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Psicología empírica y psicología abisal del eros


Enviado por   •  29 de Marzo de 2014  •  Ensayos  •  1.212 Palabras (5 Páginas)  •  291 Visitas

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Culianu Ficino

Psicología empírica y psicología abisal del eros

En su Teología platónica (VII, 6) dice así: <<El alma siendo purísima, se acopla, a este cuerpo denso y terrestre, que le es tan lejano [por su naturaleza], y por mediación de un corpúsculo muy sutil y luminoso, llamado espíritu, generado por el calor del corazón en la parte más tenue de la sangre desde donde penetra en todo el cuerpo. El alma, insinuándose con facilidad en este espíritu que se le parece mucho, se propaga primero por él y, luego, habiendo penetrado por su mediación en todo el cuerpo, confiere a este último vida y movimiento, haciendo así sea vital. Y, a través del espíritu, reina sobre el cuerpo y lo mueve. Y todo lo que transmite del cuerpo al espíritu lo percibe el alma misma, que está presente en él. A este acto lo llamamos percepción. Después, el alma observa y juzga esta percepción y esta observación se llama fantasía>> p. 59

Ficino sigue la opinión de Platón y Galeno: en la acción de ver, el <<fuego interno>> se exterioriza por los ojos, mezclado con el vapor pneumático e incluso con la sangre sutil que ha dado consistencia al espíritu. P. 61

Este fenómeno origina dos actividades espirituales emparentadas: el mal de ojo y el amor. El profano, ya sea el que provoca la infección o el que la sufre, no es consciente de lo que ocurre. Basta con que alguien le mire: el rayo pneumático lanado por el otro penetrará por sus pupilas en su organismo espiritual y, al llegar al corazón, su centro, producirá una perturbación e incluso una lesión que puede degenerar en una infección sanguínea. En el caso opuesto, cuando el sujeto queda fascinado, por ejemplo, por los bellos ojos de una mujer y no se cansa de contemplarlos, emite por sus pupilas tanto espíritu mezclado a la sangre que su organismo pneumático se debilita y su sangre se espesa. El sujeto languidecerá por falta de espíritu y hematorrea ocular. (Am., VII, 4) p. 61

Las <<flechas de amor>>, que tanto considerarán los poetas de la Plétade, no eran para Ficino meras metáforas: llevaban unas puntas pneumáticas invisibles capaces de producir grandes estragos en la persona herida. ¿NO HABÍA DICHO YA PLATÓN QUE EL AMOR ERA UNA ESPECIE DE ENFERMEDAD OCULAR (OPHTHALMIA: FEDRO, 255 C-D)? Y, ¿no atribuía Plutarco a la vista una <<fuerza maravillosa>>? p.61

En cuanto al <<mal de ojo>>, fascinación o jettatura, su etiología es la misma: <<La fascinación es una fuerza que, partiendo del espíritu del fascinador, entra en los ojos del fascinado y se introduce hasta en su corazón. El espíritu es pues el instrumento de la fascinación; emite, por los ojos del cuerpo, unos rayos parecido a él mismo y lleva consigo la virtud espiritual. De este modo, los rayos que parten de ojos legañosos y rojos llevan consigo el vapor del espíritu y la sangre corrompida cuando encuentran los ojos del que mira y, por este contagio, estos ojos que mira quedan obligados a contraer la misma enfermedad” p. 61

El objeto verdadero del eros, siempre presente, es el fantasma que se ha apropiado del espejo espiritual y ya no lo deja. p.62

El amante esculpe en su alma la cara del amado. De este modo, el alma del amante ser convierte en el espejo donde reluce la imagen del amado (Am. II, 8)Esto nos lleva a una dialéctica amorosa bastante complicada: el objeto se transforma en sujeto al desposeer completamente al sujeto mismo, y este último teme angustiosamente ser anonadado, porque se ha quedado sin su condición de sujeto, y reclama con desespero su derecho de tener alguna forma de existencia. p. 63

Extraña situación, y sin ninguna salida, si continúa así: una persona

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