Estudios De La Psicología Y Cine
Mavi026 de Julio de 2015
915 Palabras (4 Páginas)141 Visitas
En el episodio anterior de “¿Por qué nos gusta el cine?”, habíamos visto que el cine es una forma de proceso terapéutico en donde podemos revivir de forma indirecta traumas, deseos, sueños, preocupaciones, vivencias,…siendo un fenómeno psicológico parecido al que realiza el niño o la niña cuando realizan juegos simbólicos desde un “como si…”. De esta forma la persona puede sacar a la luz aspectos de su vida que permanecen dormidos, ignorados o desterrados y puede integrar mejor esos aspectos en su personalidad. Pero existen otros fenómenos psicológicos muy relacionados con lo anterior que explican el porqué de la afición general del cine. Veamos pues, nuevamente la relación entre psicología y cine.
Pensemos paso a paso en lo que ocurre en una sala de proyección: primero el espectador se sienta en un lugar cómodo, reposa, se siente tranquilo. Las luces se apagan y la oscuridad en la que se proyecta la película nos aísla de la realidad exterior, olvidando por un tiempo aquello que nos rodea y fijando nuestra atención en la pantalla que se ilumina. Nuestros sentidos y pensamientos están fijados en la pantalla, en las imágenes y sonidos que van a aparecer, no hay nada que pueda desviar la atención, a no ser que las luces se enciendan y comience a pasar algo a nuestro alrededor. Pero existen otros fenómenos psicológicos muy relacionados con lo anterior que explican el porqué de la afición general del cine.
La oscuridad de la sala de cine y la pantalla, un fenómeno físico “para atrapar al espectador”.
Una vez que comienza la proyección, el espectador se mete en la película, en la historia y en los personajes, a partir de diferentes fenómenos psicológicos. Los fenómenos más importantes serían: la identificación, la contra-identificación, la proyección y la despersonalización. Veamos cada uno de estos fenómenos psicológicos que se dan cuando alguien contempla una pantalla de cine y sigue la historia que se proyecta en ella:
La identificación: Este fenómeno ocurre porque el espectador ve en el/la protagonista características con las que se puede identificar. Identificarse significa reconocer algo propio en lo que nos rodea. Pueden ser desde las más básicas, como ser de la misma raza, sexo o edad, pasando también por características situacionales, como vivir en una gran ciudad, ser madre o padre de familia, o llegando a las más complejas, cuando el personaje ficticio “comparte” valores o principios éticos con el espectador. Nuestra mente está constantemente identificando aspectos propios y ajenos, lo que se parece a nosotros y lo que no, quizá para tener una idea clara de lo que somos. Cuanto mayor sea la identificación que posea con el personaje, más vivirá el espectador la historia, más se adentrará en la trama, viéndose a sí mismo en ese personaje ficticio y pasando por aquellas situaciones por las que pasa el protagonista.
La contra-idenficación: En toda película habrá un personaje antagónico al protagonista, que suele etiquetarse como “el malo”. En este personaje el espectador verá aquellas características que son contrarias a como es él. Este personaje suele tener “el papel” de intentar impedir u obstaculizar que el protagonista culmine con éxito sus deseos. Pero si bien representa en el espectador aquello que no le gusta en otras personas, también representa aquello que no le gusta o rechaza de sí mismo, aquello que inconscientemente no acepta de sí y que solo se puede ver cuando se proyecta en el otro. Esta parte que se rechaza no se suele dejar salir a la luz, y solo en ciertos momentos como es viendo una película nuestra mente libera aquello que es rechazado. Esto nos lleva al tercer fenómeno psicológico.
La proyección: El espectador atribuye al personaje de la pantalla (una vez que se ha identificado o contra-identificado
...