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Evaluacion Pedagogica


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2013  •  1.744 Palabras (7 Páginas)  •  252 Visitas

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Apoyo que necesita Francisco

Técnicas y estrategias para ayudar al niño hiperactivo

La forma de tratar el "Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad" es modificar o compensar lo más posible aquellas conductas típicas que repercuten negativamente en la vida diaria del niño y de su familia. El objetivo principal es reducir su impulsividad e inquietud motriz y aumentar su atención, que son la fuente de sus principales problemas. Las corrientes psicopedagógicas conductista y cognitivista ofrecen diversas estrategias para tratar la hiperactividad. La corriente conductista centra su atención en cómo el ambiente en el que se mueve el niño (la familia, los profesores, etc.) interactúa con él para, manejando esta interacción, modificar las formas de comportamiento. La corriente cognitivista actúa directamente sobre el niño enseñándole a ejercer su propio control a través del entrenamiento en estrategias.

Corriente conductista: cambiar una conducta inadecuada a través del ambiente

Para modificar determinadas actitudes, como la agresividad o la desobediencia, se emplean técnicas de cambio conductual que se apoyan en la psicología conductista. La base de todas ellas es la idea de que todo comportamiento es una forma aprendida de responder a determinadas circunstancias. Cuando lo que obtenemos al responder de determinada manera es bueno, agradable o sirve a nuestros propósitos, esa respuesta se instaura en nosotros, es decir, la aprendemos y siempre que nos vemos en circunstancias similares respondemos igual. Por el contrario, si con nuestra actuación no logramos lo esperado, desechamos la respuesta como "no válida" y dejamos de emplearla.

Las técnicas de cambio de conducta lo que hacen es controlar las consecuencias de las acciones convirtiéndolas en agradables, a través del "refuerzo positivo", o desagradables mediante el "castigo". Aquellas conductas del niño a las que siga un "refuerzo positivo" serán aprendidas como útiles y se repetirán; aquellas otras a las que acompañe un "castigo" terminarán desapareciendo. Los refuerzos pueden ser muy variados. Al principio, cuando una actitud está muy instaurada, se recurre a recompensas de tipo material (un juguete, una chuchería, etc.). Posteriormente se van restringiendo este tipo de refuerzos para que el niño no haga las cosas por el premio sino porque realmente ha adquirido nuevas actitudes con las que se siente más satisfecho. Para ello, desde el principio (junto con las recompensas materiales) y a lo largo del tiempo (cuando ya se han eliminado aquellas) el niño debe recibir refuerzos sociales como abrazos, alabanzas o cualquier otra manifestación de afecto por lo bien que ha actuado. Por otra parte, los castigos que siguen a las conductas que deseamos eliminar serán cosas como quedarse sin ver la tele o recoger el cuarto, pero jamás castigos físicos. Además, todo castigo debe ir acompañado del refuerzo de la conducta alternativa.

Corriente cognitivista: enseñar a hacer las cosas mejor

Según la corriente cognitivista, la forma más adecuada de ayudar a un niño hiperactivo a resolver sus problemas correctamente es entrenarle en los pasos que debe seguir, es decir, darle estrategias para que sepa cómo actuar.

Por ejemplo, mantener la atención es una habilidad casi automática en la mayoría de las personas, pero para un niño hiperactivo es todo un triunfo. Para facilitarle esta tarea debemos enseñarle cómo se presta atención facilitándole una serie de instrucciones que resuman eso que hacemos las personas cuando prestamos atención (centrarnos en lo importante, ignorar los estímulos irrelevantes, etc.). En este caso estaríamos hablando de estrategias atencionales. Dicho así parece muy abstracto, sin embargo lo puedes aplicar de forma particular a cada una de las tareas con las que tu hijo tenga dificultades. Una manera de hacerlo efectivo es el "modelo de autoinstrucciones" que debéis practicar cada día tantos días como sea necesario hasta que el niño sea capaz de realizar el quinto paso de forma natural:

1. Modelado: haz tú la tarea mientras vas diciendo en voz alta los pasos que sigues, mediante instrucciones claras y concisas.

2. Guía externa manifiesta: ahora es él quien realiza la misma tarea mientras le ayudas repitiendo junto con él los pasos.

3. Autoguía manifiesta: el niño repite solo las instrucciones, en voz alta, mientras hace la tarea.

4. Autoguía manifiesta atenuada: en vez de hablar en voz alta debe cuchichear las instrucciones.

5. Autoinstrucciones encubiertas: finalmente el niño realiza la tarea en silencio mientras se guía por las instrucciones a través del pensamiento.

Apoyo que necesita Edgar de Jesús

Se puede incidir en el sistema nervioso dándole un "empujón" para ayudar a que madure y el niño sea "equilibrado" como nos gustaría que fuera. Para que se sienta más capaz, más confiado y sus respuestas en diferentes situaciones sean más adecuadas. Al final, de lo que estamos hablando es de que el niño sea más feliz.

Lo que debe hacerse es lo mismo que hace la naturaleza para que el cerebro del niño crezca y se desarrolle. Esto ocurre cada vez que hablamos al bebé, cada vez que lo mecemos o acariciamos… Ocurre con todo lo que ve, cada vez que se mueve y tiene experiencias motoras que le llevan a un nuevo pequeño triunfo en el dominio de su cuerpo y del mundo que le rodea.

Debemos brindar al niño muchas y ricas experiencias, sobre todo motrices. Esto le dará un mejor conocimiento de sus capacidades y limitaciones, enriquecerá su desarrollo motriz, le hará más confiado en sí mismo y como consecuencia, vivirá más confiado en cualquiera de las situaciones que se le planteen.

Existen sencillos programas motores que podemos seguir asesorados por expertos en desarrollo infantil que pueden ayudarnos a los padres en esta tarea. Pero podemos también simplemente tener esto en cuenta y disfrutar con nuestros hijos de más horas de parque, de columpios, toboganes, camas elásticas…

Es muy importante saber que es el movimiento el alimento principal del cerebro de nuestros hijos. Que debemos dejarles moverse y animarles a hacerlo cuando son miedosos en este sentido. Siempre respetando sus miedos, acercándonos a nuevas experiencias con seguridad y despacio. Con paciencia y con

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