Diseño De Programas De Educación Para La Salud Sexual En Contextos Educativos

1. Introducción

La sexualidad es una parte central del ser humano a lo largo de toda su vida y por eso es fundamental que las personas estén informadas de manera adecuada: niños y adolescentes tienen el derecho a saber y entender qué situaciones o retos deben ser capaces de manejar según la edad para poder desarrollar su sexualidad de una manera satisfactoria, positiva y saludable.

A lo largo de la historia de la humanidad, la sexualidad ha sido también percibida como una amenaza para la salud: intratables ITS y embarazos no planificados se veían casi siempre como graves riesgos asociados a encuentros sexuales. Hoy en día, es posible prevenir estos y otros riesgos para la salud , no solamente gracias a la mayor disponibilidad de conocimientos y control sobre este argumento, sino también porque la sexualidad es menos un tema tabú y puede ser abordado con más facilidad y fines preventivos.

Hay que tener en cuenta que, en el proceso de aprendizaje en este ámbito, las fuentes de informaciones informales, como los padres, la familia, los amigos, etc., tienen una fuerte influencia y un rol significativo, pero que sin embargo, en una sociedad “moderna”, esto no es suficiente dado que a menudo faltan los conocimientos necesarios (sobre la anticoncepción o modos de transmisión de ITS). Además los adolescentes suelen preferir otras fuentes de información como la televisión o internet, porque son menos cercanas o de fácil acceso y mucha de esta información está distorsionada, desequilibrada, poco realista y a menudo degradante.

Por estas y otras razones, la educación sexual y sus programas, como fuentes de informaciones formales, tienen una función fundamental para la promoción de la salud sexual porque intentan contrarrestar y corregir estas incongruencias, ofreciendo informaciones claras y precisas, apropiada al contexto y a las personas a las que se proporcionan.

Antes que explicar los temas que abarca la educación sexual, es deseable clarificar las definiciones principales relativas a los conceptos centrales de este ámbito, definidos en el 2002 por la Organización Mundial de la Salud (OMS):

El Sexo se refiere a las características biológicas que definen generalmente al ser humano como varón o mujer, mientras la sexualidad es un concepto más amplio, una parte del desarrollo natural humano a través de cada etapa de la vida que incluye los componentes físicos, psicológicos y sociales que interactúan entre ellos:

Es un aspecto central del ser humano durante toda su vida.

Comprende sexo, genero, identidades y roles, orientación sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción.

Se experimenta y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, roles y relaciones.

La sexualidad es entonces un concepto complejo y multidimensional y, aunque incluya diferentes dimensiones, no todas tienen que ser expresas o experimentadas.

La salud sexual es definida como “ un estado de bienestar físico, emocional, mental y social con relación a la sexualidad”:

No es la mera ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.

Necesita un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad y a las relaciones sexuales, así como, la posibilidad de obtener experiencias placenteras y seguras, libre de coacción, discriminación y violencia.

Debe defender, proteger, mantener y respetar los derechos sexuales de todas las personas.

Se enfatiza la necesidad de un enfoque positivo que no se centra únicamente en la ausencia de infecciones o enfermedades.

Se mencionan, además, por primera vez los Derechos sexuales que se engloban dentro de los derechos humanos e incluyen el derecho de todas las personas, libres de coacción, discriminación y violencia para:

Alcanzar los más altos estándares de salud sexual, incluyendo el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.

Buscar, recibir y transmitir información sexual.

A la educación sexual.

Respeto a la integridad física.

Elección libre de pareja.

Decidir a tener una vida sexual activa o no activa

Relaciones sexuales consentidas o de mutuo acuerdo.

Matrimonio consentido.

Decidir si se quiere o no y cuándo tener descendencia.

Conseguir una vida sexual satisfactoria, placentera y segura.

Algunos de los derechos mencionados han sido concebidos teniendo como referencia a las personas adultas: esto significa que no todos estos derechos se aplican automáticamente a la infancia y adolescencia.

Una vez explicado cuales son los principales conceptos y sus significados, es posible definir la educación sexual como “el aprendizaje sobre los aspectos cognitivos, emocionales, sociales, relacionales y físico de la sexualidad” que:

Comienza en la primera infancia y progresa a través de la adolescencia y adultez.

Aspira a proteger y apoyar un desarrollo seguro de la sexualidad en la infancia y juventud.

Es un derecho de todas las niñas, niños y jóvenes, una vez adecuada a su edad.

Se prepara y da competencia a través de informaciones, habilidades y valores positivos para que todos comprendan y disfruten de su sexualidad de manera segura y satisfactoria, responsabilizándose sobre su propia salud sexual y el bienestar propio y de los demás.

En este sentido, la sexualidad es vista como un potencial humano positivo y una fuente de satisfacción para todas las personas.

2. Características de los programas de promoción de la salud sexual

Un requisito importante para la educación sexual es la necesidad de proporcionar un sitio, tiempo y personal entrenado: a menudo se proporciona la educación sexual en las escuelas, siendo un lugar donde hay una alta proporción de adolescentes.

Hay dos clases de asociaciones que se ocupan de este tema: los socios directos, como los padres, los profesores, los consultores, los trabajadores sociales, que están en contacto directo con ellos; y los socios indirectos, como los políticos, los líderes de la comunidad, las instituciones científicas, que también juegan un papel importante en la educación sexual porque por ejemplo toman decisiones que los afecta. Otros socios importantes son por ejemplo las instituciones religiosas, culturales y juveniles.

La educación sexual necesita de una cuidadosa selección de la metodología y, los programas de promoción de la salud sexual, han de intentar observar algunos puntos fundamentales:

Participación de los jóvenes (educación entre pares) que no son receptores pasivos sino que juegan un papel activo en la planificación, organización, desarrollo y evaluación de la educación sexual.

Intercambio interactivo entre profesores/educadores y alumnos en el desarrollo de la educación sexual que ha que estar disponible en un lenguaje apropiado y comprensible.

Interdisciplinaridad: diferentes asignaturas pueden tratar aspectos diferentes.

Adaptación de la educación sexual al contexto social, familiar y cultural.

Cooperación entre familia, escuela y comunidad en la educación sexual.

Proporcionar datos juntos a habilidades y aptitudes (comunicación, reflexión, toma de decisiones, resolución de conflictos).

Lo que la educación sexual busca conseguir comprende:

Desarrollar un clima social tolerante, abierto y respetuoso con la sexualidad

Respectar las diversidades sexuales y ser conscientes de la identidad sexual

Hacer competentes y responsables a los adolescentes sobre este tema para que aprendan a vivir la sexualidad de manera placentera

Informar adecuadamente al los adolescentes sobre el cuerpo humano, el desarrollo y su funcionamiento

Informar sobre el acceso a los servicios sanitarios, sobre la contracepción y la prevención de enfermedades (VIH)

Transmitir la importancia de las relaciones igualitarias que se fundan en el conocimiento mutuo y en el respecto de los demás, para contribuir a la prevención de la violencia y abusos.

3. Planificación del programa de prevención:

3.1 Justificación:

La Educación Sexual centrada exclusivamente en temas relacionados con la anticoncepción, riesgos, y algunos aspectos anatómicos, perpetúa una visión de la sexualidad negativa como una “función biológica” en la que falta una perspectiva coeducativa y de promoción de la diversidad. Por eso mismo es necesario adoptar un modelo integral y abierto que deberá partir de que la educación sexual es un derecho de todas las personas, formando a profesionales desde la interdisciplinariedad, teniendo en cuenta no sólo las aportaciones de la biología sino, principalmente, de la sociología y la pedagogía. El enfoque es la positividad de la sexualidad, y la educación no se reduce a una cátedra o a un seminario sino que debe constituirse como un proyecto pedagógico de cada Institución Educativa que promueva entre sus estudiantes la toma de decisiones responsables, informadas y autónomas sobre el propio cuerpo, el respeto a la dignidad de todo el ser humano y la construcción de relaciones pacíficas e igualitarias.

La educación sexual es un proceso que se caracteriza por su continuidad en el tiempo y que abarca toda la vida de la persona: es en la infancia y, en especial, en la adolescencia cuando los aspectos educativos relativos al sexo tienen una mayor importancia. Por ello, vemos de vital importancia elaborar un trabajo dinámico y práctico con los estudiantes, docentes y padres donde se fomentan actitudes críticas y reflexivas, se promueve la construcción de valores y el desarrollo de habilidades para tomar

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