El Proceso De La Realidad
axl199 de Diciembre de 2014
775 Palabras (4 Páginas)344 Visitas
El Proceso De La Realidad
El hombre, es creador de su propia realidad, basándose en todo aquello que lo rodea; ya sea gente, costumbres, ideales, pensamientos, modismos y actividades con las que se interactúa y se va relacionando.
Esto es basado a seis puntos:
1.- El proceso de las relaciones
2.- Estructuras sociales
3.- Los hábitos tipificados
4.- Las interpretaciones simbólicas
5.- Los roles asumidos
6.- La formación de identidades
Un ejemplo haciendo referencia a los seis puntos mencionados anteriormente seria la semana santa.
Cada año, mi familia y las personas que son apegadas a mi celebran o rinden tradición a lo que es la semana santa. Cuando era niño, toda mi familia y amigos muy cercanos a esta, nos íbamos a acampar a la sierra fría, durante los días de inactividad, en los cuales nos tomábamos tiempo para convivir con la naturaleza, escuchar platicas sobre valores, religión y moral y sobre todo a reflexionar sobre la muerte de aquel “que murió por nosotros” entendiendo esto como un acto de amor hacia nosotros.
Durante estas fechas toda la familia se unía y en la noche alrededor de una fogata hacíamos oración y acompañados por unas cuantas guitarras, cantábamos alabanzas o algunas otras canciones que alegraban la velada; después se preparaba la cena y café con canela y mientras unos cenaban, otros seguían cantando; un poco apartado se encontraba el “lugar de oración” en donde hacíamos grupos para permanecer en vela durante toda la noche y rezar hasta el amanecer.
Mi abuelito contando historias, mientras los nietos atentos escuchábamos, mis tíos y tías platicando mientras vigilaban que los jóvenes atendieran adecuadamente el sitio de oración y no empezaran con sus bromas y carcajadas.
Ya entrada la media noche, los más pequeños empezábamos a bostezar e incluso algunos ya estaban dormidos, los padres, nos acostaban en nuestras casas de campaña en los respectivos lugares; y aunque hacia un frio helado, muchos ni lo sentíamos.
A la mañana siguiente, cuando el sol empezaba a calar, todos salíamos de nuestras casitas, los niños nos íbamos a jugar alrededor del lago, los grandes preparaban el desayuno, mientras los jóvenes se iban a “explorar” los alrededores. Un poco después se escuchaba a los mayores gritar nuestros nombres completando la frase con “vénganse a desayunar”, todos los primos corríamos cual competencia para ser el primero en formar la fila en donde se repartía la comida; ya con nuestros platos y bebidas, nos sentábamos junto a la fogata ya que la mañana era fresca y queríamos tomar un poco de calor.
Eran las doce del día y comenzaban los preparativos para el viacrucis; algunos tíos se iban a elegir los lugares donde haríamos las catorce estaciones de cada misterio y con ellos llevaban la cruz formada con unos troncos de madera, que algunos cargarían para hacer este ritual; todos preparados con sus cachuchas y cantimploras, llegaba la hora de dirigirnos al viacrucis. Al rato de una pequeña caminata se podía ver una cruz de metal en la cima de unas rocas, cruz que fue puesta ahí por mi abuelo, mi padre y mis tíos varios años atrás, sirviendo de guía para saber hacia dónde nos dirigimos cada que hacemos este ritual del viacrucis.
Con mi tío al mando, armado con un micrófono y un amplificador comenzaba este ritual, empezábamos a rezar, en aquel punto donde se encontraba cada estación, al terminar alguno de los participantes tomaba la cruz de madera y comenzaba a caminar hacia la siguiente estación para continuar con el viacrucis, durante el trayecto a la siguiente estación todos cantábamos alguna alabanza; siguiendo esta fórmula durante las catorce estaciones, volvíamos al campamento donde estábamos ubicados y se comenzaba a preparar la comida.
Al regresar al campamento,
...