El poder de las conversaciones

Jhiandiry Molina                                      C.I.: 24.759.197                                Fecha:   06/06/2021

El poder de las conversaciones.

Para que pueda existir una conversación debemos tomar en cuenta principalmente el escuchar y el hablar como viceversa ya que no existe la acción del habla sin quien escuche ya que nosotros mismos al hablar nos podemos escuchar, entonces se afirma que para estar en presencia de una conversación deben interactuar mutuamente el escuchar y el hablar. Dentro de las conversaciones encontramos infinita capacidad para hacer distinciones las cuales provienen de un motivo y/o inquietud. A continuación, se discuten los puntos en esta lectura.

Diseñando conversaciones

Los quiebres llaman a la acción ya que la forma en la que nos encargamos de ellos es a través de acciones. Sin embargo, no sabemos a plenitud la forma en la que reaccionaremos frente a un quiebre por ello es bueno explorar sobre los distintos tipos de conversación que pueden seguir a un quiebre. Estas conversaciones nos guiaran hacia la acción o el inmovilismo. Siguiendo esto podemos diseñar conversaciones que ayudaran a abordar el quiebre en forma selectiva.

1. La conversación de juicios personales.

Regularmente acudimos a este tipo de conversación cuando nos enfrentamos a un quiebre, no llamamos quiebre a lo sucedido sino a la acción de declaración y a la interrupción en la transparencia de su fluir en la vida usando interjecciones como “¡rayos!, ¡no puede ser!, ¡carajo!”. Al identificar el tipo de conversación es únicamente un enjuiciamiento del quiebre, pero no es una acción para solucionar el quiebre, es decir, una reacción que no nos mueve del quiebre lo cual es peligroso ya que podríamos quedarnos de por vida emitiendo juicios de valor sin lograr tomar una acción para restaurar la satisfacción y transparencia perdida en el quiebre. Cabe acotar que cada situación por muy similar que sea puede producir reflexiones diferentes por ello el psicólogo Seligman recomienda observar los juicios de acuerdo con tres dominios diferentes: el dominio de la responsabilidad (a quien uno hace responsable), inclusividad (cada quiebre ocurre en un dominio particular de alguien), temporalidad (cada quiebre sucede en el tiempo); de igual manera indica que los quiebres pueden ser tanto positivos como negativos.

1. La conversación para la coordinación de acciones.

Acá formamos acciones futuras para hacernos cargo del quiebre existente, es decir, accionamos para trabajar en mejorar la situación actual de las cosas. Es donde finalmente se decide coordinar acciones a través de la conversación para las generaciones futuras de acciones para cambiar el estado actual de las cosas. Lo que permite que surjan nuevas realidades son los actos lingüísticos, como:  peticiones, ofertas, promesas y declaraciones. Usualmente la manera más positiva para enfrentar los quiebres es pedir ayuda, así como saber pedirla. De haber dificultad hay una gran probabilidad que sea por experiencias pasadas, lo que llevara a una continuación del sufrimiento, inefectividad y aislamiento.

Es importante en el mundo empresarial distinguir entre conversaciones de juicio personal y conversaciones de comportamiento coordinado. A menudo, no entendemos todos los significados que existen entre un tipo de conversación y otro. Entonces, el poder del diálogo para cambiar la situación es invisible. Si no se reconoce esta diferencia, se recomienda utilizar el lenguaje para describir y definir lo que está sucediendo, tener una explicación de por qué sucedió el evento y asignar la responsabilidad de lo sucedido.

Dos clases diferentes de razones para no iniciar conversaciones para coordinar acciones son cuando no sabemos qué acción realizar o que hacer primero, por otro lado, también puede suceder que sabemos las acciones a tomar, pero tomamos prudencias frente a lo que pueda pensar la persona con la que sostenemos la conversación. Además, puede ocurrir que se genere miedo y esto puede ocasionar mas quiebres a medida que se afronta la situación.

1. La conversación para posibles acciones.

En este apartado, no se aborda directamente acciones para poder afrontar el quiebre, mas bien para orientar y poder abordar nuevos escenarios y posibilidades, es decir, para expandir las posibilidades y horizonte. Su objetivo se basa en la necesidad de acción y no la necesidad de darle el sentido a algo, necesidad de hacer y no de porque sucedió algo. Es equivalente al juicio personal ya que emitimos juicios para construir historias acerca de lo que es posible, la mayor diferencia es el compromiso de emocionalidad para cambiar así el recorrido actual de los acontecimientos.

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