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Caso Teresa


Enviado por   •  9 de Marzo de 2020  •  Documentos de Investigación  •  3.771 Palabras (16 Páginas)  •  131 Visitas

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M. Villa Sierra, 50 a. Primera consulta en enero de 2008. Casada, un hijo de 11 años.

Consulta un mes después del fallecimiento de su padre, con 76 años, en parte a causa de las secuelas de un accidente de automóvil que conducía la paciente, del que no tenía ninguna responsabilidad. Madre de 73 años, ama de casa. Los padres llevaban más de treinta años separados. Consulta por un estado depresivo reactivo y con ansiedad moderada.

AUTOBIOGRAFÍA

Nací en una nochebuena de 1957 en casa de mis abuelos maternos en Tetuán, Marruecos.

Los primeros 2 años vivimos en Zaragoza (destino de mi padre). Debía de tener intolerancia a la lactosa y no retenía la leche, con tratamiento fui saliendo adelante. Era muy difícil para comer. Murió mi abuelo paterno (un patriarca del clan militar perverso y despótico pero al que mi padre adoraba). Estuvo de baja mi padre por depresión que se manifestaba en desconexiones.

Luego vivimos en “La Ciudad del Aire”, Murcia. Nació mi hermano en marzo de 1961 en Tetuán y es que allí pasábamos largas temporadas. Era precioso y se comía todo y me lo hacían ver, fui poco a poco comiendo más hasta convertirme en una “gordita feliz”. Fue una época muy buena con amigos, jugando en la calle, en la playa.

Venir a Madrid fue un trauma: dejé amigas y una manera de vivir muy buena. No acertaron con el colegio de monjas, por ser grandota me pusieron en una clase de mayores y recuerdo no entender nada. Avisaron a mis padres del retraso que tenía. Me pusieron en la clase correspondiente a mi edad de 6 años y todo fue mejor. Faltaba mucho al colegio por pasar largas temporadas en Marruecos.

Teniendo 8 años mi padre se pasó a la línea aérea y estuvo todo un año haciendo vuelos chárter desde las islas, lo echaba mucho de menos. Ese curso me sacaron del colegio y me daban clases en casa. Nos cambiamos de casa, dejamos los pabellones militares, los encuentros con las amigas para estudiar…

A partir de 9 años me metieron en el colegio F (Opus Dei) fue horrible, el sectarismo, el temor a Dios. En casa las cosas no iban nada bien entre mis padres, peleas, dormían en cuartos separados, mi madre alcoholizada y mi padre con sus mujeres (tenía un apartamento de soltero). Era muy déspota y nos humillaba con frecuencia. Tanto mi hermano como yo sacábamos malas notas.  Me fui haciendo rebelde en el ccolegio y dormía y cuidaba dde mi madre borracha el resto del día y de la noche, contestaba a mi padre pues le hacía responsable de todo. Repetí un curso con 15 años, suspendí todo, explotaba en el colegio, me quisieron expulsar, mi madre lo impidió. Se humilló ante todos.

Me salí de F en COU, aunque me habían inscrito mis padres no aguanté y me cambié a una academia. A partir de aquí comencé a tomarme los estudios en serio. Hice Psicología y Criminología, pasé veranos estudiando inglés en Inglaterra, hacía cursos de Rorschach, proyectivos gráficos… aunque la línea de la facultad era conductista.

A los 20 años empecé a mantener relaciones sexuales, primero esporádicas, luego con mi novio Fredy que estudiaba psicología y veraneaba en Villalba como nosotros (Dejamos de ir a Marruecos ccuando mis abuelos maternos se establecieron en Madris).

Mi padre me hizo sacar el carnet de conducir a los 18 años para que llevara a la familia los fines de semana y las vacaciones a Villalba, mientras él veraneaba por su lado.

Tuve un accidente de coche, estaba rabiosa, tenía que llevar ropa de mi hermano que estaba en Robledo de Chavela, mi madre se abrió la frente, creí que se había muerto. (Pánico-Culpa). Aunque nos ingresaron, mi padre que estaba de baja por hernia discal no fue a vernos esos dos días. Las cosas iban ya fatal.

Operaron a mi padre y tras su recuperación decidió irse de casa y separarse de mi madre. No quería hablar conmigo, sí con mi hermano hasta que se enfadaron al poco tiempo (81).

Nos desahuciaron de la casa en la que estábamos, nos fuimos a vivir a casa de mi abuela materna (mi abuelo había muerto un año antes).

Me puse a buscar trabajo: hice cartas astrales con un astrólogo, baremé pruebas neurológicas [¿neuropsicológicas?] con la doctora B. Centro de Preparación al Parto asociado a ASISA. Comencé en terapia gestáltica con Juanjo G. Este me introdujo en un grupo de formación. Hice la formación de 4 años como terapeuta gestáltica formada por profesores del instituto Perls. Hice  un año de terapia Con Michael E. y luego seguí con Augusto I del 85 al 88.

Durante este tiempo me fui a vivir con Paco (lo conocí haciendo karate, él era el hijo de la matrona que llevaba el centro de Preparación al Parto). Me enamoré de él perdidamente. Vivíamos en una casita de Pozuelo, teníamos una san Bernardo preciosa, trabajaba en el centro de su madre, ayudándole en sus negocios (restaurante chino en Aravaca). Cruzamos a la perra, tuvo perritos. Fue precioso. Él tenía una hija de 7 años con la que me llevaba bien, la introduje más en su vida, pues el fin de semana que le tocaba tener a Beni antes la dejaba con las tías.

Comencé a tomar pacientes en la consulta de un compañero a principios de 1987. Y en abril el mismo año me fui, pues no podíamos estar juntos a menos que viviéramos como él quería, no contaba lo que yo quisiera. Fue muy duro.

Volví a casa de mi abuela con mi madre y mi hermano. Él [el hermano] se casó al poco y se fue a vivir a Villalba.

Me fue bien, alquilé una consulta con unas compañeras, dejé el trabajo con las embarazadas, me contrataron para ir a Salamanca los fines de semana para hacer terapia a nuevos formandos… Así que me alquilé un apartamento y me independicé. No me perdía un congreso de terapia Gestalt, fundamos la Sociedad Española de Terapia Gestáltica… Me formé en la escuela de F.N. [una terapeuta psicoanalítica muy conocida] como psicoterapeuta de niños y adolescentes.

Sexualmente llevaba una vida muy promiscua, sin pareja fija, tan solo una pequeña temporada con un sociólogo esquizo que fue memorable. Según aprendía psicoanálisis me entraban dudas sobre la terapia gestáltica. Tenía unos pacientes muy difíciles y sentía que no lo estaba haciendo bien.

En la escuela de F.N. conocí a Luis, no hicimos amigos, muy buenos amigos, el mejor y al final del curso comenzamos a salir (1990). Al año en vez de tener dos apartamentos se vino a vivir al mío, luego buscamos una casita, hipoteca… Nos complementamos bien: él me serena cuando estoy de los nervios, yo le espabilo cuando se atasca, nos queremos de verdad. La relación ha pasado por muchas fases: enamoramiento cegador (lo veía en todas partes, sus rasgos en todos los hombres, casi) época muy apasionada en la que no parábamos de “achucharnos”, luego yo quería tener familia, él no, le convencí y tras un aborto vino Gustavo. Nos cambió mucho, él estresado y yo le rechazaba a él, dejé de querer hacer el amor, me pareció que las mujeres llevábamos la peor parte…

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