Ensayo sobre el libro La Edad del Hierro Autor: J.M.Coetzee

Ensayo sobre el libro La Edad del Hierro Autor: J.M.Coetzee

Esta novela nos sumerge en plena época del apartheid, en el país de Sudáfrica, el autor Coetzee nos introduce en esta dura realidad, bajo la mirada de una mujer mayor y enferma, que está acotumbrada a mirar al pasado, tratando de explicarse lo que ocurre actualmente bajo la comparación de tiempos pasados que ella vivió en su juventud.

En la novela se refleja como la violencia, la muerte y la injusticia son incomprensibles para esta mujer, que sólo a través de dolorosas vivencias, llega a comprender la dura realidad del apartheid. Niños que pierden la infancia, que deben salir a luchar arriesgando sus vidas, como Bheki, que es asesinado a los quince años. La señora Curren ve con sus propios ojos, incrédula, el cuerpo sin vida del joven, a quien conoció de niño y siempre le tuvo mucho cariño, que a pesar de todo, de lo que se había trasformado este chico y que no le agradaba, se repetía como no llorar a una persona que ante sus ojos en esa expresión sin vida había vuelto a ser aquel niño ese niño que tuvo que dejar atrás para intentar seguir “viviendo”. Esta situación la marca y le demuestra la verdadera situación de Sudáfrica, intensificando la depresión que ya acarreaba debido a su enfermedad.

Mientras ocurren estos hechos, el estado de salud de la señora Curren sigue empeorando, y la relación que mantiene con el señoer Vercueil, aquel vagabundo al que le abrió las puertas de su casa se vuelve cada vez más cercana. Es así, como en medio de este desolador paisaje de injusticias y violencia, y de una enfermedad que no da tregua, el autor del libro, Coetzee, nos presenta esta relación, que no es de amistad ni de amor, que es simplemente el reflejo de la necesidad de dos personas solas de tener a alguien que los acompañe.

Coetzee nos muestra una realidad que muchas veces preferimos no ver, no saber, y al igual que la señora Curren nos enteramos de una realidad oculta y triste, de la voz de la minoría, la voz de los más débiles.

A partir de lo expuesto en esta novela, quisiera enfocarme sobre todo en el tema de la voz del oprimido y como la psicología tradicional se ha trasformado en un instrumento más para seguir manteniendo en las sombras la historia, memoria y necesidades de nuestro pueblo, el pueblo latinoamericano, Construyendo fantasías ahistóricas en la se engaña a cada uno de los habitantes convenciéndolos de la existencia de una homogeneidad, del carácter inútil de la compresión de nuestras raíces, de la irrelevancia de la toma de consciencia de los que han estado y que siguen con nosotros; todo esto no solo lastima sino que impiden sanar estas heridas como además que nos aprisiona en un delirio de desarrollo, totalmente incompatible con la realidad de los pueblos y que como resultado, aunque suene tremendista, nunca nos independizaremos y continuaremos siendo solamente colonias.

La psicología tradicional, que se ha enseñado en las distintas facultades de las universidades latinoamericanas por muchísimo tiempo, se ha trasformado en un instrumento como dije anteriormente que ha servido para acallar a aquel pueblo al que se supone debe servir; en este momento señalare algunos criterios por decirlo de algún modo, que creo que identifica como esta psicología ha participado en el proceso de ésta triste realidad de la psicología latinoamericana, esto no quiere decir que sean los únicos, ni los más correctos, simplemente son aquellos que he logrado reconocer, y que voy a mencionar.

En principio debo señalar que la psicología latinoamericana, en su mayor parte, sigue atrapada en el anzuelo, que se llama hacer “ciencia”, sigue tratando de emular los métodos, técnicas y resultados de las ciencias duras, esto porque tristemente buscan desesperadamente ser reconocidos y validados por sus colegas de otras latitudes, sobretodo de los provenientes del norte global; debido a esto continúan atrapados en la fantasía de la llamada “objetividad” que es confundida con la parcialidad, sus prácticas son acríticas de una realidad que demanda que los científicos sociales se posicionen, esta práctica despolitizada deja de lado el carácter ético, y la coherencia que debe existir en nuestra práctica y nuestros valores.

Esta práctica de hacer “ciencia” que solo lo puedo calificar como error impide que se dé cuenta realmente de la realidad que aquí se vive, y que además genera en el sentir de los pueblos una desconexión entre lo que se produce y lo que se vive, los científicos sociales solo somos extranjeros, en nuestra tierra, que toman lo que necesitan y se marchan; quisiera hacer un paréntesis y decir que esta última idea creo que es la consecuencia que más se ha hecho sentir en nuestra escuela de psicología de la UNA, pueblos que rechazan y ven con malos ojos cualquier intento de la Universidad por hacer un acercamiento, esto por cómo se dijo anteriormente, existe la sensación general de la persona, las comunidades y el pueblo general, que se trabaja en ellos y no con ellos y que para colmo no logra reflejar sus necesidades, fortalezas, ni quiénes son y que más bien perciben que pueden dañar o en el mejor de los casos no aportar en nada, sin duda una gran señal de alarma que no está siendo escuchada o no está queriendo ser escuchada por la escuela de psicología, me aterra la idea de saber que muchos de los que están formando a los futuros profesionales en psicología, sean personas que estén enseñando a amar el dinero y el reconocimiento, por sobre el amor a la personas, cualidad indispensable y que debe ser cultivada sobre todo en las personas que decidieron ejercer como profesionales en ciencias sociales.

Lo que me lleva a mencionar la otra problemática que presenta la psicología tradicional que se practica en latinoamericana, y que impide poder dar voz al pueblo, y es ¿desde dónde? Y ¿cómo? Estamos construyendo el conocimiento, estas preguntas básicas pocas veces o directamente no han sido planteadas, la cuestión del poder dicta que conocimiento es más valido y valioso, el psicólogo tradicionalmente se ha visto en una posición cómoda, su práctica generalmente se hace desde la verticalidad, y ha basado sus criterios para juzgar a los pueblos desde las condiciones que le dicta dominador sin prestar atención a la visión del dominado, ejemplo de esto en la psicología laboral donde

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