Psicología del desarrollo

 PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO

Año lectivo 2023

La necesidad de entrar y participar en el mundo adulto, cuyos representantes son principalmente sus padres, es para Arminda Aberastury el signo definitorio de este tiempo. El adolescente, que se siente impulsado por fuerzas no identificadas que actúan en su interior, ve los cambios físicos como una metamorfosis que lo asusta. Su mundo interno le sirve de refugio temporal mientras huye gradualmente del mundo exterior como resultado de la movilización provocada por estos cambios. La interacción y separación entre el mundo interno y el mundo externo determinará la gravedad y características de la crisis. El adolescente se enfrenta a la elaboración de la pérdida del mundo de la infancia, en el que ocasionalmente busca consuelo en la nostalgia, al igual que el miedo a lo nuevo, que enfrenta o evita. El autor afirma que cuando un adolescente se enfrenta a una situación como esta, pasa por tres tipos diferentes de duelo: duelo por el cuerpo del niño, duelo por la identidad del niño y duelo por sus padres de infancia.

El duelo por el cuerpo infantil. A la transformaciòn brusca corporal en la pubertad la acompañan vivencias de pérdida del cuerpo infantil, se produce un desfase entre el nuevo cuerpo y el esquema que tiene del mismo.

El duelo por la identidad infantil, los conflictos de ser un ser adulto y del amor, del deseo y del miedo, de marchas y contramarchas ante sus descubrimientos.

El duelo por los padres de la infancia. El adolescente intenta pasar de la relación con los padres protectores de la infancia a la búsqueda de un vínculo, que le permita una mayor autonomía, aunque por momentos experimente nostalgia de la dependencia infantil.

Tres conflictos por los que todo adolescente debe pasar como parte del proceso típico adolescente son cruciales para la formación de la identidad adulta.

– lamentando la muerte del niño.

– duelo por la propia identidad de niño.

- lamentando a los padres todopoderosos de la juventud.

La adolescencia como un período de transición entre la pubertad y la edad adulta, con diversas manifestaciones sociales. En esta etapa, la persona intenta establecer su identidad adulta a partir de las primeras experiencias parentales-objetales internalizadas y confirmando la realidad externa con la ayuda de los elementos biofísicos en desarrollo a su disposición. Estos elementos tienden a la estabilidad de la personalidad a nivel genital, lo que sólo es posible si se realiza el duelo por la identidad del niño.

La idea del "síndrome normal de la adolescencia" puede utilizarse para resumir la normalidad de las conductas disruptivas típicas de los adolescentes. Diez manifestaciones componen este síndrome.

1. Encontrarse a sí mismo ya su identidad.

2. tendencia entre el grupo.

3. Necesito pensar y soñar despierto.

4. crisis relativas a la religión.

5. desplazamiento por poco tiempo.

6. Una evolución sexual claramente discernible del autoerotismo a la heterosexualidad genital adulta.

7. Afirmar una actitud social con tendencias antisociales leves a moderadas.

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