Etica Profesional

Es algo triste pensar que la libertad que tenemos está orientada a lo que el sistema o la sociedad en su conjunto necesitan para mantenerse en pie, proseguir y sobrevivir. Es decir, estamos determinados por un sistema que necesita que nos especialicemos y trabajemos en ciertas cosas que esa sociedad en un momento dado nos pide. Por ejemplo, esto se observa muy bien en la educación; siempre hemos oído decir que es más útil estudiar una ingeniería que la carrera por ejemplo, de sociología. Bien, pues pienso que la sociedad es la que propaga esta idea, ya que de esta manera será mucho más fácil conseguir su objetivo: aumentar la gente que estudie ciertas carreras consideradas productivas frente a otras que “no lo son”, a su vez para aumentar la producción, edificar para vender entre otras cosas, es decir, para conseguir que el capital fluya. ¿Y qué pasa, es que hay ciertos estudios que no interesan porque pueden hacer pensar demasiado a la gente sobre este cruel y miserable sistema en el que vivimos?, claro está que esta idea si la poseyera muy claramente una mayoría de personas podría empeorar las cosas y no interesa…Con esto no quiero menospreciar ningún estudio, pero he aquí en nuestra vida diaria donde ya se encuentran los límites de nuestra libertad para decidir por lo que realmente se puede querer hacer y lo hacen a través de lo que llamamos sueldo, riqueza.

Una idea relacionada con lo anterior es que en la sociedad contemporánea, caracterizada por los medios de comunicación, se encuentran las personas con más ataduras inconscientes de las que se puedan llegar a imaginar. Las personas sufren, estresan y se frustran, por comprar cosas que todo el mundo tiene y creen que de esta manera estarán a la altura de todo el mundo o más bien al nivel que el sistema y el capital quieren. Esto provoca en las personas, un mayor aislamiento del que habla Fromm, un mayor vacío personal, una mayor frustración y en ningún caso un verdadera libertad. La libertad está para lo que la sociedad quiere o necesita: mayores oportunidades de estudio (¿pero qué oportunidades?) más centros de salud (¿al alcance de todos? No, claro tendrás que dar buena parte de tu “yo” para que puedas conseguir ciertos privilegios, cada vez más limitados), ropas, artículos infinitos de cualquier cosa,(que tiramos constantemente), incluso terapias…

Creo que estamos viviendo una “libertad enmascarada”, pues como bien proyecta Fromm, la libertad que hemos conseguido tiene sus repercusiones, nos permite la libertad para hacer unas cosas pero trae consecuencias desagradables dejándonos a nuestra suerte y creándonos obstáculos nuevos. La soledad, el miedo y otros conflictos internos, son consecuencias y esto hasta yo misma lo he experimentado cuando no he hecho algo que la norma reclamaba o cuando esa supuesta libertad dictaba.

Esto es lo que me ha hecho pensar el libro y podría seguir y seguir y hasta yo misma me sorprendería de lo que me ha aportado este libro. En fin, este libro es una vía para abrir los ojos y para darnos cuenta que muchas de las cosas que nos ocurren en el día a día, las decisiones en nuestro trabajo, familia, amigos, los sentimientos incluso nuestros conflictos tienen un sentido y origen más profundo de lo que nos podemos imaginar, donde la libertad tiene todavía un largo estudio de reflexión, pues creo que aun estamos en el camino de conseguir una libertad mucho mejor que la que tenemos ahora y para conseguirlo entre otras muchas cosas que no conozco, se encuentra la posibilidad de superar esos mecanismos de evasión citados por Fromm, ya que nos hacen infelices y creo que para conseguir la felicidad debe haber una sana libertad individual y social. El problema es que es difícil conseguir estas ideas tan geniales pues el hombre es un ser egoísta, y también porque tiene gran cantidad de miedo hacia sí mismo, teme por su seguridad y teme al otro.

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