Examen Final de Enfoque Centrado en la Persona

Examen final- Enfoque Centrado en la Persona

Alumno: Sebastián Ocampo

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ENFOQUE CENTRADO EN LA PERSONA

EXAMEN FINAL

“EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA”

PROFESORA: Prof. Clr. Lorena GRANÉ

ALUMNO: Héctor Sebastián OCAMPO

CARRERA: Tecnicatura Superior en Consultoría Psicológica.

FECHA DE ENTRAGA: 13 de Diciembre del 2022.

Examen Final de Enfoque Centrado en la Persona

Docente: Clr. Lorena Grané

El examen final será presencial ingresando en grupos de hasta tres estudiantes, donde se expondrá un tema de los siguientes a elección por cada alumno/a y se responderá preguntas de la docente si fuese necesario. Puede usarse un mapa conceptual a modo de ayuda memoria. Fecha del final presencial: 16/12/2022

Fecha de la entrega del TP de manera escrita individual en el campus o por mail a loregrane@gmail.com :13/12/2022

1. Condiciones del proceso terapéutico:

1. ¿Cuáles son las condiciones que Rogers considera necesarias para que sea posible el proceso terapéutico?

Según (Rogers, 1981), las condiciones necesarias para que sea posible el proceso terapéutico es que dos personas estén en contacto, debe existir una relación personal entre el consultor y el consultante para que el proceso  pueda funcionar. Además esta relación debe resultar significativa para ambas partes. El segundo aspecto a tener en cuenta es que el consultante presente cierto estado de incongruencia, el proceso sólo tendrá éxito en caso de que exista una incongruencia entre el yo organísmico del consultante y su autoconcepto. El concepto de “yo organísmico” se refiere a los procesos fisiológicos y el de “autoconcepto” al sentido de la identidad consciente. El tercer punto hace referencia a que el consultor debe presentar el mayor grado de congruencia posible, que sea  auténtico o congruente, significa que se encuentra en contacto con sus sentimientos y que los comunica al consultante de forma abierta. Esto ayuda a crear una relación personal sincera. La  cuarta condición que plantea el autor es que el consultor experimente una aceptación positiva incondicional hacia su consultante, que esté dispuesto a recibir todas las manifestaciones de personalidad del consultante, y acepte al consultante  tal y como es, sin juzgar sus actos o pensamientos, además de respetarlo e interesarse sinceramente por él. La aceptación positiva incondicional permite que el consultante  perciba sus experiencias sin la distorsión propia de las relaciones cotidianas, y por tanto que pueda reinterpretarse a sí mismo sin juicios. Otro elemento es que el consultor experimente una comprensión empática hacia el marco de referencia interno del consultante, para Rogers la empatía implica la capacidad de introducirse en la perspectiva del consultante y de percibir el mundo desde éste, así como de experimentar sus sentimientos. La comprensión por parte del consultor facilita que el consultante se acepte a sí mismo y a sus experiencias. Finalmente, la última condición que plantea, es que el consultante pueda percibir la comprensión y aceptación expresada de manera autentica por parte del consultor, aunque el consultor sienta verdadera empatía por el consultante y lo acepte de forma incondicional, si éste no lo percibe la relación terapéutica no se desarrollará adecuadamente, por tanto, el consultor debe ser capaz de transmitir al consultante las actitudes que le ayudarán a cambiar

1. Según tu propio criterio ¿Estas condiciones son siempre necesarias? Y… ¿Serán suficiente para que se produzca el proceso?

En cuanto a este punto, debo destacar que Rogers en su libro terapia centrada en el cliente desarrollo estas condiciones como necesarias para establecer un proceso terapéutico. Es así, que si tomamos la palabra necesaria, el diccionario de la Real academia española la define como “que hace falta indispensablemente para algo”, en ese sentido y según mi criterio debo admitir que estas condiciones son siempre necesarias, porque imagino al proceso terapéutico como un engranaje donde muchos elementos conforman el mismo y si  uno de ellos no está funcionando, estaría fallando el proceso. Un ejemplo que podemos dar, es que la primera condición que pone Rogers es la existencia de una relación terapéutica, es decir un consultor y un consultante, sin la presencia de uno de ellos, no hay proceso.  

Esta más que claro, que estas condiciones no siempre serán suficientes para que se produzca el proceso, debe haber muchos factores tanto internos como externos que tienen implicancia en la relación terapéutica, el consultor puede poner lo mejor de sí y aplicar todos los lineamientos establecidos para el enfoque centrado en la persona, pero si el consultante por diferentes motivos no logra vincular  la incongruencia entre su yo organísmico y su autoconcepto, habrá que revisar aquellas cuestiones propias del proceso que no están funcionando.

1. El proceso terapéutico:

1. Describí a grandes rasgos qué cambios se van produciendo en el consultante durante el proceso terapéutico.

Si las condiciones necesarias se encuentran presentes en la relación, entonces comenzara a producirse el proceso terapéutico. Durante el mencionado proceso, el consultante se siente cada vez más capaz de expresar sus sentimientos de manera verbal y no verbal, la simbolización de sus experiencias se vuelve cada vez más diferenciada, los sentimientos expresados se refieren cada vez más al yo que al entorno, puede expresar de manera más diferenciada los sentimientos referente al estado de desacuerdo interno, comienza a ser consciente de la amenaza que lleva consigo este desacuerdo interno, comienza a experimentar plenamente ciertos sentimientos que hasta entonces había deformado o rechazado como propios, la imagen del YO cambia, se va modificando hasta permitir integrar los elementos deformados o rechazados, de apoco se va reorganizando la estructura de Yo hacia un estado de mayor acuerdo, las experiencias dejan de ser vividas como amenazadoras, la conducta es menos defensiva, el consultante puede percibir la relación con el consultor de manera genuina y no se siente amenazado por esta y se va dando cuenta que puede ser su propio centro de valoración y confiaren datos provenientes de su organismo.

1. ¿Qué similitudes podés encontrar entre el proceso terapéutico y el proceso que vive el Caballero?

Es importante destacar que la historia propia del caballero de la armadura oxidada presenta similitudes irreprochables con el proceso terapéutico, para ello voy a hacer un breve recorrido de la historia donde se van a plasmar dichas coincidencias, que a mi entender comienzan a darse en el encuentro con Merlín en donde el emprende este proceso, aquí  su experiencia es comentada tal como si fuera un objeto, es decir que la experiencia es cosificada. No habla de sí como un “yo” sino como la experiencia de “uno”. Veamos a modo de ejemplo una de sus expresiones: “Uno de los principales caballeros del reino necesitando que una ardilla y una pájaro le den coraje”. En ese momento, y a pesar del reproche del caballero, la buena predisposición de quienes intentaban ayudarlo, le proporcionó el coraje para continuar. En esta instancia ya sus lágrimas lo habían liberado de una parte de su visera, pero el no pudo reconocer aún, que su tristeza y su llanto eran el primer paso necesario, en el inicio de su proceso. Los sentimientos son experienciados con vergüenza y prejuicio, es decir que son calificados como malos, inaceptables, anormales. Este aspecto pude identificarlo cuando el caballero cuenta que se sentía arrepentido por su “horrible” equivocación, refiriéndose al entrenamiento de halcones de caza. Como se juzga y se sentencia con dureza, la persona no puede aceptar sus fallas. “¿Esperáis que acepte toda esta pesada armadura?” Al cabo de un tiempo Merlín le hace comprender cuan necesaria es la aceptación de los propios errores. Las posturas frente a las cosas ya pueden ser advertidas como propias “Siento no haber actuado como un caballero” dice en un tramo del relato. Merlín le hizo comprender que su nueva batalla no podría ganarla con la espada y tuvo que abandonarla.

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