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Nacimiento Psicologico Del Infante Humano


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2013  •  4.162 Palabras (17 Páginas)  •  600 Visitas

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Etapas del desarrollo normal según Margaret Mahler: El desarrollo normal es en forma esquemática, Mahler estudió el desarrollo de la estructura del self entre los 0 y 3 años. Su aportación al conocimiento del desarrollo infantil ha supuesto un importante avance, y la Psicología Integral recoge su aportación, constituyendo lo que dicha perspectiva considera el nivel prepersonal.

Fase Autista Pre-simbiótica

0-1 mes

Refleja y talamica

No existe discriminación entre interior y exterior

Simbiótica

2-4 meses

Madre y niño sistema omnipotente

Dos individuos separados con una frontera común

Separación Individuación cada una inicio - crisis -resolución

Diferenciación

4-11 meses salida cascaron

Ejercicio o práctica

11-17 meses narcicismo grandioso exhibicionista

Sale y retorna

Reaproximación

18-24 meses nacimiento psicológico del niño humano

Consolidación

24-36 meses diferencia el yo de otros objetos, reconoce los aspectos buenos y lo malos

Angustia separación.

Denominamos al nacimiento psicológico del individuo al proceso de separación-individuación. Este consiste en el establecimiento de un sentimiento de separación respecto de un mundo de realidad, y de una relación con él, particularmente con respecto a las experiencias del propio cuerpo, y al principal representante del mundo tal como el infante lo experimenta, el objeto primario de amor.

Este proceso, como cualquier otro proceso intrapsíquico, se manifiesta a todo lo largo del ciclo vital. Nunca termina; sigue siempre en actividad; en nuevas fases del ciclo vital observamos cómo actúan aún nuevos derivados de los procesos más primitivos.

Fase autista normal

Durante las dos primeras semanas de vida, el recién nacido duerme la mayor parte del tiempo y parece ajeno a todos los estímulos. Está en un estado crepuscular, como encerrado en sí mismo, alejado de toda la realidad externa.

Mahler, igual que Freud en Los dos principios del suceder psíquico (1911), utiliza la metáfora del huevo como modelo de un sistema psíquico cerrado.

El aparato psíquico primitivo está constituido por un yo-ello indiferenciado, catectizado con una mezcla también indiferenciada de libido y agresión. No existe diferencia yo-no yo, la catexia libidinal refuerza la barrera protectora frente a los estímulos y protege a este yo rudimentario de la tensión traumática. Los canales de comunicación con el mundo externo todavía no funcionan porque los órganos sensoriales están decatectizados.

Ésta es la fase autista, el yo-ello indiferenciado aparece como un sistema monádico cerrado, auto suficiente en la satisfacción alucinatoria de sus deseos (Mahler, 1968).

En las primeras semanas de vida, el bebé está en un estado de desorientación alucinatoria primitiva, por lo que atribuye la satisfacción de sus necesidades a su propia omnipotencia. La función de esta etapa es conseguir el equilibrio homeostático del organismo mediante mecanismos predominantemente fisiológicos. El poder mantener una tensión óptima, junto con la gratificación de los cuidados maternos, permite al recién nacido diferenciar una experiencia placentera que registra como buena de una dolorosa que para él es mala.

Al neonato sólo le preocupa la satisfacción de sus necesidades y la reducción de la tensión. Se rige por la satisfacción alucinatoria de deseos, todavía no puede buscar fuentes de satisfacción en el mundo externo. Ésta es la etapa del narcisismo primario absoluto, no hay objeto externo. Aunque el recién nacido tiene una mínima percepción de los estímulos externos, existen períodos pasajeros de inactividad alerta que conducen a la próxima fase.

Sin embargo, desde el punto de vista evolutivo, cada fase se presenta como un periodo en que se hace una contribución cualitativamente diferente al desarrollo psicológico del individuo. La fase autística normal sirve para la consolidación postnatal del desarrollo fisiológico extrauterino. Promueve la homeostasis postfetal. La fase simbiótica normal marca la importantísima capacidad filogenética del ser humano para investir a la madre dentro de una vaga unidad dual, que constituye la tierra primordial a partir de la cual se forman todas las relaciones humanas siguientes. La fase de separación- individuación se caracteriza por un continuo aumento de la conciencia de separación del sí-mísmo y del otro, que coincide con los orígenes del sentimiento de sí-mísmo, de la verdadera relación de objeto, y de la conciencia de una realidad existente en el mundo exterior.

El autismo normal y la simbiosis normal son los dos primeros estadios de no diferenciación: el primero es no objetal, el último es preobjtal. Los dos estadios ocurren antes de la diferenciación de la matriz indiferenciada, es decir, antes de que se haya producido la separación e individuación y la emergencia del 'yo rudimentario como estructura funcional.

La fase simbiótica normal

La simbiosis se refiere a un estadio de interdependencia sociobiológica entre el infante de 1 a 5 meses y su madre, un estado de relación preobjetal o de satisfacción de necesidades, en el cual aún no se han diferenciado las representaciones intrapsíquicas del sí-mísmo y de la madre. Desde el segundo mes el infante se comporta y funciona como si él y su madre fueran una unidad dual omnipotente dentro de un límite único y común (la membrana simbiótica).

La simbiosis normal se anuncia por el levantamiento de la fuerte barrera innata contra los estímulos que protegió al infante pequeño de los estímulos internos y externos hasta la tercera o cuarta semana de vida. Puesto que en el infante humano está atrofiado el instinto de autoconservación, el yo tiene que asumir el papel de manejar la adaptación del ser humano a la realidad.

Sin embargo, el yo rudimentario del infante pequeño no es adecuado

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