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Maltrato Infantil


Enviado por   •  25 de Julio de 2013  •  2.154 Palabras (9 Páginas)  •  270 Visitas

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6.- EL COMPORTAMIENTO HACIA EL NIÑO O NIÑA

La mayor parte de los comportamientos infantiles son aprendidos y se repiten según el efecto que producen en el medio que rodea al niño o la niña. La conducta es el resultado de la interrelación del individuo y su ambiente.

El aprendizaje de la conducta se realiza principalmente por:

• Experiencias anteriores. El niño o la niña reacciona en respuesta a estímulos que guardan semejanza con otros estímulos aprendidos con anterioridad y que le reportaron beneficio o perjuicio.

• Por refuerzo operante. Los comportamientos han recibido refuerzos que pueden ser positivos como un premio, o negativos como un castigo, inmediatamente después de haberse realizado.

• Por aprendizaje social, por observación o por imitación.

Cada grupo social elabora unas normas y pautas de conducta. Hablamos de problemas de comportamiento cuando, por defecto o exceso, éste no se adapta a las pautas de conducta preestablecidas. Luego los criterios de normalidad sonrelativos, y la anormalidad implica una desviación en frecuencia, intensidad y modo de realización del promedio.

El niño o la niña no hereda comportamientos desadaptados, son consecuencia de procesos de aprendizaje. El ambiente familiar, el escolar o social los ha fortalecido.

Si los comportamientos son adquiridos, pueden ser modificados, además de poder prevenir los que aún no existen.

Para poder cambiar un comportamiento desadaptado, debe modificarse también el de las personas que rodean al niño, ya que le han ofrecido reforzadores como la atención concentrada ante dicho comportamiento.

Al hablar de problemas de comportamiento hay que distinguir entre aquellos que el niño o la niña desarrolla de forma inadecuada y frecuentemente (por lo tanto nos centraremos en que disminuyan y desaparezcan) y los comportamientos que el niño o la niña debería de realizar en función de su edad y no lo hace, o bien lo hace de forma incorrecta (en este caso debemos crearlos o perfeccionarlos).

El niño o la niña realiza el aprendizaje por medio de ensayos y errores o aciertos. Repite un comportamiento porque tras realizarlo ha obtenido una ventaja, una gratificación o un beneficio.

Conviene averiguar que reforzadores está obteniendo cada niño o niña ante sus comportamientos desadaptados con el fin de suprimirlos.

El castigo se utiliza para que el niño o la niña experimente unas consecuencias desagradables por su conducta. Puede ser de cuatro tipos:

• Agresión física (azotes, bofetadas, etc.)

• Agresión verbal (críticas, insultos, juicios de valor, etc.)

• Prohibición de algo agradable (no ver televisión, no salir al parque, etc.)

• Retirada de un privilegio (acostarse más pronto, eliminar la propina, etc.)

Otro tipo de castigo muy frecuente en la sociedad actual es, el chantaje emocional o castigo psicológico, que se utiliza cuando, tras el comportamiento, los adultos mantienen interminables silencios, malas caras, exageradas entonaciones de voz y estimulan los sentimientos de culpa durante un tiempo interminable.

En ningún caso el sistema de castigos debe aplicarse. Está demostrado que el efecto del castigo es temporal y en el momento en que se modifican las circunstancias en que se aplicó, la conducta vuelve a repetirse.

Puede ocurrir que lo que el adulto considera desagradable para el niño o la niña en realidad no lo sea para él y en vez de considerarlo un castigo se convierta en un reforzador, aumentando el comportamiento desadaptado en intensidad y frecuencia.

El castigo suele ir acompañado de otros efectos emocionales como la ansiedad, el miedo, etc. Cuando el niño o la niña lo recibe escucha además juicios sobre su valor personal: "eres un desordenado", "eres malo", "eres desobediente", etc. Lo cuál lesiona gravemente su autoestima, las habilidades que el niño o la niña esté realizando en ese momento pueden quedar perturbadas por la ansiedad que siente y las consecuencias erróneas se pueden prolongar en el tiempo e interferir la adquisición de nuevos aprendizajes.

Si el niño o la niña comete un error en su actividad y se le castiga, aumentará su ansiedad y es posible que cometa nuevos errores.

Cuando el niño o la niña experimenta miedo o ansiedad, intenta librarse de este estado emocional evitando enfrentarse con la situación que lo provoca.

Por ello y otras muchas argumentaciones que serían largas de explicar, no se considera el castigo como un método eficaz de eliminar comportamientos desadaptados. Además la violencia física o verbal que acompaña al castigo puede convertirse en modelo a imitar por el niño o la niña, desarrollando nuevos comportamientos desadaptados como la agresividad.

Para suplir o evitar el castigo, se sugiere aplicar el método de las consecuencias lógicas El niño o la niña debe saber que todo comportamiento tiene unas consecuencias lógicas que no son el castigo impuesto por los adultos.

• El padre y la madre deben establecer normas claras de conducta y enseñárselas a los hijos e hijas.

• El tono de voz amistosa es más eficaz. Si el niño o la niña percibe el enojo del adulto, está consiguiendo un posible beneficio: conseguir toda la atención como fruto de su comportamiento. También puede ocurrir que el enojo o la irritación provoque deseo de represalias por parte del niño o la niña.

• No decir por adelantado cuál será la consecuencia, esto se convertiría en una amenaza y anularía el efecto de la consecuencia porque el niño o la niña sabe con antelación lo que ocurrirá. Además el niño o la niña puede decidir enfrentar la consecuencia como "una lucha de poder" y ver si el adulto sigue hasta el final.

• Cuando el niño o la niña experimente la consecuencia de su comportamiento no hay que decirle "te lo advertí", si machacamos sobre el resultado anulamos el valor correctivo y fomentamos la "lucha de poder" del niño o la niña para ganar la batalla final. Cuanto menos se hable durante todo el proceso, mucho mejor.

• La consecuencia debe estar relacionada con el mal comportamiento. El niño o la niña tiene que ver la relación entre lo que hace y el resultado, en otro caso no sería eficaz. Ejemplos: Si Juan rompe un juguete con intención, se le retira sin ofrecerle otro a cambio. Si Daniel no se lava las manos, no puede sentarse

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