El Insomnio

El insomnio

Introducción. Definición y clasificación diagnóstica del insomnio. El insomnio primario. Evaluación. Tratamientos del insomnio.

1. Introducción

El sueño es un estado que nos sucede con regularidad cada día, alternando con el estado de vigilia que es el que tenemos cuando estamos despiertos. Está presente durante toda nuestra vida, pero con características distintas a lo largo de ésta y es imprescindible para que nuestro organismo funcione normalmente.

Durante años se pensó que el sueño era un proceso pasivo que sobrevenía al cerebro; hoy en día se ve como un proceso activo del cerebro, complejo, que está controlado por distintas hormonas y neurotransmisores.

En el sueño normal se dan distintas fases que componen ciclos que se van repitiendo durante la noche (fases REM y no-REM). La primera, la fase no-REM, se compone, a su vez, de otras cuatro fases, numeradas de uno a cuatro de menor a mayor profundidad del sueño. Durante el sueño normal pueden aparecer breves periodos de vigilia, de tan corta duración que no se recuerdan a la mañana siguiente. La duración del sueño nocturno varía según la persona y oscila entre 4 y 12 horas, siendo la duración más frecuente de 7 a 8 horas aunque, la necesidad de sueño cambia de acuerdo a la edad, el estado de salud, el estado emocional y otros factores. En la imagen inferior se muestra un electroencefalograma característico de una noche de sueño, en el que se puede observar cada una de las fases del sueño y la proporción en la que se dan (los picos marcados corresponden a la fase REM).

2. Definición y clasificación diagnóstica del insomnio

La palabra insomnio, del latín insomnium, es un trastorno del sueño que consiste en la “incapacidad o dificultad para dormir, ya sea por que cuesta conciliar el sueño, porque existen despertares durante la noche, porque hay una disminución en las horas de sueño, un despertar precoz o una disminución de su calidad. Esto produce cansancio y afecta a la vida diaria de las personas que lo padecen, haciendo que su rendimiento sea peor”1. Es un problema frecuente que afecta a un porcentaje entre el 10 y el 30 por ciento de la población adulta, más frecuente en mujeres, ancianos, en personas de un nivel socioeconómico alto y en los que padecen una enfermedad psiquiátrica o están hospitalizados durante mucho tiempo.

2.1 Etiopatogenia del insomnio

Las causas del insomnio pueden deberse a distintas enfermedades, tanto psíquicas como físicas; algunos de los tratamientos utilizados para tratar estas enfermedades; síntomas aislados, como el dolor; sustancias de consumo habitual, como el café, la nicotina y el alcohol, y el consumo de drogas pueden producir insomnio. A veces, son los hábitos de vida los que interfieren con el sueño normal hasta generar insomnio, como sucede en los casos de estrés, entorno muy ruidoso, temperaturas extremas, cambios de horarios, etc. No siempre es posible determinar la causa de un insomnio y entonces hablamos de insomnio primario o idiopático. A la hora de saber las causas del insomnio, podemos diferenciar entre tres tipos de factores: predisponentes, precipitantes y perpetuantes.

• Factores predisponentes: entre este tipo de factores no podemos encontrar el género, la edad, el nivel socioeconómico y el estado de salud. Otro grupo importante son los factores genéticos. La investigación en este campo sugiere que lo que se hereda es el temperamento y la emocionalidad lo que se traduce en una mayor facilidad para alertarse ante una situación estresante. Entre los factores psicológicos destacan los sentimientos negativos y la tendencia a rumiar. Por otra parte, los pacientes con insomnio crónico usan estrategias de afrontamiento del estrés centradas en la emoción que son menos eficaces en la resolución de problemas.

• Factores precipitantes: los más comunes son aquellos que se relacionan con las situaciones estresantes. Algunos estudios han demostrado que la aparición de episodios de insomnio se relacionan con un aumento en las situaciones estresantes que vive la persona.

• Factores perpetuantes: Se relacionan, sobre todo, con el miedo a no dormir y con las creencias y comportamientos no adaptativos, con el consiguiente desarrollo de hábitos erróneos, en relación con el sueño, lo que hace que el insomnio se perpetúe e incluso aumente.

2.2 Clasificaciones diagnósticas del insomnio

El insomnio se puede clasificar de diversas formas en función de los aspectos que se tengan en cuenta. Las clasificaciones más utilizadas son las siguientes:

En función del momento de la noche en que se produce

• Insomnio de conciliación: dificultades para iniciar el sueño.

• Insomnio de mantenimiento: problemas para mantener el sueño, apareciendo frecuentes interrupciones o períodos de vigilia durante el mismo.

• Despertar precoz: el último despertar se produce como mínimo dos horas antes de lo habitual.

En función de su duración

• Insomnio transitorio: la duración es inferior a una semana. Es el más frecuente y generalizado entre la población.

• Insomnio de corta duración o agudo: dura de una a cuatro semanas.

• Insomnio crónico: dura cuatro semanas o más.

En función de la etiología

• Insomnio primario: no tiene un factor etiológico claramente identificable o no está asociado a ningún otro cuadro clínico.

• Insomnio secundario o comórbido: aparece como consecuencia de otra enfermedad o situación.

Los criterios diagnósticos que podemos utilizar para establecer un diagnóstico de insomnio también pueden ser muy variados y podemos escoger entre varios manuales a la hora de realizar esta tarea. Los más utilizados son los siguientes:

• Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP-2), Organización Mundial de las Universidades Nacionales, Academias y Asociaciones Académicas de Médicos Generales y de Familia (WONCA).

• Clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales,

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