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Desarrollo Moral


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2014  •  1.853 Palabras (8 Páginas)  •  284 Visitas

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En busca de la felicidad

En el presente ensayo se tratará sobre los de temas de la ordenación de los afectos, el control de mismos por medio de hábitos virtuosos y su relación con la toma de decisiones y el autocontrol, que configuran el estilo de vida de la persona. Así mismo, se complementaran dichos temas con la postura de Santo Tomás de Aquino sobre la moral y las virtudes morales.

Desde que nacemos tenemos una tendencia a satisfacer nuestras necesidades, que cuando somos niños no somos capaces de controlarlas por nosotros mismos, pero poco a poco vamos aprendiendo a controlar nuestros instintos, deseos y necesidades. Y lo hacemos con ayuda de nuestros padres que son los que cuidan de nosotros y están a nuestro lado guiando nuestra inteligencia y nuestra voluntad a seguir y querer el bien. Desde niños nos enseñan a portarnos bien, obedecer las reglas del juego, no comer muchos dulces, comer toda la comida, ir al baño cuando lo necesitemos y dejar de usar pañales, dejar de tomar leche de mamá y usar un vieron para luego también dejar el biberón, cuando vamos al colegio aprendemos a ser responsables, hacer tareas, cuidar nuestras cosas y compartir con los demás, seguimos creciendo y seguimos aprendiendo cosas. Pero en esa edad no tenemos todavía la conciencia de discernir porqué hacemos estas cosas, pero sin embargo las hacemos porque es una regla que viene del exterior y de una autoridad, la cual son nuestros padres o nuestros maestros en cada caso. Entonces hacemos las cosas porque ellos nos dicen que debemos o no debemos hacer, cuando y como y nos explican porque esta bien o mal, pero lo hacemos porque mayormente nos condicionan con algún reforzador positivo o negativo o con algún castigo o sanción. Es así que dejamos de hacer las cosas que están mal.

Se han hecho estudios, los cuales consistieron en un experimento con niños pequeños de 3 a 6 años aproximadamente, en dejaban al niño en un cuarto solo le daban un malvavisco y le decían que regresarían en 15 minutos y si no se comía el malvavisco le darían uno más y así comerían dos. En el experimento se demostró que la mayoría de los niños que no comieron el malvavisco y supieron esperan, demostraron mejores habilidades sociales, mayor tolerancia a la frustración, una comunicación más asertiva y mayor seguridad en sí mismos, en cambio aquellos que no supieron esperar, mostraron ser un poco más aislados socialmente, testarudos e indecisos, irritables a la frustración, más celosos e inseguros de sí mismos.

Con esto podemos deducir que la educación de la voluntad y del carácter es muy importante en la vida del niño, ya que va a repercutir en la vida futura de la persona y será lo que determine si es que su voluntad se va a ordenar de acuerdo al fin de su naturaleza que es el bien en sí mismo o desviará de este.

Ahora tomando a Santo Tomás de Aquino podemos decir que él entiende la moral como las ciencia que dirige los actos humanos hacia nuestro fin último, estos actos humanos deben estar ordenados a la razón, ya que, la razón reproduce la naturaleza (Ratio imitatur naturam I, 60,5). Es por tal motivo que para Santo Tomás la moral presupone la ley natural para la consecución de su fin.

En su postura santo tomas nos habla del hombre que está dirigido hacia un fin último y de que los actos serán juzgados como buenos en cuanto sean consecuentes y dirijan a la persona hacia su fin y serán malos en cuando la desvíen de este. Pero si sabemos a qué debemos hacer cosas buenas que no nos alejen de Dios, ¿Por qué las hacemos? Y si nos damos cuenta que estamos cometiendo errores ¿Por qué seguimos cometiendo los mismos errores?, será que no nos conocemos lo suficiente como para saber que es bueno para nosotros o que no, o no nos conocemos lo suficiente como para saber cuándo alejarnos de lo que es malo, o que simplemente nos dejamos llevar por nuestras pasiones, por el simple hecho de sentirnos bien el momento, y después, volvemos a lo mismo y todo se convierte en un círculo vicioso. O será porque no tenemos la autoestima suficiente para decir no a lo que nos hace mal o nos lastima, y necesitamos de alguien que para sentirnos valiosos y no tenemos la suficiente confianza en nosotros mismos para saber que somos autosuficientes y valiosos por nosotros mismos. Sí todas estas causas son ciertas, pero no son lo que nos definen o no estamos predestinados a ser así, y tampoco es que hemos heredado ser así. Todo es cuestión de educar nuestra voluntad ordenar nuestras pasiones, controlarlas y ser consientes de nuestras decisiones, ya que toda decisión que hagamos, si bien solo libres de elegirlas, conllevan una consecuencia y si las hemos elegido debemos conocer la consecuencia que puede conllevar dicha decisión. Es cierto que esto parece fácil, si es fácil decirlo pero toma tiempo, es por eso que esa educación se debe dar desde la infancia, donde deben adquirirse los hábitos, que estos hábitos sean virtuosos y nos hagan mejores personas.

¿Que son las virtudes? Bueno, para Aristóteles la virtud es una disposición adquirida de la voluntad, consistente en un justo medio, el cual está determinado por la regulación recta, tal y como la determinaría el hombre prudente. Menciono a Aristóteles, ya que la filosofía de Santo Tomás está basada en la del mencionado filósofo antiguo, ahora que es la virtud según Santo tomas; pues es un hábito operativo bueno del alma que se va adquiriendo mediante el ejercicio y la repetición. Creo importante mencionar que así como se pueden adquirir las virtudes, es lo mismo en cuanto los vicios, que son lo contrario a estas, son hábitos operativos malos que como ya lo menciones, también se adquieren mediante la repetición y el ejercicio.

Estas virtudes morales son las que van a perfeccionar nuestras facultades las facultades o potencias apetitivas, tanto las inferiores o apetitos sensibles como la voluntad. Mediante estas virtudes nuestras facultades apetitivas se inclinan hacia lo conveniente y conforme al juicio de la razón; haciéndolas más capaces de conocer el bien y no solo conocerlo,

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