Conductismo Arcaico

Conductismo Arcaico.

En origen se pensaba que el alma es aquello que confiere vida y que las sociedades primitivas representaron con toda clase de entidades imaginarias como los fantasmas, espíritus, etc.

Sócrates (470 a.c.), se interesaba en el ser humano captado en una perspectiva esencialmente moral. El conocimiento no versa sobre la realidad del alma, de la cual no duda, sino sobre sus riquezas ocultas que hay que descubrir para volverse mejor.

Platón (427 a.c.), quiere demostrar que el alma es absolutamente incorpórea, concibe la vida psíquica como independiente de la vida del cuerpo. Con Platón cobra fuerza la idea de un alma completamente diferente al cuerpo y que se encarga de gobernar a este.

Para Aristóteles (384 a.c.), el alma asegura el funcionamiento orgánico y no puede subsistir sin un cuerpo, es principio de vida y movimiento y causa de la sensibilidad e inteligencia. Todos los seres vivos tienen alma. Clasifica las almas en sensitivas, vegetativas e intelectivas. Cada tipo de alma rige una función orgánica y es afectada a su vez por estas funciones.

Anticonductismo

Para San Agustín (354 d.c.) el alma esta investida de una dignidad superior a la del cuerpo. El alma toma su existencia de Dios, quien es la luz del alma en la cual vemos todo. La voluntad es la rectora de la conducta. San Agustín considera que el alma humana es inmortal.

Santo Tomas de Aquino (1225 a 1274), plantea que no hay conocimiento directo de lo inmaterial. Con el volvemos a encontrar la concepción piramidal de los seres terrestres. El alma es el principio del que dependen los movimientos y acciones del cuerpo, el alma es inmortal e inmaterial, está unida al cuerpo sin intermediario, rige la vida vegetativa, la sensitiva y la intelectual.

Preconductismo.

René Descartes (1569 a 1650), estudio a los seres vivos desde una perspectiva físico – química considerando que todos los fenómenos vitales son de orden físico. La postura de Descartes respecto al ser humano se considera dualista ya que ve al hombre integrado por un alma y un cuerpo: viendo al cuerpo como una máquina que es puesta a andar por el alma.

Se considera a Descartes como el padre de la teoría interaccionista mente - cuerpo, ya que este propone que el alma y el cuerpo interactúan en el organismo afectándose mutuamente.

Empirismo y Asociacionismo.

Jhon Locke (1632-1704), centró su el objeto de estudio en el entendimiento humano, ve en la experiencia y la razón las condiciones necesarias para el conocimiento, siendo la cuestión central, saber cuáles son los productos de la capacidad cognoscitiva del hombre. Según Locke, la primera fuente de las ideas es la sensación que forma lo que él llama "ideas simples", que son impresiones producidas en nosotros por los objetos a través de los órganos de los sentidos. En la mente se producen las percepciones o formación de ideas. La combinación de ideas simples produce "ideas complejas" y ambas pueden ser sensoriales o reflexivas.

Existir es percibir o ser percibido. Berkeley (1685-1753) pensaba que la percepción era un acto de juicio basado en la experiencia.

David Hume (1711-1776), Su principal aportación a la psicología fue la distinción entre impresiones e ideas, haciendo psicológica la noción de causalidad. Para Hume las sensaciones son impresiones más vigorosas y vivas que las ideas, que son relativamente más débiles y tenues. Al hablar de la percepción incluía tanto impresiones como ideas, considerando que las impresiones pueden ser sensaciones o reflexiones. Las impresiones de reflexión son derivadas de las ideas de impresión, son impresiones producidas por una idea.

A partir de las ideas simples se forman las ideas complejas a través de un mecanismo de asociación que él afirma como una ley de la conexión entre ideas. Pensaba en la asociación como una fuerza de atracción que unía a las ideas y las mantenía juntas, proponiendo 3 leyes de la asociación: 1) similitud, 2) contigüidad (de tiempo y lugar) y 3) causa-efecto.

David Hartley (1705-1757) Pensaba que las asociaciones podían ocurrir entre ideas, sensaciones y movimientos y entre todos estos, pudiendo ser estas simultaneas o sucesivas.

En esta época se suponía que la sensación era primaria y que la percepción se derivaba de ella, para James Mill (1773-1836) las sensaciones eran uno de los estados primarios de la conciencia y las ideas eran el otro. Para el una idea era simplemente la copia de una sensación, diferentes en su naturaleza fundamental en el hecho de que una idea nunca ocurre a menos que haya ocurrido previamente su sensación y también en el hecho de que la Ley de la Asociación se aplica a las ideas, pero no a las sensaciones. Según Mill, la Ley de la Asociación de ideas surge en base a la co-ocurrencia de sensaciones, por lo tanto la asociación no es un poder, fuerza o causa; es simplemente una cuestión de contigüidad o ocurrencia.

Alexander Bain (1818-1903) Pensaba que en todo hecho psicológico, existía el lado físico y el lado mental y este sentido de paralelismo le llevo a escribir en términos de una Psicología Fisiológica, dedicando una gran parte al sistema nervioso, para luego hablar del movimiento, los sentidos, el instinto y las funciones superiores, discutiendo en cada tema, hasta donde era posible, el aspecto físico y el mental. Decía que la Ley de la contigüidad era un asunto de recurrencia de las ocurrencias previas de acciones o sensaciones.

Humanismo.

En esta época el hombre es el centro de estudio y son Voltaire (1694-1778) y Rousseau (1712 - 1778) los estudiosos ejemplificantes de esta tendencia.

Voltaire  piensa que las ideas tradicionales y religiosas acerca del alma son obsoletas y que la fe no es el único camino para el conocimiento. Considera más apropiada la concepción de Locke con respecto a la razón humana, reconociendo el papel esencial de las sensaciones en la percepción y el conocimiento. Voltaire subraya la necesidad del conocimiento de la materia ya que finalmente todos los objetos a conocer son cuerpos provistos de ella.

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