Discapacidad Intelectual

DISCAPACIDAD INTELECTUAL

Estudio de caso

El diagnóstico

Juan es un niño de ocho años. Su aspecto físico es normal y agradable, más alto que los niños de si edad. Se expresa muy bien y ésta consciente de que va retrasado en sus estudios. Manifiesta que no le gusta la escuela, pues hace cuatro años que va al mismo kínder y no lo han pasado a primero. No le gusta estar “entre bebés” y quisiera entrar a la primaria.

En el Centro Psicológico donde fue valorado le aplicaron el Escala de Inteligencia de Wechsler (WISC – R) con un resultado de CI general 0.51, CI verbal0.58, CI de ejecución 0.52. En el estudio clínico se sospecha un Síndrome X Frágil, aunque no ha sido comprobado.

Caminó y habló tardíamente. A los cuatro años ingreso al kínder de un colegio particular, en el que aún permanece. Recibe terapia de aprendizaje, pero no ha hecho ningún progreso. Tiene una fobia especial por el aprendizaje de la lectura de la lectura y la escritura, al grado que incluso rehúsa ver los libros de ilustraciones, aunque no tengan texto.

No le gustan los deportes. De hecho, es muy poco hábil para patear la pelota. Casi no tiene amigos, en el colegio pelea mucho, escupe y es agresivo hasta con los más pequeños.

Resultados del diagnóstico

Dimensión I: Funcionamiento intelectual y habilidades adaptativas

Se aplico el nuevo WISC-R, ya que el anterior había sido practicado hacía tres años. Se obtuvieron resultados muy parecidos a los anteriores: CI general 0.54, verbal 0.60, ejecución 0.55. es de notar que el área en que obtuvo mejores calificaciones fue la de vocabulario.

Comunicación: la comunicación verbal es bastante buena; se expresa con claridad. Usa un vocabulario aceptable, sabe expresar sentimientos, tanto verbal como físicamente. Cuando se enoja es capaz de insultar y agredir a otros.

Cuidado personal: es muy cuidadoso de su apariencia. Le gusta vestirse bien y arreglarse para salir. Tiene muy malos modales para comer. Tira la comida fuera del plato. No sabe tomar los cubiertos; todo lo come con cuchara y ésta la empuña con toda la mano.

Vida en el hogar: es perezoso. No le gusta ayudar, limpiar o arreglar la casa; pero si su cuarto o su ropa esta en desorden exige que los arreglen. Cuida mucho a su mascota (un hurón), la baña y le da de comer con regularidad.

Sociabilidad: Juan es muy sociable, saluda muy cariñosamente, le gusta jugar, pero siempre busca amigos mucho más pequeños que el. Contesta el teléfono, abre la puerta participa en juegos de grupo, pero no le gusta perder. Si pierde se enoja y se sale del lugar.

Participación en la comunidad: Le gusta ir de compras, ir al circo y a l feria; no le gusta el teatro ni el cine. En la escuela va mucho a la biblioteca; pero no a leer ni a ver libros, sino a conversar con la bibliotecaria, de la que se ha hecho buen amigo. En la iglesia se porta bien, pero si se cansa se duerme en las bancas. Se ha escapado varias veces del club y lo han encontrado en la zona de adultos conversando con los empleados, que ya lo conocen.

Conducta personal: como dijimos, escoge bien su ropa, le gusta andar arreglado; pero si participa en algún juego y pierde se tira al suelo, se ensucia todo y a veces se quita la ropa (se queda en calzoncillos). No sabe defenderse; si un niño de su edad lo ataca, llora y arma un gran escándalo pero no se defiende.

Salud y seguridad: es muy frágil de salud. A menudo tiene catarro y fiebre muy alta. No sabe cubrirse bien cuando hace frio o cuando llueve. En la calle es muy cuidadoso al cruzar las calles y en el carro siempre usa el cinturón de seguridad.

Habilidades académicas: nulas. No sabe ni tomar el lápiz, hace rayones y garabatos sin forma. Lo único que le interesa es el dinero; es muy cuidadoso con él, aunque todavía no sabe contar. Distingue un billete grande como de cien o cincuenta pesos de uno de diez o de veinte. Habrá que trabajar mucho en este aspecto.

Trabajo: como dijimos, se siente muy mal en la escuela por lo cual rechaza cualquier tipo de actividad escolar. Se sale con frecuencia del salón y se va ayudar a los jardineros, a platicar con el personal de vigilancia o a la cocina.

Dimensión II: CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS Y EMOCIONALES

Juan es un niño con retraso mental, mal adaptado al tipo de vida que le han dado sus padres, quienes han luchado por integrarlo a una escuela regular. La escuela lo recibe pero no le da lo necesario para su desarrollo intelectual ni para su estabilidad emocional.

Sus problemas de conducta no son graves, pero sí son sintomáticos de una desadaptación grave. Juan debe ser atendido con urgencia por un maestro especialista o por un psicopedagogo que le ayude a desarrollar sus capacidades, pues su rendimiento no corresponde a sus capacidades potenciales. Un especialista podrá hacer que Juan obtenga un aprendizaje mucho más avanzado que el que tiene.

Dimensión III: CONSIDERACIONES FISICAS, DE SALUD Y ETIOLÓGICAS

Juan es un niño sano dentro de lo que cabe. Se hizo el estudio cromosómico, que confirmo el Síndrome X Frágil. Sabemos que los pacientes afectados con este síndrome muestran una apariencia normal, salvo que tienen cara alargada, orejas muy grandes y en los varones los testículos están demasiado desarrollados.

Casi todos ellos tienen retraso mental, que puede ser leve o moderado. En el caso de Juan el Síndrome X Frágil ha sido la causa de su retraso mental. En general, Juan goza de buena salud.

Dimensión IV consideraciones ambientales

Juan tiene un hogar adecuado, con una familia que acepta el problema, pero no sabe cómo tratarlo.

Especialmente en la escuela el ambiente para Juan se ha vuelto inaceptable, pues ya no tolera estar con niños pequeños. Urge que la escuela acepte integrarlo en realidad y que un maestro capacitado y experimentado lo apoye para que se desarrolle integralmente.

Conclusión del Diagnóstico

Juan es un niño con retraso mental leve mal diagnosticado y mal estimulado. Creemos que un apoyo psicopedagógico adecuado Juan podrá ser verdaderamente integrado en la misma escuela en al que asiste y desarrollar al máximo sus capacidades.

Evaluación (cinco años después)

Durante cinco años Juan recibió un tratamiento Psicopedagógico intensivo. Se logró que una escuelita lo incorporara en el primer grado. Aprendió a leer, escribir y las operaciones aritméticas. Al cabo de cinco años Juan llegó al

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