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CLAVES EN PSICOTERAPIA BREVE - STEVE DE SHAZER (1992)


Enviado por   •  6 de Agosto de 2014  •  7.660 Palabras (31 Páginas)  •  654 Visitas

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CLAVES EN PSICOTERAPIA BREVE – STEVE DE SHAZER (1992)

INTRODUCCIÓN

En la medida que de Shazer y sus colegas continuaron investigando acerca de la elaboración de soluciones en el Centro de Terapia Familiar Breve (CTFB), sus análisis los obligaron a tomar en cuenta cada vez más el proceso de la entrevista. Descubrieron que ya no era suficiente utilizar la simple idea de que la entrevista conducía a la estrategia de intervención y por lo tanto a la tarea.

Se enfrentaron al hecho de que las entrevistas son un embrollo y por lo tanto, estudiarlas es igualmente confuso. El caos aumenta cuando el terapeuta conversa con más de una persona y el equipo se incorpora (al azar) por medio del teléfono y/o a través de la pausa y el mensaje al final de la sesión.

Cuando se observan las entrevistas lo primero que se manifiesta son las diferencias. Cada miembro del equipo tiene un estilo diferente y un modo diferente de poner en práctica el modelo.

El cambio de enfoque desde las tareas formalizadas y otras tareas del final de la entrevista a las entrevistas mismas comenzó con una tarea formalizada al comienzo de la entrevista, lo desencadenó una anomalía. Durante dos semanas seguidas el mismo equipo observó sesiones iniciales durante las cuales el cliente mencionó espontáneamente un cambio en las zonas problemática que se había producido en los días inmediatamente anteriores a la sesión. Una vez que el cliente lo trajo, el terapeuta rápidamente pasó a la conducta de segunda sesión, es decir investigar y promover el cambio que ya se había producido. Se organizó un pequeño proyecto para observar “el cambio anterior a la terapia” y se descubrió que, cuando se les pregunta directamente al comienzo mismo de la primera sesión, los clientes informarán sobre algún “cambio anterior a la terapia” con bastante frecuencia. Puesto que el cambio ya se había producido, ¿Cómo haríamos el trabajo que, en ese momento, se veía como “iniciar el cambio”?

¿Cómo saber que ignorar?: El intento de contestar a esta pregunta condujo a realizar una investigación de proceso sobre la interacción terapéutica. Se observó a partir del análisis de entrevistas codificadas cómo la “conducta de segunda sesión” pasaba a la primera en la medida en que los terapeutas del CTFB se concentraban cada vez más en lo que se había dado en llamar “excepciones a las reglas del problema”. Las tareas que se les encargan a los clientes para realizar en el hogar están ahora, mucho más claramente que antes, relacionadas con la entrevista.

Diversas ventajas han resultado de la investigación del desorden de las entrevistas:

1. Las tareas esenciales del terapeuta son ejecutadas durante la entrevista en sí. El modelo depende de que al cliente se le asignen tareas para el hogar. Con esto la terapia breve se hace más flexible y más adaptable para otros encuadres. Lo que hacen los terapeutas breves no es simplemente “menos de lo mismo” sino que es un enfoque concebido para ser a la vez breve y eficaz.

2. Las tareas que se encargan ya pertenecen al ámbito de experiencia y al repertorio de los clientes. Esto no sólo facilita la colaboración entre terapeuta y el cliente sino que además una relación cooperativa de este tipo surge naturalmente de la propia construcción de una entrevista.

3. La construcción de la entrevista estimula a los clientes a “comprender” mejor el contexto de la situación problemática. Esto reduce al mínimo la necesidad de tareas de conducta para realizar entre sesiones y convierte a la terapia breve en algo más viable en lugares con pacientes internados.

4. Al poner el acento en la construcción de la entrevista y en las tareas del terapeuta dentro de la sesión se describe con mayor claridad aquello que hacen el terapeuta y el cliente que resulta útil para el desarrollo de la solución.

5. La teoría y el modelo se ocupan simplemente de hacer la terapia dentro de su ambiente natural.

6. Las conversaciones con los clientes con frecuencia resultan entretenidas tanto para el terapeuta como para el cliente.

CAP. I: Enfoque resolutivo.

Transferibilidad: Un trabajo centrado en el “desarrollo de la solución” indica que la transferibilidad, en algunos casos, depende más de la estructura de la tarea misma y tiene muy poco o nada que ver con los modelos de interacción o el contexto específico de un motivo de consulta concreto; este tipo de tarea transferible se denomina “llave maestra”. Parecen útiles para abrir la puerta al cambio y la solución en muchas situaciones, independientemente de cuál sea el motivo de consulta específico.

Marcar diferencias: Esta identidad prepara al observador para reparar en algo diferente. Una vez que se advierte algo diferente, vuelve a surgir el interés. Las sesiones y los casos se comparan por medio de los modelos y formas de las descripciones y no según el enfoque más tradicional de comparación de casos mediante el instrumento del modelo del motivo de consulta o del “síntoma” o la “enfermedad”. Simplemente, lo que es observable, repetible y comunicable son los modelos y formas de nuestras descripciones.

La nueva llave maestra: Búsqueda de “excepciones” que pudieran convertirse en diferencias significativas, el término de “excepción” se adapta con facilidad al punto de vista del cliente, o por lo menos a la visión del terapeuta de la visión del cliente. Esto significa que el terapeuta ya en la primera sesión, responde con una expectativa abierta de la transformación o cambio permanentes.

El proceso se describe así; El comienzo de la primera sesión, el terapeuta y el cliente se dedican a construir una realidad terapéutica basada en la transformación o el cambio permanentes y no en la iniciación del cambio. Cuando se identifican las excepciones, en la tarea para el hogar habitualmente se incorporará la idea de que el cliente debe hacer más de lo que ya está haciendo y no la sugerencia de que haga algo distinto.

Concentrarse en la solución: “La pregunta por el milagro” se utiliza en casi todas las primeras sesiones ayuda al terapeuta y al cliente a describir qué características tendrá una solución. Si se pregunta indirectamente acerca de objetivos utilizando la secuencia del milagro, uniformemente se logra producir descripciones de conductas concretas y específicas. Hemos descubierto que éste modo de echar una rápida hojeada al futuro es el marco más eficaz para ayudar a los clientes a fijar objetivos y describir así cómo se darán cuenta cuando el problema esté resuelto.

Por medio del uso de esta pregunta el terapeuta y el cliente se ponen en condiciones

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