La Interdisiplina Y Disciplina
sole97530 de Octubre de 2014
2.769 Palabras (12 Páginas)359 Visitas
De interdisciplinas e indisciplinas
Por Alicia Stolkiner
Los que intentamos trabajar y /o investigar en campos de problematización del saber como son Salud y Educación hemos visto aparecer en nuestro discurso y en los referentes conceptuales el término interdisciplina y, últimamente, el deslizamiento hacia la transdisciplina. Para algunos, la inclusión de estos términos se transforma en un requisito formal que una vez cubierto con la constitución de un “equipo” de especialistas diversos permite permanecer en la comodidad (o no) de la propia teoría. Para otros, aquellos que aman el orden de la pureza doctrinaria, los términos mencionados son sinónimo de eclecticismo, de Torre de Babel bien intencionada pero insostenible.
Pocos aceptan que se trata de formas parciales de prefiguración que va de la Ciencia poseedora de un objeto y un método, a los Campos conceptuales articulados en prácticas sociales alrededor de situaciones problemáticas.
En nuestra opinión, la interdisciplinariedad y las distintas vertientes que apuntan lo transdisciplinario son emergentes de un momento en el cual los paradigmas positivistas de las ciencias se fisuran, pero las alternativas aparecen en forma marginal, fragmentaria, utópica (como toda prefiguración).
Cuestionar nuestro modelo de Ciencia es cuestionar nuestro modelo de vida. Es cuestionar la posibilidad de la existencia de un Saber Racional (con mayúsculas) pre construido a la acción, neutro, desprovisto d ideología y de mitos, reverenciable, desapasionado. La ciencia se equivoca, por lo menos, tantas veces como el saber común, dice Feyerabend. Con esta sencilla frase dispara al corazón de uno de los mitos en los cuales se ha sostenido nuestra cultura: el mito del Progreso fundado en la Ciencia Positiva. Aquel que nos prometió el bienestar a cambio de aceptar mansamente que el saber es una cuestión de especialistas, de técnicos. Creemos necesario señalar que el positivismo nos legó explícitamente una propuesta de Sociedad en la cual se le asigna a la Ciencia el lugar de Razón de Poder. A una Ciencia Positiva, que conjuntamente con su nacimiento construyó sus objetivos y delimitó sus fronteras. En ese proceso se velaron los determinantes de sus orígenes. Valga el ejemplo de la antropología, nacida ante las necesidades de dominación imperial, frente a pueblos a los que rápidamente hubo de llamarse primitivos.
Solemos titular el “fetichismo de las disciplinas” al carácter “natural” con que se nos aparecen. Esto se manifiesta en su forma más clara en las ciencias llamadas “naturales”, que parecen ostentar una inobjetable referencia real en el recorte de su objeto. Sin embargo, a poco de adentrarse en ellas, se las descubre en el mismo nivel de incertidumbre que las ciencias llamadas humanas o sociales. Valga al respecto el enigma que para la Biología sigue siendo aquello de lo cual se ocupa: la vida las tormentosas polémicas de la física actual acerca, justamente, de la materia. Toda ciencia es, obviamente una construcción social y humana. No se debe confundir la capacidad de producir efectos esperables con la confirmación de la Verdad.
Hay disciplinas, sin embargo, que bosquejan otras posibilidades. El sujeto y el objeto del conocimiento se construyen en la acción, sostiene el constructivismo, se llega a lo concreto por el camino de lo abstracto, invierte el materialismo dialéctico; y el psicoanálisis termina afirmando que pienso allí donde no soy. Bachelard titula la Filosofía el No aquello que se define por lo que no es. Nos place, a veces, hablar de pensamientos o prácticas no- positivistas, sin que esto signifique plantearse homogeneidades inexistentes.
Hay que ser capaz de cuestionar la existencia misma de las disciplinas tal cual aparecen. Cuestionar no significa negar, se trata de no dar por natural e inmutable una categorización de las Ciencias que surgió ante una demanda social determinada y, quizá, es inútil para otra.
La interdisciplina nace, para ser exactos, de la incontrolable indisciplina de los problemas que se nos presentan actualmente. De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar a prácticas sociales inervadas de contradicciones e imbricadas con cuerpos conceptuales diversos. Tal es el caso de Salud o Educación, abordadas además en este caleidoscópico territorio cultural de América Latina.
Por último sostenemos la necesidad de ser indisciplinado frente a las disciplina. Toda relación con una teoría es pasional, podemos someternos a ella, refugiarnos en ella, o hacerla trabajar, desafiarla.
Creemos que hoy sólo se puede desarrollar la ciencia (con minúscula) con una actitud irrelevante ante la Ciencia (con mayúscula).
La irrelevancia no es el rechazo o la negación, es simplemente el no reverenciar.
Entonces, la integración interdisciplinaria parte de situaciones problemáticas de la realidad y trabaja procurando la integración entre teoría y práctica. Se reconoce que las ciencias no son “naturales” sino una construcción social e histórica. Y que la interdisciplina nace de la incertidumbre y la incontrolable “indisciplina” de los problemas, que son complejos y, muchas veces, difusos.
* Para comprender las sustanciales diferencias entre multidisciplina y “aproximación interdisciplinaria”, les sugerimos leer el artículo de Nora Emilce Elichiry, Importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdisciplinarias.
Importancia de la articulación interdisciplinaria para el desarrollo de metodologías transdisciplinarias
Por Nora Emilce Elichiry
Es común observar en nuestro medio un predominio de prácticas multidisciplinarias acompañadas de una conceptualización ambigua que utiliza como conceptos intercambiables las nociones de multidisciplina e interdisciplina.
El objetivo de este trabajo es el de procurar precisar estas conceptualizaciones y develar los supuestos epistemológicos subyacentes a estos enfoques. Pensamos que esta puede ser una forma de orientarnos hacia nuevas prácticas.
Resulta alarmante ver la aprehensión superficial de ciertos conceptos y su rápida inclusión en un discurso aparentemente “nuevo”, sin que se articule con una práctica concomitante, coherente, de verdadera transformación ejemplo de esto son los “usos” y “abusos” del término participación o el de transdiciplina).
Podemos decir que el enfoque multidisciplinario es aquel caracterizado por una simple yuxtaposición de áreas del conocimiento, en el cual cada disciplina se dedica a su especialidad sin que haya una relación ni se evidencien modificaciones o transformaciones en las disciplinas involucradas.
La característica de esta perspectiva es su visión atomística de la realidad y un total aislamiento respecto de toda demanda social.
¿De dónde derivan estas prácticas multidisciplinarias? Vemos en nuestro país, y en general en América Latina, que la formación educativa en todos los niveles de la enseñanza es básicamente disciplinaria. En el nivel universitario esta orientación se condensa aún más, ya que la enseñanza se mantiene apegada a la tradicional concepción positivista de áreas del conocimiento, basada en divisiones supuestamente pedagógicas.
Los diseños curriculares y los planes de estudio muestran un parcelamiento del saber en disciplinas aisladas como comportamientos estancos. Esta concepción disciplinaria de la educación universitaria nos lleva a una excesiva especialización que fragmenta el conocimiento en áreas y obstaculiza la comprensión de la pluralidad y complejidad de las dimensiones de la realidad.
Es característico en este tipo de formación el escindir la formación profesional de la inserción laboral. La enseñanza no prepara para el trabajo, ni orienta sus lineamientos curriculares en función de las necesidades del país.
Se tiende a la súper-especialización, y dentro de cada disciplina se forman áreas más especializadas aún, que constituyen “escuelas”. La formación de “escuelas” conlleva al aislamiento y al dogmatismo. A los congresos, jornadas y eventos científicos sólo acceden “los convencidos” de ciertos postulados o los “dueños” de determinados paradigmas. Esta carencia de comunicación entre los miembros de la comunidad académica obstaculiza las relaciones entre las disciplinas, y esto suele ser agudizado por la propia estructura institucional.
Relacionado con lo anterior, se evidencia una desarticulación entre la teoría y la práctica. Observamos que, en la mayoría de las carreras, los contenidos teóricos se organizan al comienzo de la formación, dejando las prácticas para el final. Por otra parte, los contenidos teóricos básicos se dictan “dentro” del aula, universitaria casi exclusivamente, alejados del ámbito en el cual se generan las situaciones-problema. Quedan entonces los trabajos prácticos para el final y recién ahí se incluyen las experiencias en terreno.
Esto hace que los mismos contenidos deben ser vistos dos veces, primero como conceptualización teórica y luego como concatenación práctica, como si fueran teoría y práctica aspectos complementarios de un mismo proceso de aprendizaje.
En algunas disciplinas ejemplo de esto son las áreas Psicología, Psicopedagogía y Psicoanálisis; las tareas de supervisión de las prácticas profesionales quedan excluidas de la programación curricular y se “adquieren” en contextos extra-universitarios que forman una verdadera red paralela de educación.
Estos
...