Habilidades Psicosociales
Fencho8813 de Julio de 2015
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HABILIDADES PSICOSOCIALES
A menudo, vemos adolescentes que parecen torpes a la hora de comunicarse o de enfrentar situaciones conflictivas. Probablemente, esta problemática se deba a que el sujeto no ha tenido modelos de aprendizaje que fomenten conductas correctas o que se ha encontrado imposibilitado en cuanto a la realización de las mismas. Por lo tanto, nuestro papel, como profesionales y como agentes de cambio, debe dirigirse hacia la promoción de aspectos que le permitan al adolescente resolver situaciones de tensión, actuar con asertividad y potenciar aspectos que fomenten un actuar espontaneo, responsable y libre. Así, nuestro foco de atención debe contemplar aquellas habilidades que el adolescente necesita adquirir, desarrollar y/o potenciar.
Antes de continuar, se hace necesario conocer qué son las habilidades psicosociales. Por un lado, Caballo (1993) las define de la siguiente manera:
La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas (p. 6).
Esta conceptualización hace referencia a las habilidades que nos permiten comunicar lo que pensamos, sentimos y hacemos en relación a nosotros mismos y al entorno social. Asimismo, implica el desarrollo de esferas individuales como autoestima, autocontrol de las emociones, autoeficacia y comunicación.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1993), refiere que las habilidades sociales son capacidades para adoptar un comportamiento adaptativo y positivo que permita a los individuos abordar con eficacia las exigencias y desafíos de la vida cotidiana. Son habilidades personales, interpersonales, cognitivas y físicas que permiten a las personas controlar y dirigir sus vidas, desarrollando la capacidad para vivir con su entorno y lograr que éste cambie.
Estas dos definiciones, no hacen más que reforzar la importancia de que la adquisición de las habilidades psicosociales son cruciales para el desempeño del individuo en la vida cotidiana. No sólo interfieren en el desenvolvimiento habitual del adolescente, sino que implican el desarrollo emocional, creativo e interpersonal del mismo. Gracias a estas habilidades, el sujeto puede resolver conflictos, establecer relaciones, comunicar sus sentimientos, planificar metas, ejecutar planes, pensar críticamente, etc.
Sin embargo, cuáles son las habilidades sociales que debe conseguir el adolescente durante su estadio de crecimiento. A partir de extensas investigaciones, la OMS ha determinado que el adolescente debe conseguir las siguientes capacidades:
Capacidad para tomar decisiones.
Capacidad para resolver conflictos.
Capacidad para pensar de forma creativa.
Capacidad para pensar de forma crítica.
Capacidad para comunicarse con eficacia.
Capacidad para establecer y mantener relaciones interpersonales.
Capacidad de autoconocimiento.
Capacidad para experimentar empatía.
Capacidad para controlar las emociones.
Capacidad para manejar y resolver la tensión y el estrés.
Si el adolescente adquiere estas habilidades, mejorará su forma de relacionarse con los demás y tendrá una visión positiva de sí mismo y del mundo. Además, se desarrollarán otros aspectos de la personalidad como la autoestima y auto-concepto positivos, habilidades de autoeficacia, expectativas, creencias y valores positivos y autocontrol. Por lo tanto, si establece estás características será más asertivo y podrá resolver conflictos adecuadamente, o pedir ayuda si lo necesita. También confiará en otras personas, y tendrá una mejor comunicación con sus padres y pares.
ASERTIVIDAD
La asertividad es un comportamiento verbal (lo que se dice) y no verbal (cómo se dice), que defiende nuestros derechos personales al mismo tiempo que se respetan los derechos de los demás. Así, una persona se comporta asertivamente cuando conoce cuáles son sus derechos e intereses personales, los defiende mediante una serie de habilidades de conducta y estas habilidades le permiten ser objetivo y respetuoso consigo mismo y con los demás. Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir, o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia. Por todos estos motivos, la asertividad se vuelve necesaria y conveniente a causa de los beneficios que genera en nuestra vida.
Para entender mejor el concepto de asertividad, es necesario primero entender las diferencias entre los tipos de comunicación. Entre ellos, encontramos:
Comunicación pasiva: este tipo no nos permite expresar los sentimientos y pensamientos, o se expresan de manera ineficaz, negativa e inadecuada (excusas, sin confianza, con temor...). Sólo tiene en cuenta los derechos de los demás. El comportamiento pasivo expresa en ocasiones balbuceos, ehhhh, estoooo, no sé, puede ser..., o bien, expresando frases ¡como! si tú lo dices!, ¡como tú quieras!, ¡Yo hago lo que tú me digas!.
Comunicación agresiva: este tipo nos permite expresar sentimientos, ideas y pensamientos, pero sin respetar a los demás, emitiendo normalmente conductas agresivas directas (insultos, agresión física) o indirectas (comentarios o bromas sarcásticas, ridiculizaciones). Sólo tiene en cuenta sus propios derechos. El comportamiento agresivo expresa frases como: ¡A usted qué le importa!, ¡Eso es mentira!, ¡Paso de contestar!, ¡Fuera!, ¡Otra pregunta!.
Comunicación asertiva: este tipo nos permite expresar directamente sentimientos, ideas, opiniones, derechos, etc., sin amenazar, castigar o manipular a otros. Respeta los derechos propios y los de los demás. El comportamiento asertivo expresa frases como “Entiendo lo que dices, pero...”, “Puede ser que tengas razón, pero...”, “Es interesante, pero no estoy de acuerdo”.
Al leer estos tipos de comportamiento, es posible que identifiquemos nuestras formas de comunicarnos y la de las personas con la cuales nos relacionamos. Al hacerlo, podemos ser conscientes y capaces de comprender nuestras formas de acercarnos al entorno, de reaccionar frente a los conflictos y de resolver las adversidades. Entonces resulta importante, detectar nuestro comportamiento e intentar modificar aquellos aspectos que sean contraproducentes para desempeñarnos en la vida.
Sin embargo, ¿Cómo podemos disolver formas erróneas de comunicar y volvernos más asertivos? Quizás esta pregunta, resulte un poco atemorizante e imposible de resolver. Sin embargo, la solución es todo lo contrario. Se ha demostrado, que para fomentar la utilización de la asertividad sólo se necesita practicar la “Fórmula de la Asertividad”, la cual tiene 3 componentes:
1. “Cuando tú haces o dices…”
2. “Yo me siento…”
3. “Entonces tú…”
Esta fórmula, plantea una formar acertada de comunicar aquello que nos enoja o molesta sin caer en métodos erróneos de comunicación, como la pasividad y la agresión. Asimismo, nos permite expresar nuestras emociones y lo que deseamos. Se recomienda utilizar esta técnica, ya que es de gran practicidad y fácil de aprender. Con respecto a esto, es importante resaltar que una de las particularidades de la asertividad es que no proviene de herencia genética ni del temperamento, u otras formas de adquisición. Frente a esto, podemos determinar que su cualidad más alentadora es su capacidad de cambio y moldeamiento ya que esta habilidad, como muchas otras, se aprende.
Derechos asertivos:
1. Comunicación La comunicación es el intercambio de información entre dos o más personas. Esta puede ser verbal o no-verbal. La comunicación en la familia tiene una función más importante que la pura información, es un puente de doble vía que conecta los sentimientos entre padres e hijos. La comunicación familiar es básica para ayudar a los niños a desarrollar una autoestima fuerte, una personalidad saludable y unas buenas relaciones sociales. Para sentar las bases sobre lo anterior es necesario ver a la comunicación: como un pilar importante en la relación madre-hijo. Teniendo en cuenta esto es útil saber que la relación madre-hijo, desde que el niño nace, comienza a forjarse a través de delicadas y continuas interacciones entre estímulos del ambiente, factores biológicos, y las repuestas del niño y del ambiente. La madre es un factor muy importante, porque sus acciones surgen del centro de su ambiente y de las respuestas de su hijo. Si en las etapas más primitivas del niño se han establecido relaciones fuertes, seguras y continuas con su madre seguramente se llegará a un apego psicológico interpersonal y a una estructuración psicológica, que asegurará una personalidad sana en la vida adulta, sin perturbaciones. 2. ¿Por qué es importante la comunicación? Importancia de la comunicación con los padres para el niño: • Sentirse cuidado y amado. • Sentir que él es importante para usted. • Sentirse seguro y no aislado en sus problemas. • Aprender a decirle a sus padres lo que siente y necesita directamente en palabras. • Aprender a manejar sus sentimientos con cuidado para no actuar sin meditar o sobreactuar. Importancia de la
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