Convivencia En El Aula
07095415 de Mayo de 2013
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CONVIVENCIA EN EL AULA
• Promover formas de convivencia democrática alentando a los alumnos a proponer y poner en marcha un reglamento interno del grupo, el cual sea consensuado, aprobado y respetado por sus integrantes.
• Estimular en los alumnos la reflexión y sensibilización sobre la importancia y riqueza de la diversidad entre las personas, en donde se respeten sus derechos humanos y se tienda a la erradicación de conductas discriminatorias.
• Al retomar algún conflicto surgido en el grupo o la escuela, propiciar que los alumnos analicen y reflexionen lo sucedido considerando las causas y consecuencias, así como el papel que asumieron los implicados, en tanto se fomentan actitudes de respeto, tolerancia, solidaridad y justicia entre los alumnos al momento de enfrentar diferentes conflictos de manera pacífica.
• A partir de la evaluación continua de la integración del grupo, impulsar se siones donde los alumnos tomen la palabra para expresarse, dialogar y establecer acuerdos frente a diferentes conflictos de manera libre, autónoma y responsable, y así instituir una relación horizontal con su tutor.
• Al valorar los diferentes momentos que el grupo viva en cuanto a sus esfuerzos, trabajo constante, logros y satisfacciones, fomentar el reconocimiento de sus desempeños y disposición para mejorar su interacción y convivencia con la comunidad de aprendizaje.
• Plantear diversas estrategias que favorezcan la expresión y acción de los alumnos en torno a temas que les atañen directamente, por ejemplo: la comunicación con sus docentes, la seguridad en la escuela y en la zona aledaña, las opciones de recreación que les gustaría tener, su opinión sobre la disciplina en la escuela, las decisiones relacionadas con su futuro, la convivencia y los conflictos con sus pares, entre otros.
• Por medio de asambleas de grupo, grado o escuela atender situaciones de conflicto en la convivencia escolar; ahí debe promoverse el análisis responsable de los factores involucrados en las situaciones abordadas y la búsqueda de soluciones justas y equitativas.
• De acuerdo con la diversidad cultural del grupo, promover que los alumnos organicen exposiciones, ferias, pláticas y presentaciones donde se difundan costumbres, tradiciones, lengua, creencias y otras expresiones que conforman su identidad.
• De manera periódica puede invitarse a las familias a participar en actividades escolares, por ejemplo: exposiciones, días abiertos o actividades recreativas, con las cuales se fortalezcan la comunicación y la confianza entre estos dos espacios educativos.
iv. orientación hacia un proyecto de vida
Propósito: propiciar el autoconocimiento y el desarrollo de la capacidad de elección y decisión de los alumnos. Esto puede hacerse mediante la reflexión sobre el compromiso requerido para la elaboración de un proyecto de vida que oriente sus acciones en lo personal, académico, profesional o en alguna actividad productiva durante su vida.
Como parte del diseño de un proyecto de vida viable y flexible, es necesario que los alumnos reflexionen acerca de la importancia de trazarse metas personales a corto, mediano y largo plazos, visualizando que el conjunto de decisiones sobre distintos aspectos y momentos de su vida presente impactarán en el logro de proyectos y propósitos.
A continuación se presentan algunas sugerencias para el desarrollo de este ámbito:
• Promover en los alumnos el reconocimiento, valoración y desarrollo de sus aptitudes y potencialidades como puntos de partida para el logro de sus aspiraciones personales, profesionales o actividades productivas.
• Por medio de las experiencias que algunos jóvenes y adultos compartan sobre su profesión, oficio o actividad productiva, promover entre los adolescentes la visualización de posibles escenarios futuros en los cuales puedan desempeñarse.
• Proponer a los alumnos la toma de decisiones de manera informada, libre y responsable, que dé cuenta de los actos que ellos consideran cruciales para la construcción de posibles escenarios a corto, mediano y largo plazos, deseables, factibles y acordes con sus expectativas de vida.
• Al abordar temas de interés para los adolescentes —por ejemplo, sexualidad, adicciones y opciones vocacionales, entre otros —, promover el diálogo, la reflexión y la acción en torno a las implicaciones y repercusiones que tiene la toma de decisiones a lo largo de su vida y en el logro de sus metas.
• Con base en el reconocimiento de las diversas habilidades, intereses e inquietudes de los alumnos, generar ámbitos de expresión y construcción de propuestas creativas e innovadoras que fortalezcan su valoración y el aprovechamiento de sus competencias como parte del disfrute pleno, responsable y libre de su vida presente y futura.
Orientaciones para la acción tutorial
El espacio curricular de tutoría plantea la misma propuesta pedagógica en los diferentes servicios de la educación secundaria: mantener un contacto directo con el grupo, colocando en el centro la vida del adolescente en sus distintas áreas de desarrollo. Partiendo de esta premisa se exponen las siguientes orientaciones para la acción tutorial:
Diagnóstico del grupo. Se puede integrar con el apoyo de algunos instrumentos para el acopio y sistematización de la información, así como con la aplicación de técnicas grupales, la observación del grupo y charlas o puestas en común con los alumnos, docentes, directivos, familias y comunidad, entre otros. Las actividades de diagnóstico se pueden realizar en diferentes momentos del ciclo escolar, con el propósito de profundizar en el conocimiento del grupo.
Planeación y valoración del grupo. Con base en la identificación de los datos relevantes surgidos del diagnóstico, se definen las estrategias didácticas empleadas en
as sesiones de tutoría, que integren los propósitos que se debe lograr con el grupo durante el ciclo escolar, la organización de temáticas que se abordarán, así como las estrategias de observación y registro de la dinámica del grupo.
Como parte de la planeación vale la pena considerar algunas preguntas que definan y concreten tanto el nivel de profundidad como de gradualidad en el tratamiento de las temáticas, por ejemplo: ¿Con qué información cuentan los adolescentes? ¿Qué desean saber del tema? ¿Qué tipo de información proporcionar? ¿Qué estrategias didácticas emplear? ¿Con qué recursos didácticos? ¿Cuántas sesiones destinar? ¿Desde qué ámbitos abordarlo? ¿Cómo y mediante qué estrategias registrar la dinámica del grupo?, entre otras.
Asimismo, el tutor, para propiciar la reflexión de las temáticas de interés de los alumnos, puede auxiliarse de algunos recursos didácticos, actividades lúdicas, material audiovisual (películas, videos, documentales), creaciones literarias (artículos de periódicos, revistas, poemas, novelas, cuentos), material gráfico (fotos, dibujos, esquemas, imágenes), por mencionar algunos. Invariablemente, estos recursos deberán trabajarse con una intencionalidad didáctica que promueva las competencias para la vida a partir de las producciones personales y del grupo, las cuales serán analizadas por su contenido y significado para los alumnos.
Más allá de enlistar los temas que pudieran abordarse en las sesiones de tutoría, los intereses y las necesidades del grupo en particular determinarán la selección de lo que se trabajará, creando situaciones para abordarlo con los alumnos, más que una exposición del tutor. En caso de que algún especialista o ponente sea invitado al grupo en alguna sesión posterior, el tutor deberá recuperar con el grupo dicha experiencia.
Algunos factores que favorecen la relación de confianza con los alumnos se generan a partir de brindarles un trato respetuoso, al conocerlos y llamarlos por su nombre, involucrarlos de manera personal considerando sus opiniones y problemáticas, evitando realizar comentarios sarcásticos o estereotipados, con el fin de mantener la motivación para participar en las sesiones de tutoría.
Asimismo, garantizar el manejo responsable de los datos personales de los alumnos es un elemento importante para mantener la confianza en el tutor. Por esta razón, al solicitarles información personal se debe dejar claro con qué propósitos se pide, además de quién o quiénes pueden tener acceso a ella en los casos en que los responsables directos del alumno pudieran ponerlo en riesgo o limitar su desarrollo si ignoran esta información.
Seguimiento de los alumnos
En tutoría, un espacio incluido en el mapa curricular, los alumnos no son sujetos de evaluación acreditativa debido a que lo central en ella es la vida de los adolescentes y no se debe etiquetar con una valoración numérica, menos aún con una nota reprobatoria.
El tutor debe valorar el desempeño en el grupo con un sentido formativo y de retroalimentación. El objetivo es identificar los logros personales y colectivos de los alumnos con el fin de fortalecer las acciones que contribuyan al bienestar del alumnado y mejorar las condiciones del trabajo escolar.
En ese sentido, como parte de la evaluación formativa, es necesario que el tutor recupere información, evidencias del trabajo y avances del grupo que atiende. Lograr estas condiciones requiere entender que la evaluación es una actividad continua y permanente a lo largo del ciclo escolar, y que utilizan diferentes herramientas de evaluación: listas de cotejo, guías de observación, aplicación de cuestionarios, desarrollo de entrevistas, utilización de formatos de autoevaluación por parte de los alumnos,
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