Psicologia Marco Teorico Autoestima
karenrlbie13 de Noviembre de 2012
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AUTOESTIMA
Coopersmith, (1995, citado por Beltrán, Llera, Bueno y Álvarez, 2000) define como autoestima “La evaluación que hace el individuo de sí mismo y que tiende a mantenerse; expresa una actitud de aprobación o rechazo y hasta qué punto el sujeto se considera capaz, significativo, exitoso y valioso. La autoestima es el juicio personal de la valía que es expresada en las actitudes que tiene un individuo para sí mismo”.
Branden (2000) la define como “la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias. En otras palabras, la autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida, por un lado; y la confianza de nuestro derecho a triunfar y a ser felices. El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor, mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros”.
La autoestima está formada por la percepción y el ideal de uno mismo. La percepción de uno mismo equivale al autoconcepto (la visión objetiva de las habilidades, características y cualidades) y el ideal de uno mismo es la imagen de la persona que le gustaría ser, el deseo de poseer determinados atributos.
Es el resultado de la discrepancia entre la percepción de uno mismo (la visión objetiva) y el ideal de uno mismo (aquello que la persona valora, lo que le gustaría ser). Una gran discrepancia supone una baja autoestima, mientras que una escasa discrepancia es indicativa de una alta autoestima.
La relación que llega a surgir entre padres e hijos es una factor muy importante para definir el autoestima, tal y como lo dice Vargas y Polaino-Lorente, (1996, citados por Polaino, 2004): Las relaciones tempranas de afecto entre padres e hijos eso que se conoce por el termino apego, contribuyen de algún modo a configurar la autoestima”
La autoestima es un elemento básico en la formación personal de los niños, de esto dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y en la satisfacción que tenga a lo largo de su vida.
Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro, y valioso. Entiende que es importante aprender, y no se siente disminuido cuando necesita de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada, al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posibilidades ni en las de los demás, se sentirá inferior frente a otras personas y, por lo tanto, se comportará de una forma más tímida y con escasa creatividad (Katherin Kipp, Psicologia del desarrollo. Infancia y adolescencia.)
Cuando los niños crecen, pueden tener un papel más importante en el desarrollo de su autoestima. Los logros, como conseguir buenas notas en un examen o formar parte del equipo de fútbol estelar, son cosas de las que un niño puede sentirse orgulloso, así como tener un buen sentido del humor o ser un buen amigo.
La familia de un niño y otras personas de su entorno (como entrenadores, compañeros de equipo y compañeros de clase) también pueden elevar su autoestima. Pueden ayudar a un niño a aprender a hacer las cosas o a darse cuenta de sus cualidades. Pueden creer en el niño y animarlo a volver a intentar algo que no le salió bien la primera vez. Todo es parte de ese aprendizaje que les hará verse a sí mismos de forma positiva, sentirse orgullosos de lo que han hecho y seguros de que pueden hacer mucho más.
Un niño está construyendo al crecer el concepto de sí mismo:
* Va formándose una idea de quién es, si gusta o no, si es aceptado o no.
* Irá creándose unas expectativas acerca de sus posibilidades.
* Se encontrará bien consigo mismo o, por el contrario, a disgusto con lo que hace.
Se creará una predisposición a disfrutar con los retos de la vida; o a padecer, a lamentarse, a ver lo negativo.
* Puede el niño disfrutar, contemplar la vida desde una perspectiva positiva, de trabajo, con curiosidad, con facilidad para la empatía, desde un punto de vista creativo, intentando superar los problemas o, por el contrario, angustiarse, ser incapaz de ver lo positivo, no enfrentarse a los problemas, no expresar emociones.
* Estas son las dos posiciones emocionales básicas que descansan en los dos extremos de una autoestima positiva y negativa respectivamente.
(Nathaniel Brand, Los seis pilares de la autoestima) La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos. Las personas con alta autoestima se caracterizan por lo siguiente:
* Superan sus problemas o dificultades personales.
* Afianzan su personalidad.
* Favorecen su creatividad.
* Son más independientes.
* Tienen más facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales
Cuando tienes una autoestima alta, te sientes bien contigo mismo; sientes que estás al mando de tu vida y eres flexible e ingenioso; disfrutas con los desafíos que la vida te presenta; siempre estás preparado para abordar la vida de frente; te sientes poderoso y creativo y sabes como " hacer que sucedan cosas " en tu vida. Por el contrario, las personas con una baja autoestima:
* Falta de credibilidad en sí mismo, inseguridad
* Desciende el rendimiento
* No se alcanzan las metas propuestas.
* Falta de habilidades sociales adecuadas para resolver situaciones conflictivas
* Sentimiento de culpabilidad
* Incremento de los temores y del rechazo social.
Alcántara (1988) señala también implicancias significativas de la autoestima como núcleo de la personalidad. En este sentido la autoestima:
a) Condiciona el aprendizaje, pues la baja autoestima genera impotencia y frustración en los estudios. Las bajas calificaciones pueden reforzar sentimientos de incapacidad propia frente a su rendimiento. Por el contrario, cuando se promueven actividades que favorecen una alta autoestima, el rendimiento escolar mejora notoriamente y se abordan los nuevos aprendizajes con confianza y entusiasmo.
b) Ayuda a superar las dificultades personales, así los fracasos y conflictos no serán experiencias paralizantes, pues primarán sobre estos la estima personal y la seguridad en las propias capacidades
c) Fundamenta la responsabilidad, pues quienes se valoran positivamente se comprometen con mayor facilidad y desarrollan un sentido amplio de responsabilidad en las actividades que realizan.
d) Apoya la creatividad, pues la fluidez, originalidad de ideas e incentivos se consiguen con una adecuada autovaloración.
e) Determina la autonomía personal, ya que la consolidación de una autoimagen positiva, permite la formación de personas autónomas, independientes y seguras.
f) Permite relaciones sociales saludables, abiertas y asertivas.
g) Garantiza la proyección futura de la persona, pues en la medida que nos valoramos crecen las expectativas por nuestro desempeño sea escolar, laboral, social, etc. Aspirando a metas superiores.
Los primeros intercambios de afecto entre el recién nacido y su madre y las formas tempranas de cuidados físicos ya aumentan o disminuyen la autoestima infantil. Se puede considerar un precursor de la autoestima el tener sentimientos corporales agradables, como el sentirse acariciado, mirado, etc. Es por esta razón por la cual uno puede suponer que los orígenes de la autoestima están íntimamente ligados a través de la vida humana con nuestras evaluaciones de lo atractivo de nuestro cuerpo y nuestra cara. La imagen del niño que nace estará asociada a sentimientos de aceptación que le darán al niño la posibilidad de sentirse querido y le proveerán de seguridad.
Por este motivo, diversas enfermedades, entre ellas las malformaciones, amenazan desde temprana edad la autoestima de los niños.
En la segunda mitad del segundo año, cuando el niño comienza a ser capaz de generar metas, es decir, de tener inquietudes y deseos de hacer algo por él mismo, demostrar que es capaz de obtener logros, su autoestima derivará de dos fuentes, por un lado, de la aprobación de los otros y, por otro, de la satisfacción de realizar una actividad agradable por sí mismo y de manera independiente.
Durante los años escolares, los niveles de autoestima se ven afectados aún más por la adquisición de habilidades y de competencia, especialmente en el desempeño escolar, en las relaciones de amistad y en los deportes. Durante estos años, la autoestima se ve profundamente afectada por los éxitos y los fracasos en estas tres áreas de la vida del niño. La lectura es una habilidad importancia a obtener en el inicio de los años escolares.
La capacidad de leer adecuadamente está íntimamente ligada con la autoestima. La lectura no sólo es el punto de apoyo para el resto de su aprendizaje. Un niño que lee mal, es a sus propios ojos una persona inadecuada, y los niños se sienten malos o “tontos” y muy frecuentemente también son vistos de la misma manera a los ojos de sus padres, sus maestros y sus amigos.
Podríamos decir que los dos retos para la autoestima en los años escolares son:
1. El rendimiento académico
2. El ser exitoso en las relaciones con los grupos de amigos de la misma edad, ya sea individual o grupalmente, así
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