Aulas de Convivencia

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 U.E.C. LUISA CÁCERES DE ARISMENDI

INTRODUCCIÓN

De acuerdo al artículo 10 de la recién aprobada Ley Orgánica de Educación, “Los estudiantes y las estudiantes que incurran en faltas de disciplinas, se someterán a medidas alternativas de resolución de conflicto, producto de la mediación y conciliación que adopten los integrantes de la comunidad educativa, resguardando siempre el derecho a la educación y a la legislación de protección a niños, niñas y adolescentes”, lo cual nos exige como centro educativo crear un espacio para dar respuesta a esta exigencia de la nueva ley, para lo cual se propone la creación de un Aula de Convivencia.

 Por otra parte, la creación del Aula de Convivencia surge, desde la necesidad de dar respuesta a la diversidad de estudiantes que conviven en nuestro centro educativo, la misma se presenta como una alternativa que intenta mejorar la conducta y actitud de aquellos estudiantes que manifiestan dificultades para la convivencia tanto en su grupo de clase como en el centro en general, mejorándose así el clima escolar en general.

Al igual que las demás estrategias preventivas utilizadas por el centro para mejorar la convivencia, de ser aprobada esta propuesta, la misma deberá estar incluida dentro del Manual de Convivencia del Centro.

El presente documento recoge la propuesta de la creación de un Aula de Convivencia en la U.E.C. Luisa Cáceres de Arismendi dando las orientaciones necesarias para la puesta en marcha de la misma, constando de los siguientes apartados:

En primer lugar, se plantea la situación problemática que a la vez justifica la creación del Aula de Convivencia en el centro educativo mencionado.

Seguidamente se plantean las hipótesis de la causa del problema y de las posibles soluciones para el mismo.

Posteriormente se establecen los objetivos generales y específicos que se pretenden alcanzar con este proyecto.

A continuación se presentan las implicaciones a que conlleva la creación del Aula de Convivencia para el centro educativo, los estudiantes y las familias.

Finalmente se señalan los criterios tanto de remisión al Aula de Convivencia como de acompañamiento a los estudiantes que a ella asisten, así como el proceso a seguir para remitir a los estudiantes y una propuesta de organización para atender el aula.

PROBLEMA

La sociedad venezolana actual está marcada por altos índices de violencia, de los cuales dan cuenta diversas investigaciones, los medios de comunicación e inclusive vivencias de tipo personal. Esta situación genera en la población una conmoción y una sensación de desesperanza, ante la aparente incapacidad de poder convivir en paz.

De toda esta situación no escapan los centros educativos, los cuales en los últimos años se han visto envueltos en innumerables sucesos de violencia, como se ha podido notar de norte a sur en la ciudad de Valencia, Estado Carabobo. Este panorama se agrava cuando se observa un sistema educativo con estructuras estereotipadas, que parece petrificado para dar respuestas a este fenómeno, y para formar ciudadanos que dialoguen y trabajen en escenarios enmarcados en una cultura de paz, que piensen y actúen considerando la vida en común y el bienestar colectivo.

De acuerdo a Fernández (2005)  se puede afirmar que la violencia escolar es multicausal, no se puede seguir culpando a los "otros" de ser los únicos causantes de ella. Igualmente manifiesta, que una mirada hacia el interior de los centros educativos, su funcionamiento, su organización y sus prácticas educativas puede ayudar a comprender y a controlar este fenómeno, desarrollando en los docentes y jóvenes competencias para aprender a convivir en una cultura enmarcada en la paz.

Ubicados en la U.E. Colegio Luisa Cáceres de Arismendi, perteneciente al movimiento de Educación Popular Fe y Alegría, pese a los proyecto de paz escolar internos e integrados en el sector donde se encuentra, que se han llevado adelante, se descubre que aún continúan sucediéndose hechos de violencia dentro de las aulas y en la comunidad en escolar, siendo las situaciones más comunes:

1. Disrupción en el aula: grupos de estudiantes que con su conducta impiden el normal desenvolvimiento de las actividades dentro del aula, teniendo el docente que invertir gran parte de su tiempo en controlar la disciplina, interrumpiendo el proceso de enseñanza y aprendizaje del grupo en general.
2. Intimidación y victimización entre iguales, es decir entre compañeros de aula o de centro escolar, que se ha denominado “bullying”.
3. Agresión verbal hacia compañeros y algunos miembros del personal.
4. Agresión física entre compañeros de aula y compañeros de otros grados
5. El vandalismo o destrucción de los mobiliarios, materiales o espacios comunes.
6. Hurto de las pertenencias de los compañeros

Cabe destacar que aunque estos hechos son llevados a cabo por un grupo minoritario de estudiantes logran crear un clima de malestar en el resto de la comunidad escolar así como una sensación de inseguridad entre algunos estudiantes, padres y representantes y personal del centro, por lo cual se debilita el proyecto pedagógico – pastoral del centro; además, en un alto índice los estudiantes que mantienen estas conductas no logran culminar con éxito su año escolar o en su mayoría terminan desertando o abandonando el centro educativo, lo cual es muy grave, ya que este centro atiende preferentemente a estudiantes de los sectores más empobrecidos de la zona sur de Valencia.

Ante las actitudes y conductas anteriormente descritas, básicamente, la solución es aplicar medidas disciplinarias tales como salida del aula o del centro por un número de días, de acuerdo a la falta cometida (suspensión), con lo cual se garantiza que el resto del estudiantado pueda continuar con el “normal” desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje. Frente a lo expuesto anteriormente, es conveniente preguntarnos: ¿Desapareció la causa que ha ocasionado el problema? ¿Cómo va a regresar el, la o los estudiantes que han sido suspendidos?

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