gran alegría que exterioriza de distintos modos.

La compasión: es una emoción piadosa frente a una desgra­cia de un amigo, vecino o compañero de labor. Puede conducir a una simpatía profunda, al generoso auxilio del otro o simplemente a manifestar una simulación de identificación tierna o sensiblería. Hay quienes derraman lágrimas ante el mero relato del infortunio de alguien a quien ni siquiera conocen.

AGRESIÓN EN CONDUCTAS EMOCIONALES

Al no lograrse la identificación, surge el vínculo agresivo, que puede manifestarse emocionalmente de diversos modos.

La ira: es una forma de indignación súbita que se manifiesta en una crisis emocional. Queda en ella suspendida la acción de ataque físico hacia el adversario, se inhiben el pensamiento y el lenguaje, apareciendo el tartamudeo, la ronquera, etc.

Raramente toma la forma de violencia activa hacia el otro, generalmente se irrumpe en insultos y gesticulaciones ofensivas. A veces llega a una violencia atenuada, como el bofetazo.

En algunos casos, el impulso agresivo se vuelve contra el sujeto mismo —como si se identificara con el adversario— y entonces se muerde las manos, se golpea y hasta llega a lastimarse.

Algunos sujetos amplían su agresión verbal deseando la muer­te de todos sus enemigos y del mundo entero. Otros imitan grotescamente al enemigo, exagerando sus gestos, maneras, tics, como en una caricatura.

El asco: es una emoción deprimente en donde se observan raros tipos de identificación negativa. Al advertir la suciedad —física o moral— de otra persona, puede el sujeto introyectar la. misma hasta sentirse impregnado de ella, e incluso hasta sentirla en la boca: en estos casos es frecuente ver que dicho sujeto escupe, como si quisiese lib erarse de ella. Puede inclusive causar náuseas el contacto con algo asqueroso.

El miedo: produce en el sujeto una reacción inhibitoria en situaciones en que se amenaza la propia dignidad. La falta de confianza en sí mismo, el temor al ridículo, a las críticas, paraliza la acción.

En el caso de poder descargar la actividad, el sujeto tenderá fácilmente a la huida respecto del otro que se visualiza como peligroso.

La ansiedad: es una emoción similar al miedo que se carac­teriza por la falta de especificación de la causa que lo produce.

LA IDENTIFICACIÓN EN LOS SENTIMIENTOS

A diferencia de las emociones, los sentimientos emplean identificaciones con otros de manera estable o permanente.

Representan estados anímicos más o menos duraderos y son formas de vínculo más regulares entre dos seres.

Dichos estados afectivos son formas más elaboradas y com­plejas

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