Ateneo clinico
antilope9Práctica o problema21 de Noviembre de 2018
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ATENEO CLINICO
Encuadrando
En el siguiente ateneo voy a exponer una problemática ocurrida en mis prácticas anuales pre profesionales, que tiene que ver con mi parada en el espacio de Musicoterapia.
Al principio, lo que sostuvo mi vivencia práctica fueron materiales bibliográficos, hasta que me encontré desbordada, en una situación que funciono como línea de fuga para que pueda reflexionar acerca de mi parada en el taller de Musicoterapia, de la importancia del sentido común y del encuadre en este y en otros contextos.
-Para empezar voy a contextualizar las prácticas pre profesionales, y la línea de fuga:
En 5to año de la Licenciatura en Musicoterapia realizamos prácticas con niños, adultos, y adultos mayores. La modalidad empleada es que cada alumno elija un campo para realizar durante todo el año una de las practicas, y las otras dos practicas se dividen por cuatrimestre. Mis prácticas anuales fueron en el campo de la salud mental, con adultos. Las cuatrimestrales fueron en el primer cuatrimestre adultos mayores, y en el segundo cuatrimestre niños. La institución que me toco para realizar mis prácticas anuales fue el Sanatorio Neuropatico S.R.L. Al cual concurro todos los miércoles a la mañana, desde fines de mayo hasta fines de noviembre.
Denomino línea de fuga al encuentro desbordado que generó en mí un proceso de deconstrucción- construcción del posicionamiento en la parada musicoterapéutica y consecuentemente en la justificación del espacio.
Relato Clínico
En mi 7mo encuentro me encontré con situaciones que me condujeron a la reflexión. Ese día tuve el encuentro más corto y más atípico de todas mis prácticas. Cuando llegue a la institución, un usuario “A” me recibe llorando, relatando la muerte de su padre; cuando el sujeto se calma, otro usuario “B” y él me hablaban de situaciones personales, haciéndome preguntas subidas de tono. Cuando empiezan a llegar más participantes al quincho (lugar que me habilito la institución para llevar a cabo el taller) comenzamos con la improvisación libre. Hasta que llega un usuario “C”, con la intención de saludar. Cuando “C” saluda a “B” más de una vez, “B” le pega diciéndole que no lo moleste mas; mi intervención fue a través de la palabra, pero como esto ocurrió de nuevo, fui a la guardia medica a informar lo que estaba pasando, y pidiendo ayuda. (Mientras tanto el quincho quedo a cargo de la Acompañante Terapéutica de otro participante). Cuando volví al quincho la escena seguía desbordada, consecuentemente di por finalizado el taller.
Reflexión
Esta línea de fuga es la causante de una deconstrucción- construcción en mi parada, dentro de la clínica Musicoterapeutica. Antes de esta vivencia yo ya había realizado prácticas en el campo de la Salud Mental, con adultos, en dupla, y siempre me sostuve con materiales teóricos o audiovisuales. Lo que yo hacía en los encuentros de Musicoterapia, con los participantes convocados que elegían asistir, era marcar el encuadre (presentándome a mí y al taller que llevaría a cabo) y sacar los instrumentos con la propuesta de la Improvisación Libre.
En el 7mo encuentro me sentí sin recursos, ningún soporte teórico me daba la solución que estaba necesitando. En este momento me di cuenta que nada proviene de la nada, que todo está relacionado con todo, era como un sistema en el que una de las partes no estaba funcionando. Entones llevo esto a la supervisión y decido tomar esta situación como material vivencial, con el objetivo de aprender. Este objetivo me llevo bastante tiempo y bastante trabajo de deconstrucción- construcción.
A partir de este momento pude entender y vivenciar la importancia del encuadre en tanto limites, y fundamentación del espacio. Consecuentemente pude entender que también se trata de sentido común dado que yo le estaba dando más interés al material leído y a las demandas de los participantes que al acontecimiento que allí estaba siendo. Ahora respeto el encuadre sin contradicciones entre lo que se dice y lo que se hace, propongo actividades concretas en los encuentros y las sostengo, tratando de no olvidar mis objetivos, y evitando caer en el vacío que estaba generando antes. Además ahora tomo como parte del encuadre una reflexión, o devolución al finalizar cada encuentro, para ver que registros hay de lo acontecido, y como seguir. En esta parte tomo las propuestas de los participantes para organizar el siguiente encuentro, pero sin dejar de lado mis objetivos.
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