El PSicoanalista de John Katzenbach

Yadira Sugey Carrillo Ramirez

Ensayo: El PSicoanalista de John Katzenbach

El Psicoanalista fue escrito en el año 2002, y hasta la fecha sigue siendo uno de los más populares de su género: thrillers psicológicos. En realidad todas las obras de John Katzenbach son thrillers psicológicos, y El Psicoanalista está calificado como su mejor libro y también el más leído. Este libro sin dudas rebaso mis expectativas porque desde el comienzo la narración te capta, el desarrollo tenía muchos giros inesperados que te mantenían en suspenso y el final fue totalmente impresionante. Como su título lo indica, la historia del libro tiene como protagonista al Dr. Frederick Stark, un psicoanalista que reside y ejerce su profesión en un departamento en la ciudad de Nueva York. Este personaje, como se narra en el principio de la obra, vive una vida tranquila, ordenada, y solitaria tras la pérdida de su esposa. Pero todo esto cambia el día de su cumpleaños número 53 pues al final de su día de trabajo recibe una carta anónima firmada sólo como Rumplestiltskin retándolo a que descubriera la identidad verdadera del emisor de la misma. Rumplestiltskin le da un ultimátum de 15 días o si no el Dr. Stark se vería obligado a tener que suicidarse. Esta carta desconcertante manda al Dr. Stark en una aventura donde pone a prueba su inteligencia como psicoanalista y cambia por completo su vida rutinaria y tranquila, pero finalmente el Dr. Stark logra superar este desafío. Pero, ¿cómo le hizo? ¿Qué actitudes adopto el Dr. Stark para poder solucionar su problema y que son importantes para todo psicoanalista o psicólogo?

La historia está dividida en tres partes, la primera bajo el título de “Una carta amenazadora” narra lo antes descrito. La carta le decía que le había arruinado la vida a este sujeto y le deja un poema pequeño donde dice carta. Su primera reacción fue llamar a toda su familia ya que en la carta estaba toda una lista de todos sus familiares y lo amenazaba con hacerles daño. Se tomó mucho tiempo haciendo esto pero por fin llego a enterarse de que un sujeto desconocido le había mandado a una sobrina de 14 años pornografía. Hizo la analogía rápidamente de que su sobrina cumplía años el mismo día que él aquí se da cuenta que el autor de la carta posiblemente si era un sádico o psicópata y que debía detenerlo. Aquí también entra Virgil una mujer que trabaja con R y va a su consultorio a provocarlo, intimidarlo y decirle que ya no verá a su paciente Zimmerman. Éste era un hombre neurótico que acudía 5 veces a la semana por consulta, sólo a quejarse de la vida que llevaba con su mamá discapacitada y sobreprotectora. Al Dr. Stark esto le pareció inusual y decide romper su código de ética al llamar e ir a visitar a Zimmerman para saber qué era lo que sucedió. Aquí la actitud del doctor fue tal y cómo R lo planeaba, Virgil logro que de repente tuviera miedo y tomo decisiones espontaneas. Después se entera de que su paciente, Zimmerman, presuntamente se había suicidado, algo que él sabía que no había sucedido. Sin embargo, se dio cuenta que la policía no le iba a ser caso y decide no informar nada sobre eso y las amenazas. En la carta venia esta frase: “Tememos que nos maten. Pero es mucho peor que nos destruyan.” El propósito de R era no matar al Dr. Stark si no destruirlo para que éste terminara con su propia vida. El siguiente evento se da cuando llega a la casa de Stark una carta de la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York informándole que realizarían una investigación porque una carta se mandó en su contra diciendo que él había abusado sexualmente de una cliente por seis años y por consecuente, graves secuelas psicológicas a su vida. El Dr. Stark logro mantener la calma y fue en búsqueda del abogado de esta “clienta” sólo para descubrir (aunque ya sabía) que también era parte del juego de Rumplestiltskin. De repente ya no se sintió más hábil que R, y par a terminar el día se enteró de que Z si había dejado una nota suicida insinuando que era por culpa del Dr. Stark. La tragedia no terminaba aquí pues al llegar a su hogar comienzan a llegar llamadas de sus pacientes, pues al parecer la carta también les había llegado a ellos y absolutamente todos se encontraban sorprendidos, aterrorizados e inestables al enterrarse de lo que “había hecho” el mismísimo analista que los trataba a ellos. Me parece muy importante citar un párrafo ya que tal y cómo lo escribió el autor no creo que lo pudo haber dicho mejor.

“Uno de los elementos fundamentales del psicoanálisis es la curiosa relación entre paciente y terapeuta, en que el paciente revela cada detalle íntimo de su vida a una persona que no corresponde del mismo modo y que muy rara vez reacciona a una información incluso de lo más provocadora. En el juego infantil de la verdad, se establece la confianza a través del riesgo compartido. Tú me cuentas, yo te cuento. Tú me muestras lo tuyo, yo te muestro lo mío. El psicoanálisis desnivela esta relación y la convierte en totalmente unilateral. Ricky sabía que la fascinación de los pacientes por quién era él, por lo que pensaba y sentía y por cómo reaccionaba eran dinámicas importantes y formaban parte del gran proceso de transferencia que tenía lugar en su consulta, en el que sentado en silencio detrás de sus

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