Deporte De Iniciación

Una vez expuestos los puntos en los que se ha basado el análisis de la conducta del entrenador escogido, se va a proceder a su análisis más exhaustivo. Primeramente, un aspecto positivo de la conducta del entrenador, es el hecho de mantener una actitud activa, animando a sus deportistas en cada momento. Tal y como explica Buceta (2004) en su libro, la actitud del entrenador debe ser constructiva, de manera que esté con la actitud adecuada delante de los deportistas y disfrutando con la tarea que está haciendo. Ciertamente, se pudo ver que la actitud que desempeñaba el entrenador fue realmente constructiva, mostrando la máxima atención en los ejercicios y el desarrollo general del entrenamiento. Aun así, dentro de esta actitud sí que existieron matices en los que sería necesario dar un paso adelante para inculcar a los deportistas grandes dosis de positivismo y confianza, una mejora constante y unas correcciones de calidad, claras y precisas.

En primer lugar, por lo que se refiere a los objetivos, se puede decir que el entrenador acertó en su propuesta, eligiendo objetivos específicos, y con las consiguientes explicaciones de forma clara y precisa. Como hemos podido ver en el libro de Buceta (2004), los objetivos de un grupo de adolescentes de esta categoría se basan en objetivos de aprendizaje, ensayo repetitivo, entrenamiento en condiciones de la competición y preparación específica de competiciones. En este caso, el entrenador puso más énfasis en los ejercicios de aprendizaje, aunque lógicamente basados en la toma de decisiones y no en la ejecución de movimientos. En muchas ocasiones, se ha observado como afloraban situaciones en la que la toma de decisiones tomaba un papel muy importante, aunque ciertamente el entrenador ha dejado un poco de lado las circunstancias antecedentes, observando con mayor atención cuál ha sido el resultado obtenido en esta acción en concreto, que habrían ayudado a los deportistas a solventar la situación con la máxima eficacia posible. Por otro lado, también se ha dado mucha importancia al entrenamiento en condiciones de competición. Uno de los objetivos del entrenamiento, han sido la mejora de la presión en el campo contrario, en los que los jugadores se han visto expuestos a condiciones reales de competición, para que se acostumbren y así aumente su rendimiento. Cabe decir que dentro de los objetivos generales de cada ejercicio, los objetivos apropiados, según Buceta (2004) de realización y de resultado, han mantenido alguna discrepancia entre la actuación del entrenador y como, realmente, debería haber actuado para mejorar la adquisición de estos objetivos por parte de los adolescentes. Por ejemplo, aunque es cierto que la explicación de los ejercicios es clara y que su conducta verbal es en relación a lo que se pretende trabajar en el ejercicio, en muchas ocasiones no queda realmente claro si dentro de los objetivos generales, los objetivos apropiados son de realización o de resultado. Como hemos dicho, en el entrenamiento han predominado los objetivos generales de aprendizaje y entrenamiento en condiciones de competición. En el primer caso, aunque el tipo de objetivo tendría que basarse en la realización,

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