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IMPORTANCIA DEL JUEGO EN EL DESARROLLO PSICOMOTOR DEL NIÑO


Enviado por   •  1 de Mayo de 2015  •  3.097 Palabras (13 Páginas)  •  507 Visitas

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EL JUEGO COMO METODOLOGIA PEDAGOGICA PARA DESARROLLAR LA PSICOMOTRICIDAD EN LOS NIÑOS

¿Qué es el juego?

El juego es utilizado por los niños como medio para recrearse, ejercitarse, el juego es siempre didáctico abarcando de manera globalizada a todos los aspectos del desarrollo motor, el niño va adquiriendo un aumento en sus capacidades locomotrices, desarrollando lateralidad, equilibrio, expresión corporal, etc. El niño(a) van adquiriendo un dominio de su cuerpo.

El juego constituye la ocupación principal del niño, así como un papel muy importante, pues a través de éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son psicomotriz, cognitiva y afectivo-social.

Cabe destacar que el niño necesita desarrollar su cuerpo como fundamento de su crecimiento y como dominio de su propia situación en este mundo.

El juego es una actividad creativa que le permite al niño construir un puente hacia la realidad que tiene sus raíces en los primeros momentos de la vida. El vínculo primario mamá-bebé constituye el primer escenario en el que se van a desplegar fantasías, deseos, necesidades, expectativas, movilizadas por las emociones despertadas en ese encuentro intersubjetivo que irán regulando la interacción entre los actores involucrados y se irán plasmando con los elementos ofrecidos por el medio exterior. Cuando un niño hace volar un objeto cualquiera está creando un momento único e irrepetible, que revela la intimidad de su mundo interior. Ese jugar, espontáneo y no estructurado, no sigue pautas preestablecidas, más que la propia motivación interna del niño que actúa como motor, no atiende a las exigencias de su entorno, no hay una fórmula única de cómo "hacerlo bien".

Aparece como la ocupación preferida e intensa del niño, quien se crea un mundo propio durante el juego, insertando las cosas de su mundo en un nuevo lugar que le agrada. Se trata de una actividad seria, en la que el niño invierte su tiempo y emplea grandes montos de afecto. “No puede jugar quien quiere o cuando quiere. Se requieren disposiciones y, a veces, un aprendizaje o un reaprendizaje”. (Wallon, 1985)

Diferentes autores de la Psicología del Desarrollo han estudiado el juego, por concebirlo como una actividad de un valor incalculable para el niño; tan valioso es que su ausencia pone de manifiesto indicadores que señalan la posibilidad de perturbaciones en el desarrollo del niño. El juego, pensado como un recurso con el que el niño crea una escena donde se autoexpresa, en donde encuentra la posibilidad de enriquecer su capacidad de expresión y de establecer vínculos, ampliando su campo de experiencias con una actitud activa, participativa y creadora, cumple un papel preponderante en el desarrollo de los procesos psicológicos superiores, el pensamiento y el lenguaje.

El juego es una actividad que pone de manifiesto la capacidad del sistema nervioso, en especial del cerebro, que es el órgano más complejo que tiene el ser humano, para la autoorganización, una propiedad fundamental que lo caracteriza. El sistema nervioso es un complejo sistema encargado de procesar información sensoriomotriz. Las informaciones sensoriales son reguladas por la actividad del sistema nervioso. Desde su propia estructura, su legalidad interna, la experiencia será organizada y significada de acuerdo al valor afectivo despertado. La expresión legalidad interna hace referencia a que toda la actividad del sistema nervioso depende de la cantidad de neuronas y del modo en que éstas han estrechado sus numerosas conexiones, siguiendo leyes de funcionamiento interno, por supuesto, cobrando significado en el contexto de acción. Es decir, esas numerosas conexiones interneuronales no son indiferentes a las características del contexto en que se han llevado a cabo, “hablan” de una historia, conservan la historia que fue ampliando el significado personal. El juego, entonces, es una actividad que forja capacidades del sujeto en desarrollo.

El juego es una actividad que se presta como escenario para el desarrollo de estas funciones. En él el niño experimenta placer de ser causa de lo que sucede. Esto es lo que suele llamarse placer funcional. Encuentra la oportunidad de ir expandiendo su significado, su equilibrio, de sincronizar los procesos corporales y sociales. La exploración, el hacer y sentir el dominio progresivo en esa acción alimentan estas emociones placenteras.

Que aporta el juego a la psicomotricidad?

El juego no es una cualidad, humana se encuentra en la mayoría de integrantes del reino animal. Se puede decir que el juego se presenta como una estructura básicamente educativa. El juego es placer, es conducta permite la socialización del individuo y confirma la identidad social, permite la construcción del esquema imagen y concepto corporal, creando lo que se conoce como conciencia corporal. La psicomotricidad es una técnica que por intervención corporal, trata de potenciar, instaurar y-o reeducar la globalidad de la persona, aspectos motores, cognitivos y afectivos. A través de la psicomotricidad se pretende que el niño, al tiempo que se divierte, también desarrolle y perfeccione todas sus habilidades motrices básicas y especificas y además que el niño potencie la socialización con personas de su misma edad y fomente la creatividad, la concentración, la relajación etc.

Importancia del cuando y como aprendemos, en el desarrollo psicomotor

A lo largo de los primeros años de vida a través de la experimentación con nuestro cuerpo y con nuestro entorno. La primera vez que el bebé consigue realizar un movimiento es por casualidad. A partir de aquí se da cuenta de la posibilidad y lo vuelve a intentar, y lo repite infinidad de veces hasta que lo domina. Es decir, hasta que tiene grabado en su cerebro la forma de hacerlo y por lo tanto pasa a ser algo automático. Así aprendemos absolutamente todo a lo largo de nuestra vida, a través de la práctica, incluso de adultos.

Cuando estimulamos y ayudamos al niño en su desarrollo psicomotor lo que hacemos no es esperar a que intervenga el azar, sino que le ayudamos nosotros a descubrir sus posibilidades. Pongamos un ejemplo: un bebé tiene un juguete al lado que no le llama la atención, es un sonajero. Puede ser que lo vea pero no le atraiga, no le interese. Por casualidad le da un golpe y suena. Ahora si que le interesa y lo intenta hacer sonar otra vez, a veces lo consigue y a veces no, lo hace sonar hasta que aprende como tiene que moverlo para obtener el sonido. La próxima vez que le enseñemos el objeto lo hará sonar a la primera porque ya ha aprendido.

Ha

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