Condicionamiento Clasico
Elisa1438 de Noviembre de 2012
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SUPUESTOS BÁSICOS DEL
Antes del siglo xx, las dos perspectivas dominantes en la Psicología eran el estructuralismo (ba- sado en el trabajo de y el funcionalismo (basado en el trabajo de John Dewey). Aunque ambas perspectivas diferían considerablemente en sus supuestos subyacentes y en los te- mas de estudio, compartían una debilidad común: carecían de una metodología de investigación precisa y cuidadosamente definida. La manera en que los estructuralistas estudiaban el aprendizaje y otros fenómenos psicológicos, era mediante un método denominado introspección: se pedía a las personas que «mirasen» en su interior y describiesen su mente y su pensamiento. Pero, al iniciarse el nuevo siglo, algunos psicólogos empezaron a criticar esta estrategia introspectiva debido a su sub- jetividad y a su carencia de rigor científico. Les preocupaba que, sin métodos de investigación más objetivos, la Psicología nunca pudiera llegar a ser considerada como una ciencia.
Gracias a los esfuerzos del fisiólogo ruso Pavlov (al que nos referiremos a continuación) y el trabajo del psicólogo americano Edward (que describiremos en el capítulo 4), fue apa- reciendo una estrategia más objetiva para estudiar el aprendizaje, que se caracterizaba por centrar- se en los fenómenos observables y no en los acontecimientos mentales no observables. Estos in- vestigadores preferían analizar la conducta, ya que es algo que puede verse con facilidad y describirse de manera objetiva, con lo que nació el movimiento conductista.
Los conductistas no siempre están de acuerdo respecto a los procesos específicos que explican el aprendizaje. Sin embargo, la mayoría comparten algunos supuestos básicos:
• Los principios del aprendizaje deberían aplicarse por igual a conductas distintas y a dife- rentes especies animales. Los conductistas suponen que los seres humanos aprenden de ma- nera similar a como lo hace cualquier otro animal, una idea conocida como equipotenciali- dad. Los conductistas suelen utilizar el término organismo para referirse genéricamente a miembros de cualquier especie, ya sean humanos o no humanos. En consecuencia, los con- ductistas suelen aplicar a las situaciones de aprendizaje humano, los mismos principios que han extraído de su investigación con otros animales como ratas o palomas.
• Los procesos de aprendizaje se pueden estudiar con más objetividad cuando el análisis se centra en los estímulos y en las respuestas. Los conductistas consideran que los psicólogos deben estudiar el aprendizaje mediante el método científico, de la misma manera que los químicos y los físicos es- tudian los fenómenos del mundo físico. La manera de mantener la objetividad necesaria es centrarse en dos aspectos que pueden observarse y medirse con como son los estímulos del entor- no y las respuestas que los organismos producen ante esos estímulos. Así pues, los principios con- ductistas del aprendizaje suelen describir la relación que se establece entre un estímulo (E) y una respuesta (R); por lo tanto a veces el conductismo también recibe el nombre de Psicología E-R.
• Los procesos internos quedan excluidos del estudio científico. Muchos conductistas consideran que dado que no podemos observar y medir de manera directa los procesos internos tales como pensa- mientos, motivos, emociones, deberíamos excluir estos procesos de la investigación, así como tam- bién de las explicaciones de cómo tiene lugar el aprendizaje Watson, Estos conductistas describen un organismo como «una caja negra», donde los estímulos penetran en la caja y las respuestas salen de ella, aunque no sabemos qué es lo que pasa dentro de la misma1.
Esta idea de que el estudio de la conducta y el aprendizaje humanos centrarse exclusivamente en los estímu- los y las respuestas suele denominarse conductismo radical.
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Capítulo 3 • y condicionamiento clásico 39
No todos los conductistas adoptan una perspectiva tan estricta. Algunos insisten en que los factores internos también son importantes para comprender el aprendizaje y la conducta. Estos teóricos también son conocidos como teóricos (estímulo-or- ganismo-respuesta) por contraposición a los teóricos E-R. Uno de los primeros neoconduc- tistas fue Clark quien sugirió que factores como la motivación y la fuerza de las asocia- ciones entre el estímulo y la respuesta tenían influencias importantes en la conducta (estudiaremos el trabajo de Hull al final de este capítulo). Más recientemente, algunos con- ductistas han afirmado que sólo es posible comprender con eficacia, tanto la conducta hu- mana como la animal, cuando se tienen en cuenta tanto los procesos cognitivos como los acontecimientos ambientales (Church, DeGrandpre, 2000; 1993; Rachlin, 1991; Rescorla, Schwartz y Reisberg, Wasserman, Percibiremos el aroma de al- gunos de esos procesos cognitivos cuando examinemos las perspectivas contemporáneas del condicionamiento clásico y el condicionamiento operante, al finalizar este capítulo y en el ca- pítulo cuarto.
Aprender supone un cambio de conducta. Los conductistas han defendido tradicionalmente el aprendizaje como un cambio en una conducta. Al fin y al cabo, como dijimos en el capítulo 1, podemos saber que ha ocurrido un aprendizaje sólo cuando lo vemos reflejado en las acciones de alguna persona. De hecho, algunos conductistas proponen que si no se produce ningún cam- bio en la conducta, entonces, posiblemente no se haya producido ningún aprendizaje.
A medida que algunos conductistas han empezado a tomar en consideración los factores cog- nitivos, han comenzado a distanciarse de esta definición del aprendizaje tan vinculada a la conducta; en lugar de esto, tratan el aprendizaje y la conducta como aspectos diferentes aun- que relacionados. Algunos psicólogos (Brown y 1975; Estes, 1969a; Schwartz y Reisberg, 1991) han sugerido que muchas leyes conductistas se aplican de manera más apropiada a la comprensión de lo que influye sobre la realización de las con- ductas aprendidas, que de lo que influye sobre el propio aprendizaje.
Los organismos nacen como pizarras en blanco. Dejando de lado algunos instintos caracte- rísticos de una especie, como la construcción de nidos o las conductas migratorias de muchas así como las discapacidades de origen biológico como el retraso mental o las enferme-
dades mentales, los organismos no nacen predispuestos a comportarse de una manera deter- minada. Por el contrario, llegan al mundo como «pizarras en blanco» (una idea a la que sole- mos referirnos con su equivalente latino, tabula rasa) sobre las cuales se van escribiendo paulatinamente las experiencias ambientales. Dado que cada organismo recibe un conjunto exclusivo de se desprende que también adquiere su propio repertorio exclusivo de conductas.
El aprendizaje es el resultado de sucesos ambientales. En vez de utilizar el término aprendi- zaje, los conductistas prefieren hablar de condicionamiento: un organismo está condiciona- do por los sucesos que ocurren en su entorno. La forma pasiva de este verbo expresa la creen- cia de muchos conductistas de que el aprendizaje es algo que le ocurre a un organismo y que suele estar fuera de su control.
Las más útiles suelen ser las más parsimoniosas. De acuerdo con los conductistas, de- explicar el aprendizaje de todas las desde la más simple hasta la más
mediante el menor número posible de principios de aprendizaje; este supuesto re-
fleja la preferencia por la parsimonia (concisión) para explicar el aprendizaje y la conducta. Veremos un ejemplo de esta parsimonia en la primera teoría conductista que exploraremos: el condicionamiento clásico.
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CONDICIONAMIENTO CLÁSICO
iniciarse el siglo XX, Pavlov, un fisiólogo ruso cuyos estudios sobre la digestión le lle- varon a ganar el Premio Nobel en 1904, estaba realizando una serie de experimentos relacionados con la salivación de los perros. Para estudiar las respuestas de salivación, realizó una incisión qui- rúrgica en las fauces de los perros para poder recoger y medir la saliva que producían. Tras inmo- vilizar al perro, le daba un apetitoso trozo de carne y observaba su salivación. Pavlov se dio cuenta de que tras algunas repeticiones de esta experiencia, los perros empezaban a salivar antes de vista u olida la comida; de hecho, empezaban a producir saliva en cuanto el ayudante entraba en la sala. Aparentemente el perro había aprendido que la presencia del ayudante significaba comida, y res- pondía en consecuencia. Pavlov dedicó buena parte de sus últimos años a realizar un estudio siste- mático de este proceso de aprendizaje que había descubierto tan inesperadamente y que resumió en su libro Reflejos condicionados (Pavlov, 1927).
Los primeros estudios de Pavlov sobre el condicionamiento clásico se desarrollaron de la ma- nera siguiente:
Comenzó observando si el perro salivaba en respuesta a un estímulo determinado, por ejem- plo una luz o el tañido de una campana. Para simplificar la exposición, continuaremos nues- tra explicación utilizando la campana como el estímulo en cuestión. Como
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