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Psicomotricidad


Enviado por   •  17 de Junio de 2013  •  899 Palabras (4 Páginas)  •  214 Visitas

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Ese bebé irritable, llorón o calmado trae en los genes casi el 70 por ciento las características de su comportamiento. El porcentaje restante lo construye en su relación con el entorno. Los padres deben aprender a identificarlo y aceptarlo para facilitar la crianza.

Su manera de actuar la demuestra en actividades cotidianas como el cuidado, la alimentación, el baño, el vestido y el cambio de pañal, pues en cada uno de estos procesos el bebé interactúa con el medio y aprende a reconocer a quienes le proporcionan estos cuidados.

Los rasgos de su temperamento se observan por medio de cosas simples como el nivel de actividad, la capacidad de autorregularse y la forma de percibir estímulos. “Es el estilo innato de comportarse; las características que hacen diferente a un niño de otro”, afirma la sicóloga Juana Morales, experta en desarrollo infantil.

A los 3 años de edad, afirma, el carácter está definido. Se caracteriza por ser estable a lo largo de la vida, aunque puede adaptarse frente a determinadas situaciones.Lo importante es que los padres lo reconozcan, lo acepten y que haya sintonía entre éste y el estilo de paternidad. “Si ellos no están ajustados a la reacción del niño, allí tenemos un problema”, señala la sicóloga infantil Paula Bernal, quien agrega que lo sano es un temperamento que se ajuste a las exigencias y las capacidades del ambiente. “Si el niño es catalogado como difícil y tiene unos padres comprensivos que entienden que es parte de su temperamento habrá una situación óptima para el desarrollo de su hijo”, explica la sicóloga.

Aceptación, la clave

La pediatra Aura Sofía Rico, especialista en desarrollo infantil, indica, los padres no deben sorprenderse o desilusionarse por la manera como se comportan sus hijos; tampoco, crear un estereotipo de hijo perfecto. “Deben saber que ese es el niño que les tocó. Aceptarlo tal y como es y aprender a reconocer sus gustos y disgustos para manejarlo adecuadamente”, dice.

Son tres las categorías en las cuales se puede catalogar a un infante: el niño fácil o tranquilo, el difícil y el de reacción lenta o reservado. Cada una de ellas tiene componentes del temperamento: ritmicidad (regular o irregular), control de sí mismo (cómo puede calmarse por su propia cuenta), actividad (concentración, permanencia y atención), aproximación o alejamiento, adaptabilidad (cómo se ajusta a las personas o situaciones nuevas), estado de ánimo y expresión, intensidad (en las reacciones y en las emociones) y percepción de estímulos sensoriales (reacción frente a factores como el ruido, la luz, el tacto).

Cabe anotar, sin embargo, que no todos los niños caben dentro de estas categorías y que las características anotadas pueden o no ajustarse a la realidad de cada pequeño.

Cómo manejarlo según el temperamento

Primero hay que verificar que el

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