Piaget.

Piaget define la adaptación de la inteligencia como un equilibrio entre asimilación y acomodación, cuyo valor es el mismo del equilibrio de la interacción sujeto-objeto. La adaptación al medio se produce tan sólo cuando los dos procesos se hallan en equilibrio, y entonces la inteligencia encuentra su equilibrio con el medio. Mientras se va desarrollando la inteligencia, los procesos cognitivos van abarcando mayor distancia temporal y espacial, mayor penetración en las cosas, profundizando en su superficie, y mayor entendimiento de la complejidad causa y efecto. El progreso de ese desarrollo viene señalado por formas de representación mental más abstractas. Cada paso adelante en el desarrollo de la inteligencia exige la aplicación de lo comprendido con anterioridad a lo que está todavía por comprender, siguiéndose un acto de ajustamiento en el que lo conocido es modificado por lo no conocido. La asimilación es la aplicación de la experiencia pasada a la presente. La acomodación es el ajustamiento de esa experiencia para tomar consideración de la presente. Toda situación de aprendizaje implica una asimilación. Ello supone que para incorporar una nueva experiencia el niño ha de transformarla de manera que se adapte a él. Desde el punto de vista de la asimilación puede observarse que si una experiencia ha de tener algún significado para el niño, es decir, si el niño puede dar sentido a la experiencia, entonces tiene también que ser capaz de acoplar esa experiencia a su modelo mental. Una experiencia tiene significación tan sólo en la medida en que puede ser asimilada. En un principio tenesmos un mundo del cual es centro el niño. Se trata de un medio conformado por las propiedades superficiales de los objetos y las acciones manifiestas de los demás. Cuando una situación de aprendizaje no permite su pronta asimilación, el resultado bien puede ser un núcleo de información mal ordenada que no tiene aplicación, y que, por tanto, no sirve como punto de desarrollo. El niño contempla las situaciones de aprendizaje desde el punto de vista de su experiencia pasada, siendo competencia del profesor acomodar la pasada experiencia a la situación presente. En este sentido, una situación de aprendizaje contiene regularmente algo desconocido, nuevo o problemático para el niño, quien sentirá la necesidad de comprenderlo. La adquisición de tal entendimiento produce una adaptación. Desde el punto de vista de la adaptación y el desarrollo debe intentarse ayudar al niño a descubrir que los símbolos numéricos pueden utilizarse en sustitución de los objetos y que las acciones de combinación, disociación e igualación pueden expresarse en términos de operaciones numéricas. Por tanto, las situaciones de aprendizaje sirven de ayuda a la adaptación en la medida en que una experiencia antigua se acomoda a otra nueva. El desarrollo de la inteligencia es un proceso dirigido, un proceso de estabilidad de equilibrio en incremento y de expansión del campo intelectual. Acciones mentales e interacción física. Son acciones, puesto que antes de llevarse a cabo con símbolos, se han realizado sobre objetos. Así pues, las acciones mentales se crean mediante la manipulación de objetos, y se sostienen y desarrollan mediante una continuación de tal contacto. La más importante consecuencia de todo ello parece ser que, aunque el niño pueda desarrollar sistemas de operaciones de carácter autónomo a lo largo del curso de su desarrollo, las operaciones mentales necesitan un sostenimiento por parte del medio. Todo ello sugiere que el aprendizaje en cualquier edad necesita el contacto con la realidad concreta. El sujeto tiene que ser activo, tiene que transformar las cosas y tiene que encontrar en los objetos la estructura de sus propias acciones. Las situaciones de aprendizaje podrían estructurarse de acuerdo con las propiedades de un grupo. Son más o menos de la misma serie las acciones corporales, las acciones con objetos, con palabras, con números y con afirmaciones (matemáticas o lingüísticas), y las situaciones de aprendizaje bien podrían recoger y realzar estas propiedades. Ello supondría una acentuación de los siguientes tipos de actividad: 1. Encontrar similitudes y diferencias en las acciones corporales, acciones con objetos, grupos de objetos, palabras, números y afirmaciones (matemáticas o lingüísticas), formando así series. 2. Disponer cada tipo de serie en orden para conseguir el mismo resultado. 3. Invertir dichas acciones con cada tipo de serie para volver al punto de partida. Descubrir si es siempre posible. 4. Contraponer, equilibrar, compensar e igualar dos series distintas. Acciones mentales e interacción social. Señala Piaget a propósito de la actividad mental y social: “sin intercambio de pensamiento y cooperación con los demás, el individuo nunca agruparía sus operaciones en un todo coherente. Para que el desarrollo se produzca, tiene que haber una acción individual sobre un grupo humano y una respuesta del grupo a la acción individual. En grupos de niños inmersos en una actividad común es necesario expresar puntos de vista, intercambiar ideas, y discutir los cómos y maneras. Lo cual lleva a la necesidad de verificar o justificar las ideas individuales destruir las contradicciones y afinar las actitudes. Lleva también a la exigencia de palabras con significados convenidos y relaciones convenidas con otras palabras. Acciones mentales y lenguaje. Las palabras son símbolos que ocupan el lugar del mundo tangible y visible. Pueden también representar conceptos sin contrapartes físicas en el medio y englobar varios conceptos para producir otros conceptos más amplios. Lenguaje y pensamiento están íntimamente entrelazados. Piaget indica que el grado de asimilación de lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las acciones mentales que desempeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones concretas u operaciones normales. Para Piaget, el lenguaje es un factor que contribuye al desarrollo de las acciones mentales, pero un factor suficiente por sí sólo. Para tal desarrollo son esenciales otros factores, tales como la madurez nerviosa y la interacción con el medio físico. La mayor eficacia del lenguaje se produce cuando va unido a una acción con el medio físico. El progreso en los estadios del desarrollo piagetiano viene señalado por un aumento en el uso del lenguaje en la actividad mental. Los tres períodos del desarrollo ofrecen grosso modo la medida con que evaluar las clases de palabras y relaciones de palabras que serían asimiladas con mayor rapidez. Dentro de un período, las formas apropiadas de lenguaje se podrían extiende hasta lograr su mayor alcance.

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