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EVALUACION DE PROYECTOS


Enviado por   •  17 de Junio de 2014  •  2.837 Palabras (12 Páginas)  •  184 Visitas

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Universidad Nor-Oriental Privada

Gran Mariscal De Ayacucho

Facultad de Ingeniería

Escuela de Ingeniería del Ambiente y los Recursos Naturales

Formulación y evaluación de proyectos

EVALUACION DE PROYECTOS

Ing. Víctor Hernández Rojas, Daniela

Cárdenas, Yessenia

González, María

Barcelona 2014 

INTRODUCCIÓN

Un proyecto surge como respuesta a una idea que busca ya sea la solución de un problema o la forma para aprovechar una oportunidad de negocios.

Múltiples factores influyen en el éxito o fracaso de un proyecto. En general, podemos señalar que si el bien o servicio producido es rechazado por la comunidad, esto significa que la asignación de recursos adoleció de defectos de diagnósticos o de análisis, que lo hicieron inadecuado para las expectativas de satisfacción de las necesidades del conglomerado humano. Debido a esto, es indispensable evaluar un proyecto para así decidir sobre la conveniencia de llevarlo a cabo.

Objetivos

El objetivo fundamental de crear un proyecto de inversión, radica en la detección y satisfacción de necesidades específicas de los seres humanos, por otro lado, al cubrir una necesidad, el proyecto reorienta su objetivo para enfocarlo hacia la rentabilidad económica y financiera del proyecto, dicho de forma más específica, minimiza costos y maximiza ganancias.

Lo anterior se puede traducir de la forma siguiente, identificando tres objetivos fundamentales de los proyectos de inversión:

a. Satisfacer necesidades y gustos del mercado al que se orienta el producto y/o servicio.

b. Minimizar los costos relacionados con la administración y operación de la organización.

c. Maximizar las ganancias, con la finalidad de buscar nuevas oportunidades de inversión, en proyectos propios o de otras organizaciones.

¿Qué es un proyecto?

Es la búsqueda de una solución inteligente al planteamiento de un problema que tiende a resolver, entre muchas una necesidad humana.

En esta forma pueden haber diferentes ideas, inversiones de diverso monto, tecnología y metodología con diverso enfoque, pero todas ellas destinadas a resolver las necesidades del ser humano en todas sus facetas como pueden ser: educación, alimentación, salud, ambiente, cultura, etc.

Decisión sobre un proyecto

Para tomar una decisión sobre un proyecto es necesario que este sea sometido al análisis multidisciplinario de diferentes especialistas. Una decisión siempre debe estar basada en el análisis de un sin número de antecedentes o la aplicación de una metodología lógica que abarque la consideración de todos los factores que participan y afectan al proyecto.

A toda actividad encaminada a tomar una decisión de inversión sobre un proyecto se la llama EVALUACIÓN DE PROYECTO.

Evaluación de proyecto

La evaluación de proyectos consiste en comparar los costos con los beneficios que estos generan, para así decidir sobre la conveniencia de llevarlos a cabo. Esta pretende abordar el problema de la asignación de recursos en forma explícita, recomendando a través de distintas técnicas que una determinada iniciativa se lleva adelante por sobre otras alternativas de proyectos.

Para la identificación de los costos y beneficios del proyecto que son pertinentes para su evaluación, es necesario definir una situación base o situación sin proyecto; la comparación de lo sucede con proyecto versus lo que hubiera sucedido sin proyecto, definirá los costos y beneficios pertinentes del mismo.

La evaluación financiera, económica y social se efectúan conjuntamente con la que podríamos llamar evaluación técnica del proyecto, que consiste en cerciorarse de la factibilidad técnica del mismo: que no se venga abajo el puente, que no se queme el motor, o que sea posible completar la desviación del río durante el otoño. Así mismo, la evaluación económica presupone una adecuada formulación y evaluación administrativa, como también una adecuada formulación y evaluación institucional y legal: que sea posible expropiar los terrenos, que sea posible patentar el invento, o que no se contravengan reglamentaciones ecológicas.

La evaluación privada de proyectos incluye una evaluación financiera y una evaluación económica. La primera contempla, en su análisis, a todos los flujos financieros del proyecto, distinguiendo entre capital propio y prestado. Esta evaluación es pertinente para determinar la llamada capacidad financiera del proyecto y la rentabilidad de capital propio invertido en el proyecto. La evaluación económica, en cambio, supone que todas las compras y las ventas son al contado riguroso y que todo el capital es propio; es decir, la evaluación privada económica desestima el problema financiero.

Para la evaluación social, interesa el flujo de recursos reales utilizados y producidos por el proyecto. Para la determinación de los costos y beneficios pertinentes, la evaluación social definirá la situación del país con la ejecución del proyecto versus sin la ejecución del proyecto en cuestión. Así, los costos y beneficios sociales podrán ser distintos de los contemplados por la evaluación privada económica, porque: los valores sociales de bienes y servicios difieren del que paga o recibe el inversionista privado, o parte de los costos o beneficios recaen sobre terceros.

Criterios e indicadores para evaluar un proyecto

Criterios

Para la evaluación de proyectos, se consideran una serie de criterios base que permiten establecer sus conclusiones en función del campo, empresa u organización de que se trate. Algunos de estos son:

• Factibilidad técnica: Analiza la relación entre medios y fines.

• Factibilidad económica: Responsabilidad de recursos humanos, materiales y financieros.

• Factibilidad social: recurso humano, condiciones culturales y sociales.

• Factibilidad ambiental: nivel de impacto.

• Costo beneficio: Dimensión financiera que se refiere a la recuperación de la inversión.

• Costo utilidad: Relación entre el costo y la importancia o beneficio social.

• Costo eficiencia: Costo relacionado con el logro de objetivos.

En otro orden de ideas, no existen criterios únicos, por lo general los criterios surgen en función de la naturaleza de cada proyecto pero existe cierto consenso en la necesidad de analizar la pertinencia, eficacia, eficiencia y sostenibilidad de los proyectos.

• Pertinencia o relevancia: Observa la congruencia entre los objetivos del proyecto y las necesidades identificadas y los intereses de la población e instituciones (consenso social).

• Eficacia: Es el grado en que se han cumplido los objetivos.

• Eficiencia: Indica el modo en que se han organizado y empleado los recursos disponibles en la implementación del proyecto. Este criterio es usual en el análisis costo-beneficio realizado en la evaluación ex-ante.

• Sostenibilidad: Establece que es la medida en que la población y/o las instituciones mantienen vigentes los cambios logrados por el proyecto una vez que este ha finalizado. Suele considerarse en las evaluaciones de impacto.

Indicadores

Están representados por índices que nos ayudan a determinar si un proyecto es o no conveniente para un inversionista y algunos de sus objetivos a destacar son los siguientes:

• Permiten jerarquizar (ordenar) los proyectos de una cartera de inversión.

• Permiten optimizar distintas decisiones relevantes del proyecto (ubicación, tecnología, momento óptimo para invertir o abandonar, etc.)

• Las variables necesarias son: los flujos de caja del proyecto (Ft), la tasa de descuento o costo de oportunidad del capital (r), y el horizonte de evaluación (n).

Para ello se plantean los siguientes indicadores:

1. Independencia: No conviene usar el mismo indicador para medir diferentes metas y objetivos. Cada meta debe tener un indicador propio.

2. Verificabilidad: Los indicadores deben establecerse de tal modo que sea posible verificar o comprobar de forma empírica los cambios que se van produciendo con el proyecto. Esto permite que objetivamente el indicador tenga el mismo significado tanto para un defensor como para un oponente del proyecto.

3. Validez: Los indicadores deben medir lo que se pretende medir. Tomados en conjunto, todos los indicadores deben reflejar los efectos del proyecto.

4. Accesibilidad: implica el establecimiento ...

Pasos para evaluar un proyecto de inversión

Si bien ninguna herramienta o predicción puede garantizar el éxito de una inversión, abordar el problema siguiendo un sistema estructurado de análisis aumentará, sin dudas, las probabilidades de éxito. Seguí los pasos que detallamos a continuación para evaluar tus próximos proyectos:

Paso 1. Definir el proyecto de inversión. Esta etapa es de carácter cualitativo y en ella, antes de proponer la solución en forma de un proyecto de inversión, hace falta describir el problema. Por ejemplo, en una pizzería el problema puede ser el crecimiento de la demanda que no se puede responder de forma adecuada con los hornos instalados. O en un local de ropa exclusiva, la apertura de un local separado para outlet, de manera de no afectar el posicionamiento logrado. Así, el proyecto de inversión, será en consecuencia una solución al problema identificado

Paso 2. Realizar el estudio de mercado. Es clave para estimar si hay demanda potencial para que el proyecto se sostenga en el tiempo y dé los beneficios que se esperan. La profundidad del análisis estará definida por el monto previsto de inversión y la complejidad del emprendimiento. Mientras que la compra de una máquina para una costurera independiente podrá no requerir más que una breve estimación de aumentos de pedidos en base a las tendencias de moda, la apertura de una fábrica de ladrillos con importantes inversiones en planta y maquinarias va a precisar un análisis de mercado completo.

Paso 3. Realizar el análisis técnico. Sobre la base de la demanda estimada en el punto anterior y la naturaleza del proyecto, se debe definir su tamaño, dónde se va a usar o ubicar, qué preparación o capacitación requiere y demás aspectos técnicos relevantes para determinar la inversión inicial y estimar los costos futuros.

Paso 4. Definir los parámetros económicos. En ésta etapa es necesario definir la inversión inicial y cuantificar tanto los beneficios (que a veces pueden ser un ahorro) como los costos que va a generar el proyecto, y usar esta información para construir un cuadro de flujos de fondos para la vida útil de la inversión. En este paso, vale tener en cuenta que factores como los aumentos de costos claves o los cambios drásticos de demanda pueden generar escenarios negativos o positivos para el proyecto, que merecen ser analizados en cuadros de flujos separados.

Paso 5. Calcular indicadores clave. A partir de los flujos de fondos se puede estimar la rentabilidad del proyecto usando indicadores financieros. Estos valores permiten comparar fácilmente entre proyectos alternativos. Los que se emplean con mayor frecuencia son:

Valor Actual Neto (VAN), que permite equiparar a valor presente el flujo de fondos.

Tasa Interna de Retorno (TIR), que indica la rentabilidad intrínseca del proyecto.

Payback o periodo de recuperación de capital, que indica en cuánto tiempo se puede recuperar el desembolso inicial del proyecto.

Paso 6. Comparar resultados y expectativas. Con el proyecto definido, la demanda estimada, beneficios y costos analizados, y varios indicadores financieros calculados, resta comparar los datos obtenidos con las expectativas acerca del proyecto: ¿Son mis objetivos de facturación coherentes con la inversión y la demanda? ¿Existe alguna solución alternativa más rentable al problema que trato resolver? Si las respuestas halladas no satisfacen las expectativas, es necesario revisar el proyecto o hacer ajustes antes de ponerlo en marcha.

Principios de eficiencia y eficacia

Eficacia y eficiencia constituyen elementos básicos para cumplir con los objetivos propuestos en las organizaciones y su adecuada dosificación es condición fundamental para un liderazgo exitoso.

Mucho se ha escrito sobre el tema y muy diversos los enfoques que se le han dado. Este trabajo intenta contribuir a una utilización apropiada de estos elementos, adecuándolos a cada situación, en la permanente búsqueda de una mejora continua del desempeño de las organizaciones

De las definiciones circulantes, se eligen las que dicen que la EFICACIA mide los resultados alcanzados en función de los objetivos que se han propuesto, presuponiendo que esos objetivos se mantienen alineados con la visión que se ha definido.

Mayor eficacia se logra en la medida que las distintas etapas necesarias para arribar a esos objetivos, se cumplen de manera organizada y ordenada sobre la base de su prioridad e importancia.

Mientras que la EFICIENCIA consiste en la medición de los esfuerzos que se requieren para alcanzar los objetivos. El costo, el tiempo, el uso adecuado de factores materiales y humanos, cumplir con la calidad propuesta, constituyen elementos inherentes a la eficiencia.

Los resultados más eficientes se alcanzan cuando se hace uso adecuado de estos factores, en el momento oportuno, al menor costo posible y cumpliendo con las normas de calidad requeridas.

Según Peter Drucker, un líder debe tener un desempeño eficiente y eficaz a la vez, pero, aunque la eficiencia es importante, la eficacia es aun más decisiva.

Siguiendo con Drucker muchos directivos fracasan por no concentrarse en la eficacia.

Señala errores básicos que destruyen o impiden la eficacia en las organizaciones. Algunos de ellos son:

¨ No ser uno mismo pretendiendo seguir el modelo de otra persona

¨ En las empresas, especialmente las de familia, elegir el sucesor porque es igual a uno.

¨ La controversia entre popularidad y eficacia directiva.

En síntesis, culmina Drucker, para ser respetado lo mejor es dar el ejemplo y el mejor ejemplo es ser eficaz y obtener resultados.

Planes y objetivos a corto plazo

La dirección del proyecto es una herramienta que nos permite planificar y controlar las actividades necesarias para la consecución de nuestros objetivos. Normalmente entendemos por objetivos a corto plazo aquellos que son planificados de forma que se cumplan en un plazo máximo de un año. Los planes y objetivos a corto plazo identifican aspectos específicos que deberán ser cumplimentados en un futuro próximo y que acumulativamente constituyen el progreso para la consecución de los objetivos a largo plazo. Los objetivos a corto plazo dependerán del tiempo que ya lleve establecido el sistema de calidad dentro de la empresa, así como de cuales sean las necesidades futuras cercanas. Como todos los objetivos, estos deberán ser numéricos para poder ser medidos y analizados una vez finalizado el plazo de cumplimiento.

Los siguientes ejemplos dan una idea clara de cómo pueden ser estos objetivos:

• Aumento de un 30% de las ventas en el sector nacional para los clientes tipo A, en el plazo de un año.

• Reducción de un 20% de las no conformidades respecto al año anterior, para el periodo en curso.

• Reducción de un 10% de los costes de fallos internos de calidad para este año.

• Mejora de la capacidad de proceso de la línea de productos de inoxidable desde menos de 1,00 a 1,33 antes de fin de año.

• Formación del personal de producción en control de producto en curso durante el primer cuatrimestre del año.

• Evaluación de la satisfacción de un 20% de los clientes antes de 1 de Diciembre.

En cualquier caso, hablamos siempre de objetivos con una meta a conseguir en espera de una planificación para su consecución.

Planes y objetivos a largo plazo

Entendemos por objetivos a largo plazo aquellos que son planificados más allá del año. Los planes y objetivos a largo plazo se establecen para mostrar la constancia del propósito del sistema, ofreciendo un amplio campo para la alta dirección en los esfuerzos continuos de mejora. Los planes y objetivos a largo plazo pueden agruparse en función de las etapas de madurez de sistema y en la eficacia de la implementación. Los sistemas tienen diferentes etapas de madurez, siempre teniendo en cuenta que por madurez no entendemos el tiempo que la empresa lleva gestionando el sistema, si no por el nivel de mejora alcanzado por el sistema.

El departamento debe identificar los objetivos consecuentes con la organización y objetivos estratégicos de la empresa, y junto el apoyo de la alta dirección, desarrollar planes que permitan alcanzar estos objetivos. Un sistema evoluciona a través de una serie de metas a conseguir a medida que se alcanzan cada una de las etapas. La incentivación para la consecución de estas metas es debida a la competencia, pérdidas económicas, cambios de liderazgo, por los clientes, ya sea para mantener o aumentar la participación en el mercado.

Existe la tendencia de olvidarse de los objetivos a corto plazo y a largo plazo durante el día a día. La dirección debe usar los recursos de forma que pueda equilibrar los objetivos a corto plazo, con los objetivos a largo plazo. Para poder conocer la eficacia e implementación de los planes a corto y largo plazo, podemos usar el indicador del tiempo que destinamos a resolver problemas con respecto al que dedicamos a la mejora del sistema. Si todo nuestro tiempo y esfuerzo se pierde “apagando fuegos”, difícilmente podremos cambiar nuestro sistema.

Existe cierta resistencia al cambio “Esto no puede hacerse de esta manera”, “Ya lo he intentado pero no va a funcionar”…, hay que conseguir, mediante el apoyo de la alta dirección, romper esa resistencia y entrar en un ciclo de mejora continua donde las metas conseguidas se convierten en señales de referencia para mejoras posteriores.

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