ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Juego Y Su Importancia En El Desarrollo Del Niño


Enviado por   •  5 de Mayo de 2013  •  2.508 Palabras (11 Páginas)  •  632 Visitas

Página 1 de 11

El hombre es la larga sombra que el niño proyectará en el tiempo

Jorge Luis Borges

Los niños y el conflicto armado

Se ha afirmado con razón, que desafortunadamente en la guerra los grandes perdedores siempre son los niños. Prueba fehaciente de ello, entre muchas, es el desgraciado incidente en el que perdieron la vida seis niños antioqueños del municipio de Pueblorrico.

El doctor Jorge Eduardo Loaiza Correa, presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría, durante su participación en las audiencias públicas con las FARC en el Caguán, reveló cifras dramáticas suministradas por el DANE sobre el desolador panorama de la infancia en nuestro país, en el que los menores de edad constituyen el 41% de la población:

El 17,5% vive en la miseria absoluta

El 14,9% trabaja en condiciones de riesgo

Treinta mil son niños de la calle

Trescientos mil son desplazados

Seis mil están involucrados en la guerra en uno cualquiera de los bandos en conflicto

Somos plenamente conscientes de que el niño es ante todo un presente con futuro y que el más alto porcentaje del desarrollo físico y cerebral humano ocurre durante los primeros años de la vida. De lo anterior se infiere que la única oportunidad de desarrollo debe protegerse hasta donde sea humanamente posible contra las agresiones, errores y deficiente gestión del mundo adulto.

Es urgente e impostergable que la sociedad entera se pronuncie a una sola voz contra los atropellos infligidos a los niños y a la sociedad civil en la demencial confrontación que padecemos. Recordemos con Urie Brofenbrenner, que: "El valor de una sociedad debe juzgarse por el interés de una generación en la siguiente".

El juego y su importancia en el desarrollo del niño

Fernando Peñaranda C.

Médico salubrista

Magíster en desarrollo educativo y social Docente del CINDE

Profesor de la Universidad de Antioquia

El juego en los niños como “algo serio” ha sido reconocido desde hace más de 400 años cuando Montaigne así lo calificó. El juego infantil no es equivalente al del adulto dado que los primeros años constituyen la época más importante para la formación y constitución del ser. El adulto pasa a otras realidades mientras que el niño avanza hacia nuevas etapas de dominio. Es éste un período de rápidas transformaciones y exigencias del ambiente, siendo el juego un medio clave para hacer la transición hacia la vida adulta.

El juego caracteriza al niño, es su actividad natural y tiene su apogeo en el período que va de los dos a los siete años, cuanto tienen primacía los juegos simbólicos. Por medio del juego el niño desarrolla su capacidad intelectual y puede hacerle frente a situaciones penosas que de otra forma le serían imposibles de afrontar. Pero, fundamentalmente, constituye una fuente de placer y de disfrutar la vida.

Bruner describe el juego como una actividad que no tiene una razón fuera de sí y se hacer para “uno mismo”. Se desvinculan los medios de los fines, esto es, no hay mucha preocupación por los resultados. Wallson va más allá al advertir que las características y la atracción del juego se pierden cuando se subordinan a un fin específico.

Para Piaget el juego se caracteriza por el autotelismo ―fin en sí mismo―, la espontaneidad, el placer, la carencia relativa de organización, la liberación de conflictos y la sobremotivación. Es una forma de utilizar la mente en la cual se combinan pensamientos, fantasías y lenguaje.

Otra condición valiosa del juego para el desarrollo del niño es que provee un ambiente seguro de exploración, dado que hay una alta tolerancia al error y no hay consecuencias frustradas ante la derrota. La posibilidad de repetición hasta lograr la satisfacción provee las bases de la persistencia. Como lo plantea Bruner, se crean escenarios en los que lo imposible se hace realizable.

El desarrollo del pensamiento y del lenguaje

Para presentar la relación existente entre el juego y el desarrollo del pensamiento se hará referencia a las tres etapas propuestas por Piaget: el juego de práctica o de ejercicio, los juegos simbólicos y los juegos de reglas.

El juego de práctica o de ejercicio se lleva a cabo durante los dos primeros años de vida. Consiste en actividades repetitivas correspondientes al período sensoriomotor dirigidas al dominio de habilidades motrices. Una vez que el niño

logra controlar una conducta determinada la repite por el placer que le produce su capacidad de “funcionar”, desplazándose así, la meta de la acción hacia la acción misma.

El niños se dedica a los juegos simbólicos alrededor de los dos años, logrando su punto de actividad más alto en estos juegos a los cuatro, para ir perdiendo preponderancia paulatinamente hasta los siete años, cuando ya dejan de cumplir su función adaptativa. Al finalizar el segundo año de vida empiezan a surgir los juegos de simulación, en los cuales un objeto se transforma en un símbolo. El niño utiliza símbolos en lugar de objeto real y al hacerlo trasciende la actividad externa del período sensoriomotor para operar con el pensamiento internalizado.

Vigotsky hace un valioso aporte al advertir que la inteligencia no es independiente del lenguaje. En el juego el niño sustituye el predominio del objeto y la acción por el significado. Así, cuando el niño juega al caballito utiliza el palo a manera de pivote para separar el concepto caballo del objeto real. Logra entonces, manejar las palabras como propiedades de una cosa y, de esta manera, el niño mediante el juego va construyendo la definición funcional de los conceptos, con lo cual va desarrollando el pensamiento abstracto y la capacidad de llevar a cabo elecciones conscientes.

Bruner, por su parte, reconocen el aprendizaje del lenguaje una parte innata y otra adquirida por medio del ensayo y la experiencia; esta última se da más productivamente en un ambiente lúdico. Por esto sugiere no insistir en las correcciones inicialmente, dejando que el niño juegue con las palabras de manera flexible y creativa.

Reyes-Navia reitera la necesidad de entender el juego como un medio para lograr la transición entre el mundo concreto ―experimentando directamente― y el mundo del pensamiento. Así, el pensamiento del niño se va flexibilizando, siendo para esto

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (15.3 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com