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Más Alla De La Mente

malena7902236 de Marzo de 2012

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Parte I

Hacia Dónde Vamos: Más Allá de la Mente Superconsciente

Los Niveles de la Mente

De acuerdo con las ideas más antiguas del yoga y las más modernas teorías de la física, la existencia no es

una simple realidad sino una continuidad de varios estratos compenetra dos del ser, fluctuando desde lo burdo

y denso (lo físico), a través de varias capas de la mente, hasta el final llamado espíritu. A medida que se

asciende en esa continuidad, las capas se hacen cada vez más finas y sutiles (William Tiller, en La Revolución

Cerebral, por Marilyn Ferguson). Los yoguis han dividido los niveles de la mente, entre el cuerpo y el espíritu,

en 5 capas o Kos’ as. En cada estrato sucesivo hay un mayor goce y expansión del conocimiento; los estratos

más altos contienen grandes reservas de energía y sabiduría y ejercen una influencia sutil sobre los más

bajos.

Más allá de los cinco estratos de cada mente individual está el reino del Espíritu o Concien cia Infinita, el

verdadero Ser Interior. En este estado de perfecta paz, más allá de toda vi-bración o manifestación, todos los

conflictos y contradicciones de la mente inferior se di-suelven... aquí todo es Uno. Cuando se obtiene este

estado, aunque sea por un momento, la existencia en su totalidad se llena de un gozo inexpresable. Esta es la

meta del Yoga y la meta de la vida: elevar la mente a través de estratos más y más altos hasta realizar el

Infinito, el Bienaventurado Ser Interior.

Pero la mayoría de los seres humanos no realiza los niveles más profundos de su ser íntimo; experimentan

solamente los dos estratos inferiores de la mente, el consciente y el subconsciente, porque la superficie

inestable de estas capas les impide ir más allá. Ocasional-mente, no obstante, algunos individuos penetran a

través de estos turbulentos bajos niveles y tocan por un momento el más sutil, la Omnisciente Mente

Superconsciente. Por un instante tienen sorprendentes experiencias de telepatía, o ven el futuro, o sienten una

ráfaga de éxtasis a medida que las ataduras de sus egos se disuelven y se sumergen en la Unidad Infinita.

Pero pronto, las inestables capas superficiales reasumen la dominación y la perspectiva del Más Allá

desaparece.

Muy pocos individuos en la historia han hecho verdaderos esfuerzos para alcanzar y permanecer en este

estado superconsciente. Muy pocos han llevado a cabo su gloria y poder, y menos aún han realizado su

verdadero Ser. La mayoría simplemente se ha debatido en la superficie de sus mentes, agitándose entre el

dolor y el deseo, utilizando sólo una fracción de su verdadero potencial, viviendo más de la mitad de su

existencia en la ignorancia y la confusión. Por eso los sabios enseñaron: “No sabéis nada de vosotros mismos

en es-te estado. Sois como la cera en el panal, ¿qué sabe del fuego? Cuando llega a ser la cera de una vela y

se emite la luz, entonces conoce. Similarmente, sabréis que cuando estábais vivos, estábais muertos, sólo

entonces viviréis”.

EL NIVEL MÁS EXTERNO

El Cuerpo Físico* (*Annamaya Kos’a, en Sánskrito).

Nuestra odisea interna empieza con el cuerpo físico. De hecho el cuerpo es un vehículo de nuestro viaje.

La compleja sinfonía de nuestro cuerpo está dirigida por un sistema de glándulas conocidas como glándulas

endocrinas que segregan hormonas en el flujo sanguíneo. Las hormonas tienen un profundo efecto sobre

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todas las funciones del cuerpo (crecimiento, metabolismo, digestión, nivel energético, temperatura,

sexualidad) y también sobre la mente. La hiper o hiposecreción de varias glándulas puede causar trastornos

mentales y emociona-les, tales como ansiedad, odio, enojo o miedo, que destruyen la salud y la paz mental.

La glándula más misteriosa en el cuerpo humano es la glándula pineal, localizada directa-mente en el centro

del cerebro. Los antiguos filósofos reconocieron la tremenda importancia de esta diminuta glándula en forma

de hongo; la llamaban el asiento del alma y el controlador del pensamiento.

Hace mucho, en el pasado evolutivo, algunas criaturas subdesarrolladas como los reptiles, tenían un tercer

ojo en el centro de la cabeza que era muy sensible a la luz y regulaba los ritmos cíclicos naturales de sus

cuerpos. Gradualmente, después de millones de años de evolución, este “ojo” descendió dentro del cerebro y

la glándula pineal en los seres huma-nos es el vestigio de este primordial tercer ojo.

La glándula pineal es la parte física del tercer ojo de la intuición descrito por los Yoguis, el cual, cuando está

apropiadamente desarrollado o abierto por la práctica del Yoga, puede ver el pasado, el presente y el futuro en

un bienaventurado estado de alta conciencia. Recientemente se ha apoyado científicamente esta antigua idea,

en la medida en que los científicos han aprendido que la glándula pineal segrega ciertas hormonas que

afectan a las glándulas inferiores y a muchos de los órganos del cuerpo y éstas están asociadas con el estado

de autoconciencia. Cuando la producción de la hormona serotonina se interrumpe, la persona experimenta un

creciente estado de relajación del ser, hasta que penetra en un elevado estado de conciencia trascendental.

Así, por siglos, los Yoguis comprendieron la necesidad de un apropiado equilibrio en la secreción hormonal

del cuerpo para el control y la trascendencia de la mente, y desarrolla- ron una serie de ejercicios destinados

específicamente a regular las glándulas endocrinas, como veremos más adelante.

El cuerpo físico es llamado Annamaya Kos’a que significa hecho de comida. Este vehículo material es la

máquina de la menta y ésta lo usa para operar en el mundo físico. Por eso el conocimiento fundamental del

desarrollo espiritual es la realización de que “Yo no soy este cuerpo”.

Unos días unos soldados golpearon tan brutalmente al filósofo griego Epícteto, un esclavo del Emperador,

que le rompieron una pierna. Cuando le preguntaron cómo se convirtió en inválido, Epícteto respondió: “Yo no

soy inválido, mi pierna lo es”. Estaba totalmente desapegado de su cuerpo, sabía que su verdadero ser estaba

más allá.

Si el cuerpo físico es una máquina, ¿quién es el controlador? El manipulador de este cuer-po es la primera

de las cinco etapas de la mente, la mente consciente.

EL PRIMER NIVEL DE LA MENTE

La Mente Consciente (Ka’mamaya Kos’a, en Sánskrito. Ka’ma literalmente significa deseo).

El Nivel del Deseo.

Una vez se le pidió a un sabio que mostrara los milagros de la mente. Señalo a un vendedor de miel en el

mercado quien hundía los dedos en un tarro de miel y luego los pasaba sobre la pared de su negocio.

Rápidamente docenas de moscas volaron hacia la miel y entonces apareció una lagartija y comenzó a

comérselas una por una. Justo en ese momento, un gato saltó sobre la pared, cazó a la lagartija y se la comió.

En ese instante un perro vio al gato, le persiguió por todo el negocio y en una furiosa pelea le mató. Ahora

bien, este era el gato favorito del vendedor quien enojado, dijo a su sirviente que matara al perro.

Desafortunadamente este era el perro de su cliente, el cual cuando vio al sirviente del tendero intentando

matar al perro se enfureció y atacó al vendedor violentamente.

El sabio preguntó: “¿Ahora estáis satisfechos? Este es el milagro de la mente, crea de-seos de todo tipo

¡podéis ver a donde os llevan!; y esto pasa a cada momento en todas las partes del mundo”.

Esta es en verdad la característica de la mente consciente, el deseo. Tiene tres funciones: 1) percibir, 2) tener

deseo o aversión, 3) actuar. Percibe los estímulos del mundo externo a través de los cinco órganos sensoriales

(ojo, oídos, nariz, lengua y piel); desea o rechaza estos estímulos y actúa para materializar ese deseo o

aversión con los cinco órganos moto res (manos, pies, cuerdas vocales, órganos genitales y órganos

excretores).

Por ejemplo, un niño ve (con su órgano visual) a un vendedor de helados en un día caluroso, y oye (con su

órgano auditivo) la seductora campanilla del vendedor. Un fuerte anhelo surge en la mente del niño (deseo)

por degustar aquel helado. Corre hacia su padre (con sus órganos motores, pies), gime hacia él (con sus

cuerdas vocales) para que le de algunas monedas. Vuelve corriendo hacia el vendedor, le entrega el dinero

(con sus manos), coge el helado y se lo come.

Otro ejemplo: estás sentado bajo un árbol cerca de un lago. De repente sietes (con tu órgano sensorial, piel)

que un objeto peludo salta en la parte trasera de tu cuello. Tu mente siente una onda de miedo y repulsión (aversión) y recuerdas que esa zona es conocida por sus arañas venenosas. Das un salto, utilizando tus

órganos motores (pies) y gritas incoherencias utilizando tus cuerdas vocales.

Considerad sólo por un momento vuestras acciones durante la hora pasada, durante el día de ayer, durante

toda vuestra vida. ¿Cuántas de esas acciones fueron realizadas exactamente de esta forma: percepción de un

estímulo externo, deseo o aversión en respuesta a esos estímulos y acciones para

...

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