PSICOANÁLISIS Y TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD. REFLEXIÓN ANTROPOLÓGICA

PSICOANÁLISIS Y TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD. REFLEXIÓN ANTROPOLÓGICA

El psicoanálisis nació por primera vez de la mano de Sigmund Freud, (popularizó la idea de consciencia e inconsciencia) comprendiendo una serie de estudios psicológicos a través de la comunicación y la hipnosis para conocer e intentar reparar daños físicos o mentales ocasionados por información de acontecimientos presentes en la inconsciencia de un individuo. Este análisis es iniciado con una asociación libre, que se trata de ‘‘verbalizar todo lo que le llegue a la mente’’ del individuo en estudio. Podrá parecer insignificante un conjunto de palabras que puedan o no tener sentido, pero a la larga conducirán al problema original, para que luego el individuo ‘‘reflexione en lo que ha dicho’’; en esta etapa es posible que exista resistencia por la parte consciente de la mente, que impida o dificulte reconocer qué expresiones y frases llevarán al origen del problema. Sin embargo, cabe mencionar que cada suceso tiene una repercusión en la mente, ‘‘nada es insignificante o anárquico; más bien, existe un motivo para todo’’.

Es necesario el psicoanálisis para entender el desarrollo de la personalidad, que según Freud, se centra alrededor del impulso sexual. El impulso proporciona una base genética de la cual surgirán después las estructuras de la personalidad. Comprende etapas que comienzan incluso antes de que el individuo aprenda un idioma o se percate de su existencia; estas son etapa oral, anal, fálica, el período de latencia y etapa genital. Luego de definir cada una de estas etapas, Freud acota que ‘‘El carácter se forma al responder a la sexualidad propia’’. A pesar de todas estas afirmaciones, Freud no toma el reconocimiento merecido de la influencia de los factores sociales y culturales. Tal vez ese es uno de los motivos por el cual presentó dificultades para definir los análogos femeninos de las conductas sexuales masculinas, si bien existen diferencias entre ambos sexos biológicamente, va más allá de solo psicoanalizar y generalizar sus estudios. Esto parece refutable ya que la sociedad es formada por un conjunto de conductas que ya venían con los seres humanos, siendo esto así, todas las sociedad se parecerían y no existirían diferencias en cuanto a la educación de sus individuos. Además, los conceptos desarrollados por Freud están arraigados a una cultura que cultiva y enfatiza lo individual, como los valores culturales de Europa occidental y Estados Unidos. Así, este concepto puede no ser tan fundamental para el desarrollo de la personalidad en sociedades colectivistas como Latinoamérica, África y Asia. Bien afirma Luis Bravo Valdivieso (1993) ‘‘La interpretación de los fenómenos culturales es una proyección del significado inconsciente que tienen para las personas y para la sociedad’’.

La realidad psicológica freudiana empieza con el mundo lleno de objetos. Entre ellos, está el cuerpo; es especial en tanto actúa para sobrevivir y reproducirse y está guiado a estos fines por sus necesidades. Estas necesidades corporales son altamente sensibles, en el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de cualquier animal, tanto así llamadas ‘’instintivas’’, o más bien, el Ello: traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales que Freud llamó deseos. Esta traslación de necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario. El Ello tiene el trabajo particular de preservar el principio de placer, el cual puede entenderse como una demanda de atender de forma inmediata las necesidades, de esto, que el Ello no es más que una representación psíquica de lo biológico.

El Ello forma parte de la inconsciencia del individuo, el consciente, por otro lado se encarga de satisfacer voluntariamente las necesidades producidas por el Ello, llamado El Yo, que está agarrado a la realidad a través de los sentidos. El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de realidad, el cual estipula que se "satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible". Representa la realidad y hasta cierto punto, la razón.

No obstante, aunque el Yo funciona para mantener saciado al Ello, se encuentra con obstáculos en el mundo externo. En ocasiones se encuentra con objetos que ayudan a conseguir las metas. Pero el Yo capta todas estas ayudas y obstáculos, especialmente aquellas gratificaciones y castigos que obtiene de los dos objetos más importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este registro de cosas a evitar y estrategias para conseguir es lo que se convertirá en Superyó. Hay dos aspectos del Superyó: uno es la consciencia, constituida por la internalización de los castigos y advertencias. El otro es llamado el Ideal

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