Recensión sobre “Sociología de la Empresa” (Ángel Infestas Gil)

Recensión sobre “Sociología de la Empresa” (Ángel Infestas Gil)

La Sociología es la ciencia social que estudia los diferentes grupos sociales, su organización interna y las relaciones que tienen los sujetos entre sí y con el sistema. En su libro “Sociología de la Empresa”, Ángel Infestas Gil se centra en el fenómeno social de la empresa por la importancia que ha cobrado esta institución en la sociedad desde la revolución industrial.

Es justo en esta época, a comienzos del siglo XIX, en la que la empresa cobra interés para los sociólogos por los procesos de transformación que desencadenó en la sociedad tradicional. Infestas identifica tres grandes períodos claramente diferenciables. La Sociología del industrialismo (1800-1890), la Sociología económica (1890-1920), y la Sociología industrial (1920-1970.

Tras esta breve introducción, el autor pasa a analizar las relaciones sociales en la empresa. Comienza por identificarla como un grupo secundario por su orientación hacia objetivos, siendo el objetivo último la obtención de beneficio. Desde este enfoque la empresa se define como una organización de personas sustituibles, asociadas para el logro de un fin común, y sometidas a un control organizativo. La empresa es también una institución social como estructura relativamente estable de papeles sociales que los individuos desempeñan con objeto de satisfacer necesidades sociales importantes. Otro rasgo característico en todas las empresas es su racionalidad económica, de acuerdo con sus objetivos y las necesidades sociales que satisface. La empresa transforma sus recursos en resultados, que están orientados a la obtención de unos objetivos. Según cuales sean estos objetivos, se diferencian tres tipologías de organizaciones: la administración pública, empresas privadas y asociaciones voluntarias. La consecuencia observable del trabajo de la empresa, es la definición de su función.

En los siguientes capítulos, Infestas prosigue con la definición de los tipos de relaciones sociales existentes en la empresa. Comienza con las relaciones sociolaborales, mediante las cuales se pretende optimizar los recursos humanos de cara a la consecución de los objetivos económicos. Estas relaciones surgen del contrato, que vincula al trabajador y su fuerza de trabajo a los medios de producción (o propiedad privada) de la empresa. Su objetivo es el de conseguir el mayor rendimiento posible en el ajuste a la función, en la inclinación al trabajo y el ejercicio del trabajo. El control de los trabajadores se puede efectuar mediante política salarial, política de personal y política de empleo. En cuanto a los modelos de relaciones sociolaborales se encuentran por un lado las empresas orientadas al mercado, caracterizadas por relaciones generalmente abiertas y un gobierno por mecanismos competitivos de mercado, y las empresas orientadas a la organización, que mantienen unas relaciones cerradas que benefician sobre todo a sus trabajadores.

Las relaciones organizativas se refieren a las formas de interacción que la gestión de los aspectos organizativos crea en la empresa. Estas relaciones buscan adecuar el marco organizativo a la consecución de los objetivos, combinando los diferentes elementos de la estructura organizativa. Existen dos posturas frente a las estructuras. La postura analítica es meramente explicativa y describe la realidad de la estructura, mientras que la postura intervencionista va más allá buscando transformar la estructura. Ambas posturas son consideradas por la Sociología, aunque la intervencionista es predominante. Las estructuras organizativas se conforman por el núcleo operativo, ápice estratégico, línea media de directivos, tecnoestructura y staff de apoyo, y se pueden diferenciar por diferenciación horizontal, vertical y espacial. Existen tres factores que influyen en la estructura de una empresa que son el tamaño, la tecnología y el entorno. El proceso de subordinación del empleado a la estructura organizativa se manifiesta mediante el poder, autoridad y liderazgo, la comunicación y el cambio.

El siguiente capítulo se ocupa de los papeles sociales en la empresa, partiendo de la noción de institución social. Aquí se trata de identificar los diferentes papeles sociales que pueden adquirir los individuos. El director de la empresa se caracteriza por tener  la autoridad suprema de la administración de la organización. Entre sus funciones se encuentran la formulación de la política general de la empresa, establecer y mantener relaciones con el exterior e interior, y administrar y organizar la actividad de la empresa a la vez que velar por el cumplimiento de sus objetivos. Distinguimos entre altos dirigentes, élite dependiente y directores ejecutivos. El papel del técnico ha ido evolucionando desde los primeros momentos de la revolución industrial. Es aquel que posee diversas capacidades y aptitudes difíciles de adquirir en el proceso productivo, y cuyo campo de intervención se extiende a todos los procesos de la actividad empresarial. La cantidad de funciones que adopta, hace que el papel del técnico tenga un carácter difuso. Entre ellas destacan el control del proceso de producción, la administración y organización de la empresa, la gestión empresarial, la gestión financiera y comercial, la investigación, las relaciones sociales y la ayuda a los directivos. El papel social del empleado se puede definir a partir de tres características consideradas conjuntamente: son asalariados, de categoría ocupacional diferente a los obreros y realizan tareas administrativas. Su posición ha cambiado profundamente debido a los factores de crecimiento cuantitativo de los empleados en las sociedades avanzadas, la progresiva feminización del sector de empleados, la transformación de las tareas que se les asignan, la progresiva reducción de las diferencias retributivas, normativas y contractuales, y el proceso de sindicación de los empleados. Otro papel es el del mando intermedio que se halla en la base de la estructura jerárquica y se ocupa de la supervisión del proceso de producción. Sus funciones son las de elevar el nivel de motivación de los trabajadores, aumentar la disposición de los subordinados a aceptar el cambio, mejorar la calidad de todas las decisiones, mejorar el espíritu de equipo y moral, y ampliar el desarrollo individual de los trabajadores. Por último nos encontramos con el obrero. Este se define por la realización de trabajo manual sobre la materia inerte, la realización de esta en un trabajo parcelado, trabajos meramente ejecutivos y del salario como motivación principal.

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