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Factores De Discriminación De Las Personas Mayores Al Interior De La Familia


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  2.209 Palabras (9 Páginas)  •  641 Visitas

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PRESENTACION

La discriminación hacia las personas mayores es un problema actual en la sociedad colombiana, debido a diferentes factores de orden cultural, psicológico, socio-económico, entre otros. Empezaré este ensayo dando el concepto de discriminación; que según el diccionario de la real lengua española, discriminación (desde las ciencias sociales) significa: “situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta”. Así entendemos que la discriminación a la persona mayor tiene que ver con actitudes y comportamientos negativos hacia los miembros de un grupo diferente, al cual se le imponen prejuicios y estereotipos determinados, que se manifiestan en la negación de la igualdad de trato, de acceso a servicios o derechos que disminuyen la integridad de las personas pertenecientes a estos grupos.

Teniendo en cuenta que el envejecimiento es un proceso histórico, dinámico, gradual, natural e inevitable, en el que se dan cambios a nivel biológico, psicológico y social, que está rodeado de muchas concepciones falsas, de temores, de creencias y mitos, es importante considerar que en las sociedades primitivas, el anciano ocupaba, un lugar primordial donde la longevidad se vinculaba a la sabiduría y a la experiencia. La prolongación de la vida era más vista como una bendición que como una carga, y el patriarcado era el modelo a seguir para los valores y principios de la familia y la sociedad. Esto ha cambiado su invisibilidad, el irrespeto por su dignidad, excluido de la familia y de la sociedad y aislado en la toma de decisiones.

Las personas mayores no son reconocidas, ni valoradas social, económica, cultural y políticamente y en razón a ello, son discriminadas por edad y segregadas de múltiples y distintas formas, lo que repercute directamente en la calidad de vida y en los procesos de integración y participación de las personas mayores, vulnerando sus derechos y afectando el ejercicio de su ciudadanía; por ejemplo, cuando se niega a una persona mayor el derecho a la salud, al trabajo, a una vivienda, a una institución, etc.

En el ciclo de envejecimiento muchas personas se automarginan como una forma de protegerse y se van retirando paulatinamente de la vida social, fenómeno que responde a cambios bruscos en los medios de comunicación y en las lógicas de la sociedad de consumo que apunta y estimula a los sujetos que están en la cadena de producción y consumo, dejando de lado a las personas que no les representan ganancias. Para una sociedad consumista y en constante cambio el pilar es la producción, el trabajo es el eje alrededor del cual se organizan los modos de vida de las personas, ante esto, pareciera que, no se ha creado socialmente un rol que sustituya al de los trabajadores, los que dejan de trabajar pasan a ser seres improductivos socialmente, y ese retiro lleva a una pérdida de la identidad social.

Esto a su vez se refleja en actitudes de desprecio y/o agresión desde los núcleos familiares como por ejemplo la indiferencia de los hijos hacia los padres, quitándoles la posibilidad de decidir, de opinar, de manejar recursos económicos; hasta muchas veces ser desplazado a un rincón del hogar; reduciéndose su área social y provocando aislamiento, soledad, cambios afectivos, emocionales, y estados de ánimo depresivos o de percepción de minusvalía, lo que acentúa el malestar, los síntomas de enfermedad y en el peor de los casos el no querer seguir viviendo.

Otro de los factores que afectan a estas personas es la negligencia de los familiares directamente responsables, que se expresa en la falta de compromiso y cumplimiento de responsabilidades frente a las necesidades y problemas de la persona mayor, y en algunos casos es un solo miembro de la familia quien asume estos compromisos, sin obtener colaboración de otras personas, creando igualmente deterioro de las condiciones de vida tanto de la persona mayor como de sus cuidadores. Es para mí consideración que esta etapa de la vida que debería ser de disfrute, descanso y gozar a plenitud hasta el término de su existencia se convierte en una cadena de negaciones, desprecios y vulneración de la integridad tanto física como sicológica y moral de estas personas.

El adulto que envejece se enfrenta con una desvalorización social, producto de un modelo cultural acerca de la vejez que la define como una etapa de decadencia física y mental. Este prejuicio provoca que la vejez sea considerada como algo ajeno a nosotros, impidiendo prepararnos para enfrentar nuestro propio envejecimiento. Es así como la jubilación puede implicar una ruptura de relaciones que se han ido entretejiendo a lo largo de la vida laboral para pasar a disponer de un tiempo libre para el cual no hemos sido preparados. En nuestra sociedad, donde se valora a los seres humanos por su vinculación con la capacidad de producir o de acumular riqueza material, el prototipo vigente resulta ser el de la juventud, sana, fuerte y productiva. En sentido inverso, se hace ver la ancianidad como algo negativo, asociándola a la enfermedad, la incapacidad y la improductividad.

Que le permita cubrir sus necesidades esenciales como tampoco acceder a los servicios sociales que requieren y que les garantice sus derechos fundamentales, resaltando sobre todo la seguridad económica, la salud, la seguridad alimentaria y la vivienda. Los que pueden desarrollar algún oficio y / ocupaciones son oficios varios, trabajo informal, a destajo, vendedores ambulantes y sus ingresos van desde cincuenta mil pesos y no llegan a un salario mínimo. Y otros no trabajan por la edad no los ocupan laboralmente. Y la mayoría de nuestras personas mayores son dependientes económicamente.

Finalmente los profesionales que tenemos la oportunidad de poder ayudar e intervenir, debemos diseñar soluciones de intervención para la familia, la sociedad, e instituciones en poder superar la presencia de estos mitos y creencias al momento de interactuar con las personas mayores, ya que su actitud se ve enormemente influida por ellos, comprometiéndose entonces a prepararse para equilibrar sus posibles efectos negativos. Es necesario entonces, incorporar una concepción de vejez y envejecimiento productivo, óptimo y activo que nos permita considerar a la vejez como una etapa de nuevas realizaciones mejorando la calidad de vida del adulto mayor y su inserción en nuestra sociedad y ejerciendo sus derechos de manera efectiva.

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