Escuela Francesa - Psicología

Escuela Francesa

Práctico 16 de Junio

Nombre del padre: uno de los significantes primordiales junto a los dignificas: fálico y el ideal del yo.

Son los tres significantes primordiales: Estos significantes tiene una función muy específica.

El significante del nombre del padre, como tal, lo que hace es dividir aguas en la estructuración psíquica entre la neurosis y las perversiones, por un lado ((porque en ellos hay inscripción del nombre del padre)) y por el otro lado la psicosis, donde no hay inscripción.

El punto es que el significante, no funciona solo, sino que funciona en articulación, por lo cual, que tengamos el significante del nombre del padre, o no lo tengamos, si bien divide aguas, no se puede decir mucho más, porque lo que se debe ver, es que pasa cuando este significante se articula.

La articulación normal y normativa, normal en el sentido de normalizante, lo que está ligado a la ley, a la norma, lo que normaliza, incluso, por mas que la normalidad sea un termino rari, Lacan indica que el nombre del padre tiene una función normal y normativa.

Normal en relación a lo normativizante: lo que está sujeto a ley.

Sin embargo, el nombre del padre solo, solo sirve para indicar si es una de las neurosis o una perversión, y si no está, el grupo de las psicosis. El punto es como ese significante se articula con otro significante muy importante que es el deseo materno. ((DM))

Si este significante del nombre del padre, en su función normal y normativizante, se articula metafóricamente, se habla de lo que Freud llamo Edipo.

Son varias las funciones del Edipo en cuanto estructuración psíquica:

• La sexuación:
• Regula el deseo
• Las relaciones con la realidad
• La maternidad//paternidad: relación con el niño que surge de un encuentro sexual. Regula la posición de padre o madre.

Esto es lo que estructura el Edipo. Es lo que estructura el nombre del padre cuando se articula metafóricamente en lo que se conoce como “metáfora paterna”

La metáfora entonces regula la sexualidad, el deseo, la paternidad, la relación con la realidad y la estructura de los síntomas.

Sincronía de la metáfora paterna: El nombre del padre sobre el deseo de la madre, el deseo de la madre en relación a la X que es el lugar del niño. El nombre del padre lo que indica es que lo que el Otro es el falo: el objeto de deseo del Otro es el falo.

Esta significación fálica que produce como resultado la metáfora paterna.

La metáfora es la sustitución de un significante, por otro significante que está latente o reprimido, ambos se encuentran en comunidad posicional, y de esa sustitución, lo que surge es una significación nueva, un plus de significación.

En la metáfora paterna entonces, el nombre del padre sustituye al deseo de la madre, ese deseo de la madre que en un primer momento esta en relación al niño ((1er tiempo del Edipo, donde se habla de la tríada imaginaria: madre-niño-falo, pero teniendo en cuenta que, para que el niño esté ecuacionando con el falo es porque algo de la metáfora paterna ha funcionado en esa madre, con lo cual ya es una triada cuaternaria: el padre en este primer tiempo está velado, pero está)), un segundo tiempo: tiempo privativo del Edipo, tiempo del No, de la prohibición, donde la madre se pone en relación al padre, su palabra cobra valor, acepta o no acepta ((tanto el Otro como el sujeto)): el Otro acepta ser privado y el sujeto acepta esa privación, o no. Y el tercer tiempo del Edipo es el resultado: lo que el nombre del padre indica que lo que el Otro desea es el falo.

Lo que hace la metáfora paterna, o el Edipo en su funcionamiento, es regular el deseo sujetando a la ley paterna, a la ley metafórica, y da como resultado que el deseo, es deseo de un objeto particular, llamado falo: significación fálica, que es el plus de significación, esa significación novedosa que no estaba antes. Novedosa para el sujeto, porque se supone que en un primer tiempo para la madre estaba, para que ese niño pueda ocupar para ella el lugar de falo. Puede ocurrir que eso no sea así ((madre psicótica, por ejemplo, y no solo)).

Etapa fálica primitiva: Lacan dice que el sujeto, de alguna manera, intuitivamente sabe que ocupa el lugar de falo para el Otro, el lugar de ese objeto privilegiado para el Otro. Pura intuición del sujeto: el sujeto, intuitivamente, sabe que, si se ubica ahí, tiene un lugar en la madre.

Ahora bien, al final, el resultado de la metáfora paterna ya no es intuitivo porque esta el significante del nombre del padre articulado, que en su articulación regula el deseo: el deseo queda regulado fálicamente.  De hecho, en el grafo, cuando Lacan termina el piso inferior del grafo, cuando ubica el nombre del padre, eso hace desplegar el grafo hacia el piso superior. Y el grafo se despliega, en primera instancia, por el vector del deseo.

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