El cuerpo y el alma fundidos en la moda

El cuerpo y el alma fundidos en la moda

Cinthia Mena

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«Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente». -Erich Fromm. El arte de amar (1956).

Bien sabemos que la personalidad se encuentra en constante transformación. No somos las mismas personas que éramos hace unos años, pues nuestros gustos, intereses y forma de ser, se han modificado conforme lo hace la sociedad. Menos mal, que para algunos/as de nosotros/as, la moda ha sido una fiel amiga que nos ha acompañado en todos los cambios; nos ha permitido expresarnos, evolucionar y alcanzar en lo posible, la versión que deseamos ser. En este sentido, resulta absurdo creer que nuestra imagen personal no se encuentra estrechamente relacionada con nuestro yo, pues es un instrumento más que nos permite comunicarnos, socializar y delimitar nuestra individualidad. Quien sea, fashion blogger, hippie, empresario; todos y todas, transmitimos diariamente algo con nuestro atuendo.

Y entonces, ¿qué es la moda?, ¿por qué existe?, ¿qué representa en el mundo actual?, ¿cómo influye en nosotros y nosotros en ella? Entendemos que la moda es el conjunto de prendas de vestir, accesorios y elementos que se mantienen por un tiempo determinado, y dependen del gusto, utilidad y cultura de las personas. La moda también ha transitado por diversos ciclos. Antes su función principal era la de protegernos y mantener la calidez y la limpieza. Posteriormente, surgieron dos vertientes que la impulsaron a ser lo que hoy en día es. Uno de ellos, fue cuando se comenzó a percibir el vestir como estético, atractivo y decorativo, empleando así, colores, formas y texturas para destacar la silueta humana. Como segundo punto, la revolución industrial fue significativa para ésta, al dar paso a la producción y distribución masiva de productos, que originó las famosas tendencias, atuendos y estilos determinados.

Actualmente, la moda se ha convertido en la mejor opción para experimentar, representar, arriesgar y conocer nuestro estilo personal, y por supuesto, definir quien somos. De hecho, es tan polifacética, que a partir de ella podemos manifestar nuestras ideologías, opiniones y posturas ante casi, cualquier cosa. Y es que la moda es totalmente histórica. Ha sido parte de movimientos culturales como la reinserción y empoderamiento de la mujer, la diversidad sexual, y de muchos otros procesos que requieren de ella para ser escuchados e  idear, diseñar y construir, un mundo más inclusivo.

Desde la psicología de la imagen, tanto el lenguaje no verbal como los movimientos, posturas, gestos, miradas, etc., es sumamente importante. Al conocer gente nueva, al atender a pacientes o simplemente en la convivencia diaria, generamos impresiones, ideas e hipótesis de los demás. Genuinamente, un aspecto que acapara nuestra atención –incluso más de lo que nos gustaría reconocer– es el atuendo que llevan las personas. Y es que todos y todas alguna vez hemos observado con recelo –y hasta envidiado– algunos zapatos, collar o bolsa. Otras veces, no podemos determinar lo que nos gusta de un outfit, pues todo en conjunto se ve fabulosamente bien. Unas más, lo que nos llama la atención no son las prendas en sí, sino la forma en que la persona las porta. Precisamente esto es, lo que conocemos como estilo personal.

Como es de imaginar, este término está estrechamente vinculado a nuestra identidad y se ha desarrollado a partir de pensamientos, sentimientos, creencias, experiencias, intereses, etc. La vestimenta, el corte o color del cabello, manierismos, la posición del reloj, el tamaño de la bolsa que nos gusta más, y en general, la expresión de lo que somos, es el estilo personal. No es casualidad utilizar un mismo color en la ropa por varios días seguidos, y no me estoy refiriendo a la psicología del color –la cual a propósito, es bastante interesante–, sino en la forma en que como seres humanos, intentamos adaptarnos y sobrevivir a los retos de la vida, siendo la moda una forma de lidiar con ellos –o hacerlos menos invasivos–.

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