Psicología Del Desarrollo - Katz

Las funciones de representación, Katz.

Las vivencias tienden a la representación. Las vivencias y los deseos con carga afectiva son expresados preferentemente por signos individuales, llamados símbolos individuales, mientras que los conocimientos intelectuales son comunicados más bien por signos colectivos. Los símbolos tienen siempre algunas semejanzas conscientes o inconscientes con las vivencias que representan. Los signos colectivos, en cambio (palabras, números) están ligados con los objetos y acciones a los que representan por vinculaciones arbitrarias convencionales.

El niño representa a su modo lo vivido personalmente por conjuntos de símbolos, por la imitación y por el dibujo. En el trato con otros aprende a utilizar los conceptos de palabras y números. La manera cómo el niño construye los símbolos y aplica los signos colectivos es importante, tanto para el grado de su desarrollo psíquico como para toda su vida afectiva.

El dibujo infantil: es la expresión gráfica de las funciones de representación. El dibujo espontáneo se halla relacionado con el juego simbólico, mientras que en el esfuerzo de dibujar según un modelo desempeña un papel esencial la técnica de la imitación. Describiremos primero el desarrollo de los dibujos infantiles espontáneos. Podemos distinguir tres fases de desarrollo.

1) El estadio del garabato (realismo fortuito). El niño empieza ya a garabatear hacia el final de la fase sensomotora. En sus primeros garabatos no persigue todavía ninguna intención representativa. Luego, si el niño descubre cierta semejanza entre sus garabatos y un objeto o imagen, da a aquello posteriormente un nombre. Con ello se llevaría a cabo la transición hacia la representación gráfico-simbólica. Luquet ha llamado a esta coincidencia causal del dibujo con la realidad “concordancia involuntaria con la realidad”.

2) El dibujo simbólico. Durante la segunda fase del desarrollo el niño representa la realidad simbólicamente. Podemos distinguir, según Luquet, dos formas consecutivas de representación.

A) Primer estadio: la “imagen defectuosa” (realismo frustrado). El niño no dibuja el objeto mismo sino la representación que de él se ha hecho. Su representación gráfica no corresponde a la percepción.

B) Segundo estadio: la “imagen intelectual” (realismo intelectual). El niño no dibuja el objeto como lo ve sino que diseña todo lo que sabe de él. Los diferentes puntos de la perspectiva se confunden unos con otros. El dibujo es aquí una representación libremente interpretativa de la realidad.

3) La “imagen visual” (realismo visual). De los 8 a 9 años el niño siente una necesidad cada vez más intensa de reproducir la realidad como la ve en la práctica. Entonces descubre, con ayuda de la observación de imágenes, las reglas de la perspectiva. Sin embargo, incluso durante la tercera fase del desarrollo muchos niños representan sus vivencias afectivas de preferencia por dibujos simbólicos. Éstos desempeñan en el niño un papel semejante a los juegos simbólicos.

EL JUEGO: la necesidad del juego se manifiesta en la primera infancia de tres modos: como juego de ejercicio, como juego simbólico y como juego reglado. Estas tres formar del juego infantil pueden coexistir simultáneamente; sin embargo, durante la fase sensomotora aparecen exclusivamente los juegos como ejercicio. Más tarde, sólo raramente se conservan estos en su forma pura. Los juegos simbólicos alcanzan el mayor desarrollo

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